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Narra Scorpius. Habitaciones de Slytherin.

El banquete de bienvenida fue cómo todos los años, nada nuevo. Luego de eso nos despedimos de Silena y fuimos a las habitaciónes junto con Albus, dónde estamos ahora, acomodando nuestras pertenencias entre chistes y besos. Esto es demasiado cliché, y sin duda lo amo.

- Scorpiuuus- dijo Albus- ¡tengo sueñooo!

Merlín. Estoy saliendo con un niño de cinco años.

- Ya Albus,- dije entre risas- termino de acomodar estos libros y apago la luz.

Y cómo dije, una vez que terminé de acomodar ambos nos cambiamos y fuimos a nuestras respectivas camas.

- Scorpiuuus- dijo Albus otra vez.

- ¿Queee?- me burle de el- ¿No querías dormir? Vamos, mañana comenzamos las clases a las ocho, duerme.

- ¡Eso intento! Pero ya hiciste que me acostumbre a dormir contigo- no podía verlo, pero estoy seguro de que estaba haciendo un puchero

.Solté una risa y fui hacía su cama, nunca lo diría pero yo también me estaba muriendo por abrazarlo. Me metí a su cama y rápidamente me acerqué a su pecho para que el pudiera rodearme con sus brazos. Realmente amo eso.

Narra Albus. Habitaciones de Slytherin.

Me desperté por el hechizo alarma que Scorpius acostumbra a poner para que no nos quedemos dormidos. Sorprendentemente estábamos en la misma posición en la que nos dormimos ayer, eso es realmente raro ya que yo por poco y no me caigo de la cama por lo que me muevo durante la noche.

- Scorp- susurre- ya sonó la alarma, debemos preparamos.

Esperaba que Scorpius se levantara de un salto cómo normalmente hace, pero solo se pegó más a mi pecho y murmuró algo parecido a "no, estoy cómodo aquí"

- Scorp, amor, vamos- dije repartiendo besos por todo su rostro.

- Está bien- murmuró el- pero no me beses, ambos tenemos un horrible aliento, que asco.

- Está bien, voy a lavarme los dientes, más te vale que te apures porque en serio quiero besarte.

Con un poco de esfuerzo ya que Scorp agarró mi remera y no la soltaba logré salir de de la cama y dirigirme hacía el baño. Una vez terminé de usar el baño salí para encontrar a un Scorpius ya cambiado que me empujó para entrar al baño mientras gritaba

- ¡Más te vale que me esperes idiota! ¡Quiero mi beso de buenos días!

Una vez que estuvimos listos (y que nos dimos nuestro "beso de buenos días") nos dirigimos al Gran Comedor donde encontramos a Silena bromeando con Lorcan en la mesa de Ravenclaw.

- En este momento me arrepiento de despertarte, ¿quieres reconsiderar la idea de quedarnos abrazados en la cama por el resto del día?- dije yo.

- No seas idiota. Además hoy tenemos Pociones y si estuviste leyendo el libro que te di, espero que si, hoy te irá de diez.

- ¿Que si lo leí? Prácticamente me lo memorice. Un día mis padres me vieron leyéndolo y armaron un escandalo, casi me lo sacan. ¿Recuerdas el hechizo que me contaste? ¿El que casi mata a tu padre? Pues se lo tiró el idiota de mi padre ¡Sin ni siquiera saber para que servía! A veces pienso que la que salvó el mundo mágico es mi tía Mione, todavía me sorprende que mi padre con su cerebro de nuez fue quién lo hizo en realidad.

- Lo se, no te dije que fue tu padre el del hechizo para no incrementar tu disgusto hacía el.- dijo ignorando los insultos hacía mi padre, cómo suele hacer.

Iba a contestar pero me di cuenta de que si seguíamos hablando llegaríamos tarde.
Una vez que llegamos al salón la mitad de la clase estaba ahí.

- Señor Potter, Señor Malfoy. Busquen en sus libros la página ciento cincuenta mientras esperamos que el resto de la clase llegué- dijo el Señor Brunner, el profesor de Pociones.

El señor Brunner era un tipo de mediana edad. Le clareaba el cabello, lucía una barba desaliñada y, en los días que no usaba ropa formal para clases, utilizaba una chaqueta de tweed raída que siempre olía a café. Con ese aspecto era imposible adivinar que era el mejor profesor de todos. Nos contaba chistes e historias, nos ayudaba para que las pociones salieran perfectas y cuándo se enteró que carrera quería seguir me convertí rápidamente en su alumno favorito. También es el jefe de la casa de Slytherin, toda la casa lo ama.
La clase fue cómo siempre, el profesor Brunner era tan exigente cómo divertido, por lo que la clase por muy difícil que sea siempre parecía extremadamente fácil.
El resto del día si fue aburrido, pero todo valió la pena ya que cuando Scorpius y yo terminamos la tarea que nos dejaron fuimos hacía el lago negro y nos quedamos sentados en la sombra de un árbol simplemente disfrutando el momento.
Si tuvimos o no una pequeña sesión de besos mientras mirábamos el anochecer no es algo que diré.

Después del Giratiempos//[Scorbus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora