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James no consiguió dormir ni un poco después de toda la experiencia de Renata sufriendo un terror nocturno. No se atrevía ni a cerrar los ojos por miedo a que ella se despertara de nuevo con pánico y quería asegurarse de que si se despertaba de nuevo, él estaría allí mismo con ella. Ella se había ofrecido a retirarse a su habitación durante el resto de la noche para no molestarle, pero James no podía dejarla marchar. Nunca antes había sido testigo de cómo era el verdadero miedo en la expresión de Renata y ya que lo había visto, no podía dejar de serlo.
Los sonidos de su grito casi rondaban su mente mientras resonaban en sus pensamientos y deseaba desesperadamente entender lo que ella había estado diciendo para descifrar de qué se había tratado el terror nocturno. La convenció de que se quedara con él en el sofá después de que se limpiara la cara de las lágrimas y el maquillaje y les cogiera una manta y almohadas para que estuvieran más cómodos. Cuando volvió, James la rodeó con sus brazos y se aferró a ella durante toda la noche.
Jugó con su pelo, le frotó la espalda y tarareó una suave melodía para mantenerla en un estado de paz y pareció funcionar, ya que Renata permaneció contenta y dormida sin otra interrupción. Pero James seguía despierto mientras escuchaba el silencio de la habitación y, finalmente, los sonidos de los pájaros que piaban fuera cuando empezaban a dar la bienvenida a las primeras horas de la mañana.
No es que lo admitiera, pero en realidad estaba aterrado por Renata después de lo que él y Sirius habían discutido. Aunque no tenían toda la información, había suficiente que le ponía la piel de gallina. Por lo que parecía, los niños que asistían al colegio al que iban Renata y Adelmo no tenían otra opción que seguir una carrera en los campos designados. ¿Cómo podía tanta gente contener la misma ambición por unos pocos trabajos entre cientos? Tenían que tener otros deseos y objetivos en la vida además de esos, ¿cómo podía ser Renata la única que rompiera la cadena y lo hiciera por el azar de una fobia?
No le sentó bien, pero cada vez que se sacaba a relucir el pasado de Renata, ella se ponía a la defensiva. Las cosas que James veía como anormales, ella no tenía ningún problema, o al menos, no creía tenerlo. Sin embargo, James pensó en el partido de Quidditch y en cómo Renata habló de tener lo que creía que era un recuerdo de su infancia antes de despertar. Lo describió como algo doloroso y, por lo que James había presenciado cuando ella tenía su terror nocturno, lo que fuera que estuviera ocurriendo era doloroso de presenciar.
Necesitaba averiguar más, necesitaba más información y, con suerte, Sirius podría ayudarle.
Y como un reloj al acostumbrarse al horario matutino de Harry, Renata se despertó de su sueño y comenzó a mirar a su alrededor como si esperara que Harry estuviera allí mismo esperando a que se levantara. En lugar de eso, se encontró con James, que la miró y le ofreció una pequeña sonrisa. Observó cómo la confusión desaparecía de su rostro al recordar que lo había dejado en casa de los Weasley por la noche. Pero la confusión fue sustituida por un ceño fruncido cuando se encontró con la mirada de James y vio la expresión de cansancio en su rostro.
