El frió se presentaba en la boca de Taehyung en vaho que escapaba sus labios en besos que nunca dio. Sus manos se fueron hacia la manguera que procedió a colocar en el tanque del auto. Yoongi seguía dormido en el asiento de atrás, y Lisa se encogía en su asiento, intentando que su abrigo cubriese la mayor parte de ella posible.
—Puedes cerrar la puerta, ¿sabes?
—Perdón. —Taehyung cerró la puerta al ver a su amiga temblando. Era bastante tarde...o mejor dicho, era muy temprano. Estaban en ese momento donde el ayer se convierte en el hoy y el mañana se vuelve más distante de lo que era hace unos minutos. Habían parado a cargar gasolina en algún rincón olvidado en Iowa. Todo a su alrededor eran amplios campos pintados de dorado con la mordida rapaz del invierno.
Taehyung gozaba de la vista, del ambiente y de las memorias que esto le traían. Se sentía como cuando llegó a Kansas, o cuando salieron del Palacio por primera vez. Se sentía libre, un poco nervioso, con la incertidumbre a flor de piel, pero un sentimiento en su corazón de que todo saldría bien.
Había estado pensando mucho sobre las opciones que tenía. La prioridad en esos momentos era que Han Dong no los encontrara. Podría preocuparse del resto de cosas una vez acomodado en Minnesota. La chica había mencionado a la Reina Roja, pero a Taehyung lo evadía completamente por qué ella querría verlo.
Terminó de cargar gasolina y dejó la gasolinera en medio de la nada. Manejó en silencio durante unos minutos, pero eventualmente Lisa rompió el silente ambiente que se palpaba entre la palanca de velocidades. Taehyung podía sentir su Aura. No sólo la sentía más tranquila, más fuerte también, sino que podía palpar su curiosidad.
—¿Me vas a contar por qué te fuiste?
—Te lo dije hace tres años.
—No me dijiste nada, simplemente repetías que tenías que irte. Asumí que era importante, pero no pensé que te referías a dejar Corea e irte a mitad de la nada. ¿No crees que me debes una explicación?
Taehyung se mantuvo callado un momento. No sabía que decir, además, su Aura estaba desequilibrada por los acontecimientos de las últimas horas. Las memorias se apoderaban de él, y con ellas los sentimientos. Para una persona normal quizá sólo sería melancolía lo que asediara su corazón, pero para Kim Taehyung esa nostalgia llegaba a su corazón con un megáfono.
—No hay mucho que explicar, Lis. Sabes que siempre las emociones han sido demasiado para mi, cuando esas emociones me sobrepasaron, huí. ¿Fui cobarde? Puede ser. Pero no podía lidiar con todo lo que estaba pasando en Corea.
—Más bien a lo que estaba pasando con Jungkook, ¿no?
Taehyung se tragó un susurro. —No sólo por Jungkook, por todo lo que estaba pasando. Por Namjoon y todo lo que quería de mi, por el Palacio, por todo... —Hace una larga pausa. Al kilómetro y medio vuelve a hablar—. Sí, quizá Jungkook fue una parte grande de que huyera, pero te seré honesto, estos tres años han sido años tranquilos, callados, y no podría sentirme mejor al respecto.
—¿En serio no extrañas Corea?
—Extrañar y querer volver son dos cosas distintas. Hay veces en las cuales extraño las comidas del Palacio y la biblioteca, pero al mismo tiempo no sé si me gustaría volver. Sé a lo que volvería, y no me gusta. —Taehyung dejó salir un suspiro—. Por ejemplo, no hemos llegado a Minnesota y ya extraño Kansas. Me encantaba mi vida ahí, y si tuviera la oportunidad, regresaría sin pensarlo. De hecho creo que algún día lo haré. No me siento igual por el Palacio.
Lisa analiza las palabras de su amigo cautelosamente. La verdad no entendía completamente los acontecimientos que habían llevado a Taehyung a exiliarse a Kansas, sin embargo podía percibir tremendo desaliento en las palabras del castaño. Si se concentraba lo suficiente, podía sentir su Aura, era cálida, como siempre lo ha sido. Sin embargo, también sentía el inmenso desaliento que habitaba lo más profundo de Taehyung. Ni siquiera había rozado la superficie, pero se sentía abrumada. No sabía los motivos, pero Taehyung tenía vestigios de inmenso desaliento.

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Tae Extraño (Taekook )
أدب الهواةKim Taehyung ha vivido una callada existencia en un recóndito rincón de Kansas desde hace 3 años, sin preocuparse por las memorias y los sueños, ni por las visiones y los sentimientos. 3 años de no ver a sus amigos, 3 años de vivir en Kansas, 3 años...