6

48 4 0
                                    

Los días siguientes pasaron, y si bien había visto a Liam en clase y se sentaba con nosotros, parecía ausente, hablaba muy poco, parecía evitar tener el más mínimo contacto conmigo, no es que me esté quejando, pero me parece muy raro.
Finalmente llegó el viernes, para sorpresa de todos no estaba nevando, pero si había nevado la noche anterior y hacía un frío horrible, así que era más o menos lo mismo, ya me estaba resignando a que todos los días iban a ser así, por lo menos mientras viviera aquí. Antes de irnos teníamos clase de gimnasia, en mi opinión era una de las peores maneras de terminar la semana, no es que fue mala o que no me gustara el ejercicio, simplemente no me gustaba hacerlo enfrente de tantas personas, si podía salir de esto rápido mejor.
- Hola,- me dijo una chica que me parecía ya haber visto, pero no recordaba de donde- soy Charlotte y ¿tu eres?.
- Aria- contesté con una fugaz sonrisa de cortesía mientras me terminaba de poner los zapatos para hacer deporte.
- Aria,- pareció analizar mi nombre- bueno te he visto con Liam últimamente, ¿ustedes tienen algo?.
Me sorprendí inmediatamente, ahora ya sabía en donde la había visto, era una de esas chicas que perseguía a Liam a todas partes de forma descarada. No podía creer que pensara que yo tenía algo con ese imbécil, mucho menos que estuviera frente a mi preguntándome si era verdad.
- No- contesté todavía impresionada por su atrevimiento.
-¿Estás segura?,- preguntó perspicaz- es que los he visto juntos en todas partes.
- Créeme yo nunca saldría con un idiota como él, si nos ven juntos es porque es el mejor amigo de Josh- dije de la forma más sincera y explícita que podía darle, lo que menos quería es que comenzarán rumores acerca de Liam y de mí.
- Bueno, gracias Aria,- dijo feliz cuando se estaba alejando para irse con sus amigas- oh y bienvenida al instituto.
Sonreí extrañada, esta había sido sin lugar a dudas la forma más extraña en la que había conocido a alguien, la gente de esta ciudad era muy distinta a la de Los Ángeles. Cuando Charlotte se terminó de ir, llegaron Jess y Mia, que parecían molestas y a la vez preocupadas.
-¿Qué te dijo esa zorra?- preguntó Mia apenas supo que no podían oírnos.
- Nada, solo si estaba saliendo con Liam,- dije extrañada por la rudeza de Mia- ¿por qué la llamas zorra?.
- Porque lo es- dijo molesta.
- Y ¿qué le dijiste?- exclamó Jess.
- Que no estamos saliendo, que si me ven con ese idiota es porque salgo con ustedes, no porque quiera,- dije cautelosa, no entendía bien lo que pasaba- ¿por qué?, ¿qué tiene de malo?.
- Que no tiene derecho a preguntarte ese tipo de cosas, no es su problema- contestó Mia.
- Ella siempre hace este tipo de cosas,- dijo Jess negando con la cabeza todavía preocupada- no se si es bueno o malo que le hayas dicho eso.
- Ella quiere a Liam para ella sola, aunque él no le haga caso, por eso cuando considera a alguien una amenaza, comienza a inventar cosas sobre esa persona, una vez hizo que una chica se cambiara de instituto- dijo Mia.
- Bueno, pues eso no me va pasar a mi porque no tengo ningún tipo de relación con el- repliqué.
Estaba sorprendida por lo que me habían dicho, ni siquiera quería imaginarme lo que le había dicho a la pobre chica para que se fuera, pero eso no me iba a pasar a mi, y aunque me pasara, no sería suficiente como para que me fuera de vuelta a vivir con mi madre, después de todo lo que pudiera inventar esa chica no era nada en comparación a lo que había pasado allá.
Entramos al gimnasio, que era inmenso tenía literalmente las instalaciones y el equipo como para practicar cualquier tipo de deporte o ejercicio. Nos encontramos con Andrew, Josh y Liam en las gradas, habían dos profesores de deporte enfrente de nosotros, un hombre para los chicos y una mujer para las chicas, ambos parecían estar en excelente forma, la profesora no parecía precisamente femenina.
- Chicos, los vamos a ir llamando en grupos de diez para que realicen una carrera a través del circuito- exclamó el profesor de gimnasia.
- Recuerden que esto es para verificar su nivel de resistencia, no para ver quien es el más rápido, el objetivo es terminarla a un ritmo que puedas soportar- continuó la profesora.
Inmediatamente después de eso llamaron a cinco chicos y cinco chicas para que corrieran, el circuito era muy grande, aunque sabía que podía completarlo. Me puse los audífonos y me dispuse a esperar mientras pasaban mis amigos y demás compañeros, aproximadamente una hora después me llamaron a mí, me tocó exactamente en el carril al lado de Liam, éramos el último grupo.
- Bueno ahora vamos a poder apreciar lo que le hace ser amargado y tocar música clásica a una persona- dijo Liam quien parecía haber perdido la distancia que había mantenido estos días y volvía a ser igual de odioso que siempre.
-¿Qué insinúas?- dije.
- Nada,- dijo encogiéndose de hombros- solo esperemos a que no te caigas y que puedas terminar el circuito.
Iba a decir algo, pero en ese momento la profesora nos señaló que nos preparáramos y unos instantes más tarde ya había comenzado. Comencé a correr a un ritmo sostenible, obviamente Liam salió disparado y consiguió la delantera rápidamente, no me extrañaba en lo más mínimo, después de todo el practicaba atletismo.
A mitad del circuito muchos comenzaron a bajar la velocidad, se notaba que les costaba mucho trabajo continuar su ritmo, mientras que yo hacía todo lo contrario y aceleré el paso, si iba a perder contra ese idiota, al menos iba a demostrarle que estaba en mucho mejor forma física que la mayoría. Finalizando la carrera lo alcancé, el pareció sorprendido, pero inmediatamente comenzó a correr mucho más rápido de forma que volvió a adelantarme y ganó, estaba tan confiado en que iba ganar que ni siquiera se había esforzado realmente hasta que lo alcancé.
-¿No que no podía alcanzarte?- dije con una sonrisa orgullosa, luego le guiñe un ojo y me fui con los demás.
-¿Alcanzaste a Liam?- dijo Josh extrañado.
- Si, pero se notaba que no se estaba esforzando mucho por ganar- dije.
- De todas formas, ¿cómo conseguiste esa resistencia?- preguntó Andrew.
- Antes salía a trotar mucho- contesté mientras ordenaba mis cosas.
- Ya hemos terminado, los que quieran se pueden ir- dijo el profesor de gimnasia.
Ordené mis cosas y me dirigí a los vestidores para asearme y cambiarme, quería irme de el instituto, había llamado la atención mucho más de lo que quería con esa estúpida carrera en contra de Liam. En cuanto terminé me dispuse a irme hacia mi casa, no quería hablar con nadie, no quería encontrarme a nadie, solo quería alejarme y estar sola un rato.
Por mala suerte cuando estaba saliendo del instituto, Liam apareció, se comenzó a dirigir hacia mi, era obvio que algo le estaba extrañando.
- Aria, ¿podemos hablar?- dijo parándome antes de llegar a mi carro.
-¿Qué quieres Liam?- pregunté, no estaba de humor como para soportar sus estupideces.
-¿Cómo conseguiste alcanzarme?, no es por nada, pero desde que llegaste no te he visto hacer ningún tipo de ejercicio, y lo que hiciste hoy,- hizo una pausa- eso solo se consigue con meses de practica.
Sonreí irónicamente para mis adentros, yo no llevaba meses de practica, sino años, si había bajado mi ritmo es porque desde que llegue decidí dejar de hacer ese tipo de cosas.
- En Los Ángeles trotaba seguido- dije en un intento de sacármelo de encima, quería irme.
- Y ¿por qué dejaste de hacerlo cuando llegaste aquí?- dijo todavía extrañado.
- Porque no me provoca- dije por salir del paso, quería quitármelo de encima.
- Pero es que no entiendo- dijo frustrado, no entiendo ¿por qué le importaba?.
- Pues me temo que me tengo que ir- y antes de que pudiera decir algo más le cerré la puerta del carro en la cara.
En el camino de vuelta no pude evitar pensar en lo que había ocurrido recientemente, yo solo me quería ir rápido para poder distraerme con algo y evitar recordar, ahora ya era muy tarde.
Llegué a casa y subí directamente a mi cuarto, me cambié, agarré mis cosas y decidí salir a dar una vuelta por la plaza, ahora tenía mi teléfono así que no iban a tener problema en localizarme, me dirigí a la cocina y me encontré con una nota que explicaba que mi papá y Clarie estaban en una reunión de negocios y que lo mejor era que comiéramos fuera, deje la nota donde la encontré y puse otra en la que explicaba que había salido, Josh tenía práctica de Jockey así que iba a regresar tarde; quería irme lo antes posible, no quería encontrarme con Liam cuando saliera, pero entonces mi teléfono comenzó a sonar, era Clarie.
- Hola Clarie, ¿pasó algo?- pregunté.
- Si, bueno ¿hay unos documentos sobre la mesa de la cocina?- dijo ella.
- Si,- los revisé y continué- son unos papeles legales y cosas así.
- Sabía que se me iba a olvidar, ¿sabes dónde vive Liam Lake?- preguntó.
- Si- contesté extrañada por la pregunta.
- Su papá es el jefe de policía de Erin y necesita esos documentos, ¿puedes entregárselos?- dijo se notaba que le costaba pedirme este favor, en especial porque ella sabía que Liam y yo no nos llevábamos muy bien que digamos.
-¿Su papá es el jefe de policía?- pregunté sorprendida.
- Si,- se notaba la expectación en la voz de Clarie- entonces, ¿lo vas a hacer?.
- Claro- dije tratando de ocultar mi disgusto, ahora seguro tendría que verlo.
- Gracias, si no fuera urgente no te lo pediría- se notaba el alivio en su voz- bueno tengo que colgar.
- Nos vemos más tarde Clarie- dije antes de colgar.
Solté un suspiro de exasperación, Clarie era abogada, una de las más importantes de esta ciudad, así que no era de extrañar que tratara con el jefe de policía, lo que me molestaba es que fuera justo el papá de Liam. Agarré los documentos y fui hasta la casa de Liam, afuera ya estaba su camioneta, era obvio que mi plan de evitar a cualquier persona del instituto, estaba siendo frustrado.
Toqué el timbre y unos instantes más tarde la puerta se abrió, me sorprendí cuando vi que efectivamente quien me abrió no era Liam y mucho menos podía ser su papá; era un chico de unos veintidós años aproximadamente, alto con el pelo rubio oscuro y ojos avellana, a pesar de esto conservaba cierto parecido a Liam en cuanto a su contextura física y facciones de la cara, lo más seguro es que fueran familia.
- Hola,- dijo sonriéndome- esta es la casa de la familia Lake, yo soy Lance Lake, ¿tu eres?- se notaba que estaba flirteando conmigo.
- Aria Blue, la vecina e hijastra de Clarie Blue- dije sin poder evitar sonreír.
- Así que tu eres la famosa Aria,- dijo un tanto sorprendido- y ¿a qué se debe esta visita?.
- Clarie me pidió que dejara unos documentos- contesté entregándoselos.
- Estos deben ser los documentos que estaba esperando papá- comentó mientras los ojeaba.
-¿Eres hermano de Liam?- pregunté extrañada.
- Si- contestó el divertido por la pregunta- ¿por qué?.
- Es que son diferentes, o sea se nota que son familia, ¿pero hermanos?- dije incrédula.
- Si bueno, no eres la primera que piensa eso- dijo riendo.
En ese momento llegó Liam que desde atrás de Lance, me observó sorprendido, en ese momento me sentí incómoda, estando allí, hablando con su hermano, el cual estaba flirteando conmigo, era muy raro para mi gusto.
-¿Aria?, ¿qué haces aquí?- preguntó Liam luego de darle una señal a su hermano con la mirada para que se fuera.
- Clarie me dijo que le entregara unos documentos al jefe de policía, el cual resultó ser tu papá- contesté mientras me preparaba para irme.
- Y ¿qué hacías con mi hermano?- contestó parecía molesto y hasta confundido, yo estaba comenzando a ponerme igual.
- Entregarle los documentos- dije como si ya no fue obvio y entonces me dirigí hacia mi carro.
- Espera,- dijo mientras agarraba sus guantes y gorro para el frío- ¿puedo ir contigo?.
Me pare en seco y lo mire completamente confundida, "¿qué si podía ir conmigo?, ¿por qué quiere ir conmigo?" me pregunté para mis adentros, era ilógico, después de todo estábamos hablando de Liam, el mismo que se comportaba conmigo siempre como un imbécil, que últimamente parecía haberme estado evitando dentro de lo que se podía, ahora me pedía para acompañarme.
-¿Por qué quieres ir conmigo?- pregunté atónita.
- No se, no tengo nada mejor que hacer- dijo él también parecía desconcertado por lo que había dicho.
- Liam sinceramente preferiría que no- dije finalmente.
-¿Por qué?- preguntó.
- Pues porque eres un idiota y por si no lo sabía no me agrada pasar tiempo con personas así- dije mientras abría el carro.
- Prometo comportarme,- contestó y al ver mi ceja levantada debido a la incredubilidad dijo- por lo menos por hoy.
Me sentía confundida, todavía no entendía porque era que quería acompañarme, miré hacia el carro y entonces, no se porque, le indiqué que se montara en el asiento copiloto, presiento que me voy a arrepentir de esto, aunque si se pone fastidioso sencillamente me voy y ya, eso era mucho más de lo que podía hacer si estaba en el colegio o salía con mis amigos.

Mente en serie(sin terminar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora