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A lo lejos, entre sus sueños, podía oír la voz de Ni-ki llamándolo y a Jungwon gritando quién sabe qué

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A lo lejos, entre sus sueños, podía oír la voz de Ni-ki llamándolo y a Jungwon gritando quién sabe qué. Se le estaba haciendo imposible abrir sus ojos aún cuando quería saber que sucedía con sus queridos amigos.

Jungwon corría de un lado a otro buscando su celular, necesitaba llamar a la ambulancia.
No sabía en qué momento Sunoo había comenzado a sangrar y éso le preocupaba. Jadeaba aterrado. Con mucha suerte pudo cambiar la parte baja de su pijama, en su torso sólo puso un abrigo, ya que dormía con una camiseta negra.

Niki sostenía el rostro del mayor entre sus manos y repetía su nombre una y otra vez, intentando volverlo a la realidad. Había comenzado a llorar, su preciosa maní estaba en peligro.

Tras no recibir respuestas recurrió a darle bofetadas -sin usar excesiva fuerza, sólo lo suficiente para que despertara- y le rogaba que abriera sus ojos. El menor no aguantó mucho más y tomó su celular, buscó rápido entre sus contactos el número de Jake y llamó. Al tercer tono la otra línea contestó.

-¿Sí? -la voz del otro lado era ronca, posiblemente estaba durmiendo.

-¡Hyung! ¡Ayúdame, por favor!

-¿Niki, qué sucede? -su voz se alzó un poco junto a un tono preocupado.

-¡Sunoo hyung está sangrando y no despierta!

-Intenta despertarlo, voy enseguida. Mantente tranquilo, mi Niki. -intentó sonar lo más sereno posible para poder transmitirle tranquilidad al menor. Aunque cuando la llamada fue cortada corrió hasta la puerta, tomando de paso las llaves de su auto y poco le importó estar con su pijama y pantuflas de oso; sólo necesitaba llegar lo más pronto posible.

Niki volvió a dar palmadas en las mejillas de Sunoo, ésta vez la suerte estuvo de su lado y en la tercera palmada, el mayor despertó.

Su rostro sólo reflejaba confusión, pero que de un momento a otro cambió por una expresión de dolor. Arrugó la nariz y puso una mano en su vientre, sintió una punzada en la parte baja que le hizo sentarse de golpe.
No alcanzó a gemir por el dolor que provocó la punzada, porque sus ojos vieron las -antes- blancas sábanas con una gran mancha de sangre fresca. Jungwon corrió hasta él.

-Hyung, escúchame: necesito que mantengas la calma, iremos ahora mismo al hospital y todo estará bien. -dijo con voz quebradiza e hizo que el mayor pasara el brazo por su cuello, debían ponerlo de pies para llevarlo hasta la salida.

-Umji -pudo murmurar Sunoo.

-Ella estará bien, tranquilo.

-Mi hijita. -habló de nuevo. Intentó levantarse, pero otra punzada lo atacó y por inercia pujó un poco.

-No empujes aún -habló rápido Niki y ayudó a Jungwon.

Sunoo prácticamente arrastraba los pies y había comenzado a llorar. Ésta vez no fue por Sunghoon, sino por el horrible miedo que sentía.

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