07: Recuerdos de ti.

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                                                                                                                                                                 nota:

No tengo nada en contra Astoria Greengrass es un personaje cual amo demasiado pero la necesitaba tan diferente para esta historia.

Una semana exactamente había pasado desde que estaba en tierras británicas sobre todo en esa hermosa solariega mansión que pertenecía a la familia Malfoy era como un sueño del cual jamás quería despertar en esos días había descubierto que no era una persona común y corriente recordando las propias palabras de su "novio" Draco : "Eres una bruja bonita, como yo, como mi madre posees magia en tu interior" todo había sido una locura pero era verdaderamente real esos brotes de magia expulsando a las personas con un blanco destello lo explicaba todo hasta el día de hoy estaba siendo instruida de nuevo con los primeros hechizos básicos por la adorable y elegante señora Narcissa y Draco Malfoy cada vez que regresaba de su trabajo, Pansy estaba tan enamorada de su nueva varita "madera de álamo de temblón con fibra de núcleo de corazón de Dragón , 12 ¾ de flexibilidad inquebrantable" había sido lo que el amable señor le había mencionado cuando esa varita en el negocio que estaba ubicado en el callejón Diagon le había elegido a ella fue sumamente perfecto; y ahora la mayoría del tiempo encontrabas a la azabache entre los pasillos de la mansión deambulando distraída en una pantomima tan elegante de los movimientos de su muñeca practicando cada hechizo aprendido la noche anterior abriendo puertas, mojando las plantas, invocando objetos tratando de ser la mejor, eso si no era embaucada por los constantes chequeos de unos doctores que se hacían llamar "medimagos " revisando su cabeza y memoria, poco a poco asimilaba que su nombre verdadero era Pansy Parkinson, que la señora Narcissa Malfoy era su madrina desde niña, que Draco Malfoy fue su mejor amigo en la infancia y al pasar los años su novio y primer amor, que fue secuestrada y lanzada al mundo de los muggles al terminar una guerra para que su cuerpo sea vendido como castigo, había llorado tanto en los retazos de esos recuerdos que iban y venían que el apodo de Lolita había sido su autodefensa para el trauma que vivía día a día por largos meses en Grecia.

Ese día era tan soleado en particular a pesar de ser otoño donde el frio se resentía en el aire y las hojas de los arboles se pintaban de naranja y amarillo despidiéndose de sus ramas con ese toque tan melancólico y nuevos cambios, los jardines de esa propiedad eran tan alucinante y majestuosos que la azabache nunca dejaba de admirar, caminaba a un lado de la inigualable y perfecta Narcissa a pesar de su edad se mantenía mas que perfecta con ese vestido sencillo pero sin dejar la elegancia resaltando el azul celeste contra su piel de porcelana, en cambio ella portaba una falda de tachones color rosa pálido y una buzo blanco protegiéndose de las ventiscas con medias hasta sus rodillas y esos tacones de colegiala que al parecer a Draco le encantaba admirar su cabello recogido en una suave coleta con sus mechones sobresaliendo alrededor de su pálido rostro. Era costumbre todas las mañanas recorrer unos de los jardines luego del desayuno con ella.

—Este será el primer almuerzo con todos lo que te quieren querida, desde tu regreso y saldrá perfecto. —Hablo la mujer mayor con su voz enigmática como si detrás de todo aquello alguna sorpresa se ocultaba.

—Estoy muy nerviosa madrina, ¿Y si lo hecho a perder? No recuerdo muchas cosas. — Suspiro nerviosamente dejando su verde mirada bailar hasta una fuente donde unos bellos pavos reales nadaban.

—Tranquila hermosa estaremos ahí, Draco y yo. — Le recordó a la joven de cabellos negros correspondiendo la sonrisa alentadora de la mujer que era su ídolo y la madre de su gran amor.

Lolita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora