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Kim Taehyung sabía que nadie más entraría a la librería ese día. Era algo en el aire, quizá la forma en la que el viento soplaba las hojas al otro lado de la ventana, o puede que se tratara de el particular tinte que el cielo escogió ese día, pero estaba al tanto que su día laboral había terminado. Nadie lo sorprendería buscando refugio del frío y nadie entraría con vista curiosa a la pequeña librería en el corazón de Kansas. No podía explicarlo, pero sabía que no quedaba nada. 

La semana pasada había sido el regreso a clases, por lo que la librería había tenido una muy buena semana. Mas Taehyung sabía que los pocos alumnos que aún buscaban un libro venían después de la escuela, no pasaban el umbral de su librería bajo el cielo púrpura. 

Además, simplemente lo sentía detrás de las orejas.

Si por él fuera, dejaría abierta la biblioteca hasta avanzadas horas de la noche, por él dormiría en los cómodos sillones forrados del centro. Quizá encendería la chimenea y tomaría un libro al azar, entregándose a las hojas en una noche silenciosa llevada por su pasión. Pero tenía que llegar a casa, lo esperaban en ella. 

Decidió esperar un poco más, no porque alguien más fuera a aparecerse, sino porqué le gustaba estar en la librería. Acomodó un par de pedidos en las estanterías e hico el corte de aquel día. Rondó las estanterías, se aseguró que los nuevos lanzamientos se vieran desde las ventanas y finalmente, se colocó su cazadora de lana y apagó las luces de la librería. 

Cuando salió pudo sentir el rapaz susurro del otoño morder sus dedos mientras peleó con las llaves y la cerradura. Mientras cerraba la librería una chica se acercó hacia el muchacho de cabello castaño. Taehyung la miró se soslayo y la reconoció. Su nombre era Kelsi y era parte de la clientela más habitual de la librería. Tenía su edad, o quizá era un par de años menor, era esbelta y de facciones finas, con cabello rubio y poderosos ojos de cocoa. 

«Le gustan los dramas, la ficción adolescente y la fantasía.» Pensó Taehyung mientras la veía. Ella lo observaba sin decir mucho, él sabía que quería decirle algo, pero no sabía qué. 

—Hola, Kelsi. —dijo cordialmente mientras caminaba hacia su bicicleta—. ¿Ibas a comprar algo? Aún puedo dejarte pasar si quieres. 

—¡Tehyung! Hola. No, no te preocupes, de hecho te buscaba a ti. 

—Ah, ¿en serio? ¿Cómo te puedo ayudar? —Taehyung tomó el manubrio de su bicicleta y los dos comenzaron a caminar sobre el pavimento. 

—Bueno... —Taehyung miró el rosado rostro de Kelsi y dudaba si era por el frío o por algo más—. Vives en Augusta, ¿no?

—Sí, ¿tú? ¿Necesitas que te lleve? Sólo tengo una bici, pero podemos ver cómo lograrlo. 

Kelsi dejó salir una leve risa. —No, no, yo vivo aquí, lo que te quería preguntar es ¿no te gustaría pasar una noche en Wichita?

Taehyung siguió caminando sin inmutarse. Tenía una idea de lo que Kelsi estaba diciendo. Podía leer bien entre líneas, además, podía sentir el nerviosismo de la chica, el temblar de sus palabras y el deseo en el aire. No era un niño, sabía lo que la chica estaba insinuando. 

—¿Qué dices, Taehyung? Podemos prender la chimenea...

Kim Taehyung se detuvo y volteó a ver a la chica. —Kelsi, gracias. Lo aprecio de verdad. Pero yo no me lío sólo por qué sí. 

Las palabras del castaño tomaron por sorpresa a la chica, pero tras la breve sorpresa, una sonrisa se dibujó en su rostro. 

—Lo entiendo, buscas algo serie. Me agrada. Te propongo algo: hay un café por mi casa bastante rico, ¿qué te parece si vamos por un café?

Tae Extraño (Taekook )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora