El pequeño omega estaba sentado en el gigantesco y cómodo sofá de su nueva sala remodelada.Los ojos lleno de lágrimas estaban mirando la escena más dolorosa que jamás pensó que presenciaría.
Una gota de leche cayó de su cuchara a su cuenco de cereales.
Su cuchara aún estaba suspendida en el aire.—¿Papá?... ¡papá por favor! tienes que levantarte… ¿Papá? Hay que ir a casa…
Una gota de lágrima se liberó, se deslizó por las pestañas y recorrió suavemente su mejilla; y ya no pudo seguir comiendo.
Mew estaba recostado en el umbral de la sala, admirando en silencio a su pequeño compañero; y sonrió enternecido por su sensible omega. Se acercó a él acomodándose a su lado, le quitó el cuenco de cereales dejándolo a un lado y atrajo al menor en sus brazos, secando cariñosamente esa escurridiza lágrima.
—Amor no llores por una caricatura— susurro suavecito.
—Se murió, Mufasa se murió Alfa… y simba aún es un cachorro— de repente hipo y se abrazó a su Alfa llorando por el pequeño león que corría desesperado por el desierto.
Mew sonrió enamorado y lo besó repetidas veces en la coronilla. Su omega estaba muy sensible en las últimas semanas y para sus astutos sentidos nada pasaba desapercibido.
—Mira bebé, ya lo han rescatado sus nuevos amigos—.
Gulf volvió a mirar la pantalla de su televisión, Timón y Pumba estaban empezando a cantar.
Mew acarició lo suaves mechones, mientras solo se concentraba en el rostro del amor de su vida. Adorandolo con una intensidad que era envidiable. Su pulgar pasó suavemente por la renovada marca en el rincón del cuello de su omega y vio como los pelitos de la nuca se erizaban y sonrió enternecido. Gulf estaba muy concentrado en la animación y Mew solo en sus reacciones.
Su precioso y tierno omega, ese asesino despiadado, del que menos esperó algo tan monstruoso estaba en sus brazos, llorando por un león animado, nadie creería que el omega que vengó a sus padres y sus desgracias actualmente solo se la pase viendo caricaturas y comiendo galletitas saladas con mayonesa.
Habían pasado seis años desde que unieron sus almas. Su unión había curado a su omega, su celo se había normalizado y él se había vuelto el Alfa más feliz, posesivo y enamorado de la existencia.
Aún seguían yendo juntos a la misma cafetería, aún se sentaban al lado de la ventana y bebían silenciosamente su café. Después de todo resultó ser su omega el dueño anónimo de aquel tranquilo establecimiento. Solo que ya no había lágrimas, ahora existía una dulce conexión entre la pareja, un lazo fuerte y reforzado en la que las palabras eran innecesarias.
Era un amor peculiar y hermosamente inmarcesible.
Gulf levantó la mirada y Mew lo miró con amor, adorando esa nariz roja por un llanto que ya no era por alguna desgracia. Su omega ya no lloraba, no desde que se unieron, desde que estuvo bajo su cuidado solo eran lágrimas a causas de películas tristes, ataques de risas y brumas de placer que él con infinita pasión le regalaba.
Claro que aún había recuerdos tristes que en algún momento aparecen y vuelven a amenazar a las lágrimas, pero se tenían uno al otro, y eso era suficiente para volver a sonreír.
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YO SECARE TUS LÁGRIMAS
Fiksi PenggemarGulf llegó a un punto que desprecia a su omega, lo ha callado y lo ha ignorado durante años. Mew esperará pacientemente a que su omega se dé cuenta que son destinados. HellNam: No adaptable.