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Abro los ojos y maldigo la luz que entra por mi ventana, es viernes, han pasado dos semanas desde que fui a casa de Andrew, desde ese día no he podido descansar, he estado preparando todo tipo de cosas para el acto y aunque al principio me sentía útil ayudando, ahora solo quiero que termine.
Me levanto de la cama y apago la alarma, ayer me quede hasta tarde en casa de Mia, ayudándola con todo lo referente a las partituras de las canciones que vamos a tocar.
Lo bueno de que sea viernes es que voy a poder descansar el fin de semana, lo malo es que tengo gimnasia y no se si pueda jugar otro juego de volleyball, hemos estado jugando eso las últimas tres semanas y sinceramente no es el deporte que más me gusta jugar. Me apresuro para cambiarme y bajar lo más rápido a la cocina, hoy se supone que mi papá y Clarie se van a un viaje de negocios, y van a aprovechar para ver si después toman unas pequeñas vacaciones, se van solo por una semana pero quiero despedirme como mínimo.
-¿Cuándo se van al aeropuerto?- pregunto apenas los veo.
- Dentro de unos diez minutos,- dijo mi papá con una sonrisa mientras me pasaba el desayuno- ¿cómo dormiste?
- Bien, espero que se diviertan- dije.
- Aria, recuerda que es un viaje de negocios,- dijo Clarie, que no podía separarse de Josh- aunque si terminamos todo antes tal ves podamos descansar.
- Mamá no te preocupes, voy a estar bien, ya tengo dieciocho años- dijo Josh tratando de calmar a Clarie.
- Lo sé, pero es que nunca antes te había dejado y mucho menos solo- dijo mientras lo peinaba, aunque sea ya lo había soltado.
- No voy a estar solo,- entonces se levanto y me observo- Aria esta aquí.
- Lo sé,- dijo negando con la cabeza antes de levantarse también- ¿me ayudas a bajar unas cosas?
- Claro mamá- dijo con una sonrisa.
Ellos salieron de la cocina y yo me quede pensando en la escena que acababa de ver, me sentía rara porque nunca había tenido una relación así con mi madre, y está más que claro de que si fuera aunque sea un poco más como Clarie la situación habría sido muy distinta; en cuanto mi papá y yo, solíamos tener una relación así pero después de que mis padres se separaron mi papá se volvió más serio, me alegro de que encontrara alguien como Clarie aunque dudo que vuelva a ser algún día como era en ese entonces, me comencé a deprimir un poco, aunque no veo razón para eso, después de todo esos ya son solo recuerdos.
Mi papá me observaba serio, no puedo saber si se dio cuenta de que me estaba entristeciendo, aunque después de todo el no sabe nada, así era mejor.
- Aria,- dijo mirándome a los ojos, parecía que le costaba lo que iba a decirme- tu mamá me llamó ayer.
Me quede en shock, mi madre nunca llamaba a mi papá, eso explica por qué estaba así después de la separación el no quiso saber nada de ella, ni siquiera la llama cuando iba a visitarme, sencillamente le enviaba un frío mensaje de texto y se ahorraba verla o escuchar su voz, mi madre tampoco es que le gustara mucho la idea de verlo a él, lo que no entiendo es porqué lo llamó. Me percate de que llevaba demasiado tiempo viéndolo sorprendida, así que decidí esforzarme por seguir comiendo y hacer como si no me afectara la noticia, siendo sincera ya no tenía apetito, pero no podía mostrárselo o iba a sospechar.
- Y ¿qué te dijo?
- Bueno me pregunto por ti, por cómo te iba en el instituto, si tenías amigos, si te gustaba Pensilvania, entre otras cosas...- se quedo pensativo durante un rato, completamente serio, calculando sus siguientes palabras- dijo que quería venir a visitarte.
Ahora si que no iba a poder terminar el desayuno, sentía un vacío horrible en el estomago, me levante de la forma más natural que pude después de escuchar algo así, no obstante ahora que lo pienso era obvio que iba a intentar hacer algo.
-¿En serio?- pregunte era obvio que me había afectado lo que había dicho, pero ya no podía hacer nada.
- Si,- respondió- hasta me dijo que Michael y ella ya estaban viendo las fechas para ver cuando podían venir a verte.
Luego de eso comenzó un silencio absoluto, el ambiente me incomodaba de lo tenso que se sentía, por mi lado no podía dejar de pensar en lo que eso significaba, no solo mi madre vendría a visitarme sino también mi padrastro.
- Aria,- dijo mi papá acercándose, había suavizado mucho sus expresiones y me miraba sonriéndome- no te preocupes por mi, esto no me afecta ya lo supere, además tienes derecho a ver a tu mamá, hablar con ella, en especial en esta edad y estando tan lejos.
Así que él se echaba la culpa de que no estuviese feliz por que mi madre venga a visitarme, era mejor que pensara eso la verdad, no quería que se sintiera culpable pero de la otra forma iba a ser peor.
- No quiero que te amargues por este tipo de cosas- le dije sonriendo de la mejor manera que pude.
- Okey,- entonces subió la mirada al reloj de pared de la cocina- creo que ya debería irme.
- Si, espero que les valla bien allá- dije.
- y yo espero lo mismo de ti aquí- contestó.
Cinco minutos más tarde ya me había despedido tanto de Papá como de Clarie y me estaba dirigiendo al instituto. No tenía ganas de ir, estaba deprimida, preocupada y estresada; lo que me había dicho mi papá hoy me había arruinado no el día si no la semana o hasta más, no dejaba de pensar en lo que podría llegar a pasar ella venía y encima con él.
Todo estaba lleno de nieve y hacia un frío infernal, pero me estaba comenzando a acostumbrar, cuando algo se repite tantas veces eso es lo que suele pasar, llevaba demasiado tiempo sin ver el sol en el cielo y eso ya estaba comenzando a demostrarse en mi piel, cuando llegue esta perfectamente bronceada, producto de estar casi siempre en una playa o piscina en California, ahora estaba tornándose de un blanco pálido casi tan intenso como el de mi papá.
Me estacioné en el primer puesto que vi y entre directamente a Young Mastermid, pase todas las clases sintiéndome rara, Josh me había preguntado varias veces si era porque mi papá se había ido, le decía que si solo por que era mejor que pensara eso que la verdad. Jess y Mia me miraban curiosas he incrédulas pero no decían nada, Mia estaba muy estresada y ocupada con las cosas de la obra y Jess estaba rara y como metida en su propio mundo... o al menos eso es lo que ella dice.
Liam estuvo todo el día (como el resto de los días en los que lo veía, ya me había acostumbrado) alejado de mi, aunque creo que él no se tragaba del todo lo de que estaba asi por mi papá. Andrew actuaba normal, incluso parecía más feliz y efusivo de lo normal, estaba metido en su mundo sin prestarle mucha atención a mi estado de ánimo, cambiando los temas de conversación y usando su sincero humor en cada oportunidad, lo único raro en él es que no paraba de escribir por su teléfono y por su lado este no paró de vibrar, era discreto como para que no se dieran cuenta.
- Aria,- dijo Andrew llevándome a una zona apartada del gimnasio en cuanto entramos- necesito hablar contigo.
- Claro,- dije extrañada- ¿qué quieres decirme?
-¿Cuál es la verdadera razón por la que estas así?- dijo mirándome serio.
-¿Cómo que cual es la razón...- me interrumpió, aunque sinceramente sabia que podía decir en un momento así.
- No me salgas con eso,- dijo ahora molesto- puede que Josh se crea eso, tal vez Mia y Jess estén muy ocupadas como para darse cuenta, pero por lo menos se que tanto Liam como yo sabemos que eso no es verdad.
Me quede callada, no sabía que contestar, después de todo no podía decirle la verdad, por otro lado sabía que Liam se había dado cuenta era obvio, pero no entiendo como Andrew se había dado cuenta si era el que actuaba más normal, mucho menos como se había enterado de que Liam también lo sospechaba.
- Entonces,- dijo mirándome serio- ¿me vas a decir qué es lo que te tiene así?
- No se,- dije suspirando- amanecí deprimida, debe ser por el cansancio,- él no parecía convencido pero tenía que cambiar el tema- ¿a caso no estas cansado tu de todo lo referente a la obra?, no pareces muy cansado.
- No me cambies él tema Aria- dijo mirándome ahora con una ceja levantada.
- Okey,- acepte, en ese momento se distrajo cuando su teléfono volvió a vibrar, si quería cambiar el tema tenía que pensar algo mejor- por cierto ¿quién es el que te envía tantos mensajes?
Pareció sorprenderse, yo en cambio esperaba la respuesta con los brazos cruzados, había logrado voltearle la situación. No entendía la razón de que estuviese tan incómodo, mucho menos que una persona tan transparente como él quiera ocultar algo tan tonto como eso.
-¿De qué hablas?- dijo recuperándose y actuando normal, ahora entendía porque Andrew es actor.
- De los mensajes que llevas recibiendo todo el día- replique.
- No es nada, es solo un grupo de whatsapp en el que me metieron, creo que me voy a salir, escriben demasiado- dijo con naturalidad, como si fuese algo normal y totalmente sincero, si no hubiese visto su reacción hace unos segundos me lo habría creído.
- Seguro,- dije sarcásticamente con mirada acusadora- por eso llevas todo el día enviando mensajes tu también, para avisarles que te vas a salir,- mostré mi mejor sonrisa irónica- obvio ¿por qué no lo pensé antes?
Había dejado de actuar, hasta parecía sentirse culpable, y aun así yo empezaba a sentirme también así no lo demostré y me mantuve firme. Pero antes de que me dijera nada, la entrenadora nos comenzó a gritar desde las canchas del gimnasio, él se mostró aliviado y yo también, aunque no podía revelarlo como él, había conseguido líbrame de las preguntas de Andrew.
-¿Qué hacen ustedes allá?,- dijo él entrenador observándonos de forma severa- ¿a caso son sordos?
Lo ignoramos y entramos, por lo que veía podías escoger entre jugar volleyball (de nuevo), o basketball (creo que es lo único que odio más que volleyball). A los diez minutos ya estábamos jugando, Andrew había decidido irse con Josh y Liam a jugar basket, en vez de quedarse aquí a jugar conmigo y con las demás chicas como hace normalmente, definitivamente no quería contarme que le pasaba.
No habían muchos chicos que jugarán volley, pero los que jugaban eran buenos y casi siempre terminaban compitiendo (porque lo exageraban a un punto en el que ya no era solo un juego) con las chicas que forman el equipo femenino de este deporte en el instituto, ellos por su lado eran el masculino. Las pocas veces que había jugado contra ellos me humillaron más de lo que era necesario, se que no soy precisamente muy buena y que ellos si pero no tenían porque restregármelo en la cara.
En este momento estaban jugando en la cancha de al lado, maldita sea estaba demasiado parejo, en especial por un chico rubio que no había visto jugar antes, el chico devolvía todo lo que llegara a su lado de la red, la que también se destacaba era una chica que intentaba hacer lo mismo pero no con tanta facilidad. Al chico lo había visto antes, obviamente debe de ser que lo vi por los pasillos o algo así, pero debía de haberlo visto muchas veces ya.
Esperaba que una compañera hiciera un saque cuando sentí un golpe en mi cabeza lo suficiente fuerte como para tumbarme, levante la cabeza un poco y la moví para aclarar un poco mi visión, tenía al menos a diez personas alrededor mío un tanto borrosas, escuchaba gritos y personas corriendo.
- Aria,- dijo Josh a penas entro en la cancha y me vio- ¿estas bien?- dijo examinándome en busca de algún tipo de herida.
- Si,- dije fingiendo que no me dolía la cabeza y tratando de ignorar el hecho de que todavía estuviesen borrosos- no te preocupes, fue solo un golpe.
- Igual tienes que ir a la enfermería,- dijo la profesora de gimnasia- tiene muy mal aspecto, Aiden y Josh, ustedes son los encargados de llevarla.
"¿Aiden?, ¿Quién es Aiden?" me cuestione antes de levantar la cabeza y ver al chico rubio ahora con cara de preocupación y culpa, ahora que lo veía de cerca, si bien todavía veía borroso por el golpe, me daba cuenta de donde lo había visto antes, compartía ciertas clases con él, siempre se sentaba en las primeras filas del aula y especialmente era un chico que en todas las clases de gimnasia había visto sentado a un lado completamente serio con un brazo roto. Me levantaron del piso de forma que pudiera caminar y ellos me guiaban, pero fue imposible, a penas lo hicieron sentí un dolor intenso en toda mi cabeza y pude ver como mi vista se nublaba pasando de borrosa a completamente negra en cuestión de segundo, después de eso no recuerdo mucho más.

Mente en serie(sin terminar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora