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El joven de cabello castaño hizo una mueca de disgusto y con la yema de sus dedos, sobo sus sienes, intentando poder ingerir todo lo que estaba ocurriendo.
Kim Sunoo, un joven de veintiún años, universitario y... al parecer, ahora casado con Park Sunghoon, un chico que con suerte sabia su nombre y apellido. ¿Cómo había ocurrido todo eso?
Sunoo sólo disfrutar de sus tan adoradas vacaciones junto a sus amigos y, gracias a 'unos cuantos tragos' perdió por completo su sentido del razonamiento y amaneció abrazado de forma melosa con chico de tez blanca y de cabellos negro.
Como era de esperarse, hizo un escándalo gigante que quizá todo el hotel lo escuchó y le lanzo todo lo que estuviera a su alcance. Obvio, ¿Quién podría reaccionar pacíficamente se está abrazado y desnudo con un desconocido?
Oh, y lo peor de todo, ambos traían anillos en el dedo anular de su mano izquierda. Si, eso significaba que estaban casados.
Imposible. Por mas que intentara, no podía ingerir todo todo lo que había sucedido en menos de una semana. Y como si fuera poco, intentaron anular el matrimonio pero ya había sido consumado, por lo que obviamente ya era una idea descartada. También fueron fueron donde un juez para que los divorcie, pero el hombre panzón había sido bastante claro:
— Sólo podre concederles el divorcio después de nueve meses hay que descartar la posibilidad de un embarazo. Los muchachitos de hoy en día creen que pueden tomarse a la ligera una decisión tan importante como lo es un matrimonio.
— Estábamos borrachos — Alegó Sunghoon.
— Con mucha más razón. Se creen que pueden burlarse de algo tan hermoso como lo es la unión de dos personas.
— Ni siquiera nos conocemos — Habló Sunoo.
— Perfecto. Tienen nueve meses para conocerse — Sonrió con burla —, imaginando que la suerte estuviera de su lado y no están esperando nada, y al terminar los meses que propongo aun no se gustan, los divorciare sin más.
Fueron sus últimas palabras y con su mallete dio esos golpes que daba por terminado el el "juicio"
Sunoo estaba con los nervios de punta, debido a que a penas había pasado dos semanas de todo lo antes mencionado, aún no podía realizarse una prueba de embarazo, porque sí, Sunoo se moriría de la vergüenza si lo revisase un médico y prefería una prueba de embarazo casera, obviamente casera.
Ya que el porcentaje de hombres embarazados era bastante bajo, se tenia que esperar por lo menos un mes y medio, por lo menos. Y volviendo al principio, el castaño definitivamente no pudo ingerir nada de lo que estaba pasando.
Durante esas dos semanas, tuvo que mudarse al departamento de Sunghoon y como si fuera poco, compartir la cama con el de tez blanca.
Nada estaba saliendo como él quería, Sunoo estaba seguro de su sexualidad él sabia que algún día quería contraer matrimonio con un hombre, pero claro, con uno que lo ame y el mismo ame. Se imaginaba una boda estupenda con un hombre guapo -aunque según él, Sunghoon era su prototipo perfecto- y con todos sus amigos y familiares presenciando su unión con el hombre que se entregaría hasta el ultimo segundo de su vida.
Sin embargo los juegos del destino son impredecibles, se casó con un desconocido, estaba borracho y sus amigos estaban presente, aunque haciendo un alboroto espantoso, ya que ellos estaban igual o peor que Sunoo.
Quizás... eso no era lo peor que le esperaba al joven de veintiún años.
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