Odiaba la terapia grupal, realmente no entendía por qué debía estar rodeada de gente con lo mismo que yo tengo, hablando de cosas que ya sé que pueden pasarme, o lo que puedo llegar a sentir ante distintos estímulos. Sé que es el TLP, vengo lidiando con eso hace años, y no necesitaba más recomendaciones; pero esta vez era distinto, porque debíamos llevar a alguien importante con nosotros, evidentemente, ahí estaba Cris conmigo.
—¿Nerviosa— le pregunto viéndola
—No, ¿y vos?— me contesta tranquila
—Algo— dije mordiéndome la uña del dedo, al notar eso Cris alejó mi mano de la boca y me dió un beso en su lugar.
—Va a estar todo bien, ¿si?— dijo sonriendo, ella me reconfortaba tanto.Llegó la hora en la que comenzó la terapia, yo estaba en el mismo lugar de siempre, abrazada a mi rodilla y apoyada en el hombro de Cris, mientras ella me hacia caricias en el pelo.
—Presentense para la gente nueva. Nombre, edad, hace cuanto recibieron su diagnóstico, y algo que les guste hacer— dijo amablemente Sandra, la psiquiatra y directora del grupo de apoyo; suspiré con fastidio, todas las veces era lo mismo, y nunca había más de dos personas nuevas.
Iba por ronda, llegó mi turno, Cris me dió una mirada alentadora y me puse de pie para hablar.
—Soy Joana, tengo diecinueve años, me gusta pintar, y me diagnosticaron a los dieciséis— dije sentándome de nuevo, y volviendo a los brazos de Cris.
—Perfecto Joana— me sonrió Sandra, no sé cuanto más iba a poder fingir que me gustaba este lugar.
—Por lo que veo, vinieron acompañados tal cual dije, me parece muy bien— dijo en tono suave —Las personas que vinieron de acompañantes, ¿quisieran presentarse?, digan su nombre, edad y vínculo con la persona a la que acompañan— agregó.
—Hola— Cris se puso de pie para hablar —Me llamo Cris, tengo dieciocho, y soy la novia de Joana— dijo ella.
—¿Y como llevas el vínculo Cris?— preguntó —Sabemos que puede ser difícil llevar una relación con alguien que tiene tlp— dijo cuestionandola, se podía ver claramente la incomodidad en la cara de Cris.
—A ver, tenemos las cosas que nos pasan a veces por la enfermedad, pero es una relación normal, es decir, sé lo que necesita Joana, y no considero que sea difícil estar con ella, soy bastante afortunada de tenerla la verdad— concluyó sentándose, sonreí ante sus palabras y le di un pequeño beso.
—Bueno Cris, eso está muy bien, gracias por compartir esto con nosotros— dijo la psiquiatra con un tono amabable, no podía dejar de pensar en que sus palabras sonaban con un tinte de hipocresía.Los cuarenta y cinco minutos pasaron lentisimo, si no hubiera sido porque estaba con Cris, me hubiera ido antes de concluir.
—No estuvo tan mal Joa— dijo Cris saliendo del lugar y tomándome de la mano.
—Te aseguro que si tuvieses que venir dos veces a la semana se te haría insoportable, me molesta que me traten como si fuera una nena, no sé— me quejé —además, viste lo hiper metida que es con las preguntas la mina esa, te interroga de tu vida y tenes que contestar si o sí— me quejé, odiaba que haga eso, yo jamás fui fan de contarles mis problemas a muchas personas, menos si habia quince personas más escuchandome y quizá juzgandome al hacerlo.
—Me incomodó la forma en la que me preguntó como llevábamos "el vínculo"— dije haciendo comillas con los dedos en la última palabra —como si no sé, estar juntas fuese una carga o algo— me miró extrañada.
—Sí, a mi también me molestó, pero bueno, si dejo de venir sabés como se ponen mis viejos— rodé los ojos, no sé por que no se conformaban con la terapia normal.Caminamos sin ningún rumbo fijo, solo Cris y yo, tomadas de la mano, juntas contra todo, hasta que llegamos al mismo parque del otro día; me reí nerviosa, parecía que el destino siempre nos llevaba al mismo lugar.
—Increíble— dijo Cris susurrando sorprendida, sinceramente yo también lo estaba.
—Boluda como llegamos acá— dije yendo por el caminito de siempre, hasta llegar a ese lugar tan especial.
—Es súper loco, podría ser como nuestro lugar especial, ¿no crees?— dijo sentándose de espaldas al lago y sonriendo.
—Estoy muy de acuerdo con eso— dije sentándome en frente suyo. La miré con detenimiento, los rayos de pronto atardecer daban justo en su rostro, y causaban brillos en el lago del fondo, sonreí al ver lo afortunada que tengo.
—Estoy muy enamorada de vos— solté sin poder dejar de mirarla, no mentía.
—Y yo de vos, bebé- dijo acercandose para darme un beso.
—Espera espera— dije separandome y buscando mi cuaderno y el lapiz en la mochila
—¿Que pasa?— preguntó viéndome preocupada.
—Voy a dibujarte, estás muy preciosa y quiero captar este momento para siempre— dije empezando a bocetear —Además, acabo de recordar que tenía que hacer una tarea para dibujo y me viene perfecto— me reí
—A entonces me usas con dobles intenciones— dijo Cris fingiendo ofensa, pero fallando al reírse
—Podría decirse que sí— dije siguiéndole el juego, ambas reímos. Amaba las tardes así con Cris, solo ella y yo, juntas, con silencios nada incómodos, sonrisas, besos, y caricias.
Cris puso música para hacer más cálido el ambiente, sonreí ante la canción que se puso, 1950 de King Princess.
—Me acuerdo de cuando te toque esta canción con la guitarra— dije con una sonrisa, sin despegar mucho la vista de mi hoja —Estaba super nerviosa, tenía miedo de que no te guste o algo así— reí al recordar ese momento.—Tengo una sorpresa para vos, Cris— dije tapandole los ojos y llevándola al patio. Mis papás se habían ido a un mini viaje a Argentina para visitar a la familia, estaría una semana sola en mi casa, y Cris para cuidarme, vino a pasar esa semana conmigo.
—¿Que es?— preguntó poniendo aus manos sobre las mías.
—Si te digo dejaría de ser una sorpresa, duh— dije riéndome, hasta que llegamos afuera. —Bueno, ¿estás lista?— dije con emoción, ella asintió; le destapé los ojos, le brillaban de felicidad, me abrazó y me besó.
—Está hermoso— dijo en mis labios, había preparado una fogata pequeña, con unas sillitas al lado, la guitarra y una botella de vino blanco, su favorito.
—¿Vamos a sentaros?— dije tomándola de la mano, ella volvió a asentir.
—Voy a tocarte una de mis canciones favoritas— dije agarrando la guitarra del suelo, y pasando mis dedos suavemente por las cuerdas para ver si estaba afinada, lo estaba.
—I hate ir when dudes try to chase me, but I love it when you try to save me, cause im just a lady— empecé entonando la primer estrofa de 1950, de King Princess, Cris me miraba embobada, yo cantaba para ella, solo para ella, y trate de transmitirlo de la mejor forma.
—Me encantó, amor— dijo acercándose para darme un beso. La amaba demasiado.—Ya está— dije saliendo de mis recuerdos, y mostrándole el dibujo a Cris —Una vez que me lo corrijan, es tuyo, es un regalo para la novia más hermosa de este mundo— dije sonriendo, ella se acerco a mí para abrazarme y darme un beso suave en los labios.
—Me encanta— dijo agarrandome de la mejilla y haciéndome caricias ahí, sonreí ante su contacto.
—Te quiero— dije viéndola, ella me volvió a besar.
—Y yo a vos— dijo poniéndome un mechón del pelo tras la oreja y abrazándose a mi cuello.
—Nunca te vayas— le dije haciendole mimos en el pelo, el hecho de pensar que podía perderla me paralizaba el alma.
—Jamás lo haré— me contestó, sus palabras me reconfortaban, todo su ser me reconfortaba, con ella me sentía en casa, y estaba segura de que nada malo podía pasarme estando en sus brazos.
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For you~croana
FanfictionComo Movistar+ no nos dió temporada de Joana, me la inventé. Modismos argentinos.