6.- Close to Yuu

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A la mañana siguiente, Yuu despertó sintiéndose extrañamente tranquilo. Con sueño aún, fue dándose cuenta de que aún está en la van... con Mika. De hecho, está durmiendo sobre él. Del susto, se sentó de un salto y despertó a Mika sin querer, quien solo bosteza y le sonríe.
- Buenos días, Yuu-chan.
- B-buenos días... huh... debo... ¡debo ir a cambiarme!
Yuu salió corriendo de la van hasta su cuarto. Estaba nervioso, muy nervioso y avergonzado; no sabía qué hacer ni donde esconderse. Primero debía asearse y esperar que nadie del escuadrón los hubiera visto, luego vería qué hacer. Abrió la puerta de la habitación y se topó de frente con Narumi, que lo mira con claras intenciones de molestarlo.
- ¿Eh? Buenos días, Yuu-chan~
- H-hola.
- ¿Qué tal estuvo tu noche?
Ah.
- Bien. Voy a usar el baño.
Tomó ropa limpia y se encerró, escuchando las risas de Narumi del otro lado.
- Ah, mocoso, voy a quedarme en el cuarto de Yoichi y Kimizuki. No quiero ver más cosas "raras" sucediendo a mi alrededor.
Yuu tragó pesado. ¿Habría visto algo o solo estaba fastidiando? El espejo le confirmó que estaba rojo de vergüenza, pero no podía dejarse molestar tan fácilmente. Se lavó y cambió de ropa antes de bajar a desayunar, pero toda su confianza se esfumó cuando vio a todo el escuadrón observándolo con una curiosidad fastidiosa.
- B-buenos días. - dijo antes de sentarse en silencio y prepararse un café.
- Oh, ¡nuestro pequeño idiota ya es todo un hombre! - era Shinoa, así que se esforzó por ignorarla - Dime, Yuu-san... ¿Mikaela-san fue muy rudo contigo?
Se puso de pie rojo hasta las orejas.
- ¡No es lo que estás pensando!
Todos se rieron, y el solo volvió a sentarse en silencio, cada vez más molesto.
- Será mejor que nos enfoquemos en la información que revisaremos hoy.
- Si, si, Yuu-san.
El sarcasmo en la voz de Shinoa era palpable, pero lo más vergonzoso eran las miradas acusadoras de sus compañeros.
- Ah, bien. Iré a tomar desayuno a la habitación.
Subió las escaleras con su café en mano y se encerró, cubriendo su rostro con ambas manos. ¿Por qué? ¿Por qué tenían que ser tan molestos? Se permitió recordar la noche anterior y sintió sus mejillas arder, recordando además que había salido corriendo en la mañana... quizás debería hablar con Mika luego. Soltó un suspiro; a pesar de todo, estaba muy feliz, y nada ni nadie podría quitarle aquello.
No bajó hasta la hora de almuerzo, donde volvió a ser el centro de atención entre sus compañeros.
- Ne, Yuu-san. - era Mitsuba - ¿Cómo se siente besar a otro chico?
Al azabache no se le caía la cara de vergüenza porque la tenía unida al cuerpo.
- Por cierto, Yuu-san. - preguntó Yoichi - ¿Dónde está Mika-kun?
Tenía razón. No lo había visto desde la mañana.
- Hum, no lo sé. Debería estar aquí.
- Quizás no le gustó tu desempeño, Yuu-san.
Shinoa fingió estar afligida, como si se lamentara, y Mitsuba, como siempre, se sumó. Kimizuki también se sentía con ganas de molestarlo aquel día.
- Es verdad, Baka-Yuu, ¿quizás lo decepcionaste?
Sintió una punzada de dolor en el pecho. A pesar de saber que lo estaban molestando, ¿había decepcionado a Mika?
- Cállate.
Susurró terminando de comer y saliendo al patio, seguido de cerca por el escuadrón: podía escucharlos murmurando a sus espaldas.
- ¡Yuu-chan!
Mika los alcanzó, corriendo al lado de Yuu con una sonrisa, pero fueron separados de inmediato cuando Mitsuba y Shinoa saltaron sobre él con preguntas.
- ¡Mikaela-san! ¿Qué tal estuvo su noche? ¿No fuiste muy duro con Yuu-san, verdad? ¿Lo dejaste seco?
O quizás... ¡¿lo marcaste?!
El rostro de ambas delataba el doble sentido de sus preguntas, lo que incomodó a Mika e hizo que se sonrojara. ¿Cómo se supone que respondiera a eso? Por suerte, Yuu las corrió.
- ¡Lo están asustando! Ya déjenlo tranquilo, les dije que no es nada de eso...
- Pero, Yuu-san...
Mitsuba hizo un puchero, que él ignoró viendo mejor a Mika... parecía haber tenido una pelea reciente.
- Mika, ¿estás bien?
- Si, solo arreglé algunos asuntos pendientes. No te preocupes, Yuu-chan.
La sonrisa del rubio lo tranquilizó.
- ¡Buenas tardes! - saludó Ferid acercándose a ellos.
Solo verlo bastó para saber de los "asuntos pendientes" de Mika: el noble parecía golpeado y su ropa estaba bastante dañada.
- F-Ferid-san... ¿qué sucedió? - preguntó Shinoa.
- Oh, nada en especial. - miró a Mika de reojo - Solo fui atacado por un pequeño gatito salvaje.
Crowley tras él ahogó una risa, divertido al ver a Ferid lejos de su "perfección" habitual. Solo el rió, nadie del escuadrón se atrevió a decir nada, nerviosos ante los nobles.
Luego de eso, retomaron las prácticas. En el primer intento Yuu logró tomar conciencia del serafín por primera vez, y lo primero que hizo fue sonreír a Mika para mostrarle que lo había conseguido, recibiendo una sonrisa triste en respuesta. El control duró unos segundos, y luego tuvieron que derribarlo. Repitieron el ejercicio algunas veces más, hasta que estuvieron demasiado cansados para continuar. Todo el escuadrón celebró, felices por un avance en sus entrenamientos. Los vampiros observaban de lejos en silencio.
- ¿Esto era parte de tu plan, no? - preguntó Mika a Ferid.
- Así es. ¿No te gusta?
- Estás arriesgando la vida de Yuu-chan con tus juegos.
- Oh, ¿me recordarías cuántas veces has estado a punto de matarlo, Mika-chan?
- Tsk.
El rubio volvió molesto a la mansión, dejando a Ferid con una sonrisa de satisfacción.
En la mansión todos habían ido a tomar una ducha y pronto bajarían a cenar, así que los esperó en el comedor. Los escuchó reír felices, hablando sobre que tenían hambre y sobre si Mitsuba debía cambiar su peinado. Al menos por esa noche, no los molestaron, y Mika los observaba compartir en silencio: le gustaba ver a Yuu feliz.
Cuando terminaron de cenar, Narumi detuvo a Mika y le dijo que él se quedaría con los chicos para darles "su espacio", amenazando con que más les valía no hacer cosas extrañas. El rubio solo asintió avergonzado y subió tras Yuu, encontrándolo ya por acostarse.
- ¡Wow, qué cansancio!
Mika caminó hasta el asiento de la ventana y se sentó ahí.
- Ese idiota de Narumi... ¿en verdad se quedará con Kimizuki?
- Eso me dijo a mi también, Yuu-chan.
Ambos estaban nerviosos; a pesar de ya estar acostumbrados a compartir cuarto los dos solos, ahora todo tenía un tinte diferente.
- Bueno, no es que me importe. - habló finalmente Yuu - Además, estoy feliz: ¡hoy logré controlar al serafín!
- Buen trabajo, Yuu-chan.
- Sigamos trabajando juntos, Mika. Cuento contigo.
Sonrió desde la ventana, pero antes de que dijera cualquier cosa, Yuu ya se había dormido.
- - -
A la mañana siguiente Mika no estaba, así que Yuu se apresuró a arreglarse y bajó a desayunar bostezando. Solo Mitsuba y Shinoa estaban en el comedor, murmurando sobre haber escuchado ruidos raros desde la habitación de Yuu la noche anterior. No tardaron en bajar también los chicos, preguntando por Mika, pero nadie sabía donde podría estar.
Luego de seguir su rutina de buscar información y almorzar, salieron tranquilamente al patio hablando sobre cuánto tiempo de control del serafín será necesario. Afuera, Mika los esperaba sentado al borde de una pileta, y se puso de pie al verlos llegar.
- ¡Yuu-chan!
- ¡Mika! - dijo corriendo hacia él - ¿Dónde te habías metido?
- Estaba limpiando los alrededores, para asegurarme de que no hayan jinetes cerca.
- Ahh, ¡eso es genial, Mika! ¿No te sientes cansado? O, ya sabes, sediento...
- No realmente...
El rostro avergonzado de Yuu provocó una sensación de ternura en Mika, quien tocó los dedos de su mano despacio, buscando entrecruzarlos con los suyos.
- Hey, Yuu-chan...
Se inclinó y besó suavemente al azabache, que abrió los ojos sorprendido y lo empujó con un grito ahogado. Antes de que pudiera decir nada, los gritos de Shinoa y Mitsuba llenaron el aire.
- ¡Awww! ¡Yuu-san, tu cara está roja!
Todo el escuadrón rió, haciendo que Mika se sintiera apenado y culpable, dedicando un gesto de disculpa a Yuu antes de caminar hacia el centro del patio, donde Ferid y Crowley los esperaban.
Aquella tarde aumentaron un poco más el tiempo de control, y todo el escuadrón se retiró a ducharse, dejando atrás a Mika y Crowley. Ferid fue con ellos, diciendo que esa noche había pedido que prepararan curry para Yuu.
Más tarde, cuando el alboroto de la cena se calmó un poco, escucharon ruidos de pelea provenientes del exterior y se levantaron rápidamente con sus armas. Sin embargo nada más asomarse a uno de los grandes ventanales de la mansión vieron el motivo del ruido: era Mika, aparentemente practicando con Crowley. Todo el escuadrón se asomó a verlos por la ventana, incluso Ferid.
- Vaya, Mika-kun es realmente bueno. - dice Yoichi.
- Incluso mejor que baka-Yuu, diría. - apunta Kimizuki - Debe haber sido entrenado en Sanguinem, ¿no?
- Así es. - informa Ferid - Mika-chan fue entrenado por la reina, así que podrías decir que fue un entrenamiento exigente. Aunque es una lástima... es tan arrogante respecto a beber sangre regularmente que nunca ha estado con sus fuerzas completas. Es un idiota.
- ¿Dices que podría ser más fuerte? - pregunta Narumi extrañado.
- Claro, después de todo, fue convertido con sangre de un tercer progenitor...
Narumi mira a Yuu, que observaba la pelea sin decir nada desde hace un buen rato. El azabache estaba asombrado viendo a Mika; se notaba que era un espadachín realmente bueno, bloqueando los ataques de Crowley y rompiendo sus guardias o contra atacando con fuerza. No salió del trance en el que se encontraba hasta sentir una mano que le cerraba la boca.
- Podrías intentar ser menos obvio, al menos. - bufó Narumi.
- L-lo siento. - no se había dado cuenta de que tenía la boca abierta.
Salió de la ventana y fue directo a ocultarse bajo las sábanas de su cuarto, dando vueltas a lo que había dicho Ferid sobre el consumo de sangre regular. A decir verdad, Mika solo bebía cada tres días y en pequeñas cantidades... ¿se sentiría mal por eso?
El sonido de la puerta al abrirse lo sacó de sus pensamientos; era Mika.
- Ah, Yuu-chan. Solo vine a ver cómo estabas, luego saldré a patrullar.
El tono triste de sus palabras le indico que algo andaba mal.
- B-bien.
- Por cierto, Yuu-chan... - esperó que lo mirara antes de hablar - Lamento haberte avergonzado hoy.
Así que eso era. ¿Cómo podía haberlo pasado por alto? Recordó el rostro de Mika cuando lo empujó y se maldijo: a veces era realmente un estúpido.
- ¡Te equivocas! Es solo que... fue inesperado, eso es todo. - soltó con un puchero.
- ... Será mejor que me vaya.
Yuu se sentó en la cama de golpe.
- ¡Mika! Uh... podrías... ya sabes, ¿quedarte?
- No quiero molestarte, Yuu-chan.
- ¡No lo haces! ¿Eres idiota?
El rubio rió y se sentó junto al azabache en la cama, sin levantar la mirada.
- ¿Está todo bien, Yuu-chan?
- Si, yo solo... quiero estar contigo...¿Por qué? ¡¿Tienes algún problema con eso?!
Decir aquello en voz alta había terminado con la última pizca de dignidad que le quedaba, pero pronto notó la calidez de la mano de Mika sobre la suya y se relajó. Entrelazó sus dedos con suavidad y cerró los ojos, sintiendo cómo él besaba su frente. Yuu dudó unos segundos antes de levantar la mirada y buscar los labios de Mika para besarlo. ¿Acaso se avergonzaba de aquello? No... le gustaba, eso lo sabía. Después de todo, estaba enamorado.
Mika se sentía en el cielo, como si su corazón nuevamente quisiera salir de su pecho; en verdad amaba esos labios. Sin darse cuenta, se había ido inclinando sobre Yuu hasta recostarlo en la cama con cuidado.
"Siempre es tan suave..." pensaba el azabache antes de cortar el beso y abrazar al rubio, escondiendo su rostro rojo de su vista.
- Mika... m-muérdeme.
Aquello lo pilló de sorpresa.
- ¿Ahora? No hace falta, Yuu-chan...
- Lo sé, pero quiero que lo hagas. No te preocupes por mí; con las prácticas del serafín mi cuerpo se está regenerando mucho más rápido, así que...
- Es peligroso.
- Lo sé, pero Mika... por favor...
No podía negarse si se lo pedía de esa forma. Descubrió un poco su cuello y besó la zona antes de clavar sus dientes. Yuu con el beso sintió una corriente recorrer toda su columna, así que apretó su agarre sobre las ropas del rubio para controlar sus emociones, sin dejar de abrazarlo hasta que este terminara.
Mikaela se separó jadeando y se recostó sobre el pecho de Yuu, sintiendo su corazón. Éste en tanto comenzó a acariciarle el cabello y besarle la frente con cariño, diciéndole que todo estaba bien. El latido de su corazón le hacía feliz... tan feliz que no se dio cuenta cuando las lágrimas comenzaron a salir.

- Lo siento, Yuu-chan

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- Lo siento, Yuu-chan...
De pronto sentía culpa viendo la ropa blanca manchada con sangre. Iba a ponerse de pie, pero una mano sobre sus hombros lo detuvo.
- Está bien, Mika. De verdad.
Yuu sentía sueño, mucho sueño. La mordida solía provocarle eso también, así que en ese momento estaba extremadamente relajado y disfrutando tener al rubio tan cerca. Estaban en otro mundo, solo los dos.
- Aunque odie reconocerlo, la verdad me gusta... me gusta sentir estas cosas contigo.
Mika se sonrojó y rió. Yuu siempre había sido tan lindo e ingenuo... era un verdadero idiota, pero a ninguno de los dos les importaba. Cerró los ojos y se quedó ahí, disfrutando de la calidez de su cuerpo hasta que ambos se durmieron.

Warm & Fuzzy   [ MikaYuu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora