Tae Extraño (Taekook )

VIII

Ese mismo día, a la hora de la comida, Jungkook se juntó con los demás. Nadie dijo nada, pero Taehyung simplemente jaló una silla y los cuatro comenzaron a comer. Desde ese momento, la dinámica cambió. Esa noche el muchacho desmontó el campamento y durmió en la casa. 

Para Taehyung era una situación interesante, pues el ambiente que se sentía en la cabaña era muy similar a la del Palacio en esos distantes años. Pero Taehyung sabía que no era lo mismo. Por más que entre-cerrara los ojos, la situación no sería nunca como lo era en el Palacio. 

Pero pretender por un momento que las cosas eran como hace tres años era en cierta forma reconfortante para Taehyung. Desde las cosas pequeñas como desayunar en grupo, hasta ver al pelinegro pasearse por la cabaña o las tierra alrededor. 

Desde el día 1 en Kansas, Kim Taehyung había soñado varias veces, la mayoría de ellas despierto, que Jungkook lo encontraba en medio del bosque, que se veían y se hundían en un profundo beso. Pero Jungkook nunca llegó, e incluso ahora que estaba frente al muchacho, no estaban juntos, ni siquiera habían hablado de aquellos...asuntos sin terminar que plagaban la mente de Taehyung y lo tenían en las noches mirando el techo de su cuarto sin poder conciliar el sueño. 

Pero en general el ambiente dentro de la casa era distinto a lo que Taehyung había imaginado. En algunas de las cosas era peor, pero en la mayoría era mejor. 

Los días se convirtieron rápidamente en semanas. Los cuatro muchachos cayeron en una especie de rutina. Al principio, Jungkook sólo observaba, pero poco a poco lo encontraron talando leña, o cocinando. 

Taehyung sabía que tendrían que conseguir un trabajo pronto, pero también sabía que esos eran los momentos en los cuales volar bajo el radar era su mejor opción. Así que por lo pronto, sus días se reducían a la propiedad de los Kim y las nimiedades que puede tener como entretenimiento. En uno de esos días, llegó una lluvia otoñal, lo que provocó que ninguno de los cuatro buscara salir. 

Taehyung estaba sentado frente al escritorio de su cuarto, mirando las gotas caer en la ventana. Ese clima le recordaba a un día lluvioso similar que pasó en compañía de Jungkook hace mucho tiempo.

La lluvia era un poco más fuerte aquel día. Se precipitaba con furia mientras Jungkook y Taehyung intentaban llegar al Palacio. 

Era un largo viaje desde la entrada de aquel bosque hasta la montaña donde se encuentra el edificio. Jungkook, quien era el más precavido de los dos, por lo que cargaba consigo un paraguas. Sin embargo, no lograron avanzar mucho bajo la poca cobertura de pequeño paraguas cuando el viento lo arrancó de sus manos, haciéndolo volar hacia uno de los árboles cercanos, colocándolo meticulosamente en una de las ramas altas. 

—¡Mi paraguas! —exclamó el pelinegro derrotado. 

—Puedo ir por él, Kook, sólo espera aquí. 

Jungkook agarró a Taehyung justo cuando comenzaba a correr. Lo empujó de regreso a la poca cubierta que un árbol les proporcionaba. 

—No te preocupes, Tae Tae, luego venimos por él. Pero tenemos que llegar al Palacio. 

—Sí...pero está diluviando. —dijo el muchacho de dieciocho años. 

—Lo sé. Es lo que estoy pensando. Podemos esperar a que baje un poco la lluvia. 

—O... —La sonrisa de Taehyung se tornó enorme—. podemos....¡correr!

El castaño tomó la mano del pelinegro y lo jaló por el sendero. Las gotas cayeron sobre sus cabezas mientras que sus botas eran ensuciadas por el lodo a sus pies. Corrieron constante por un minuto y se detuvieron a la mitad de la colina. Podían ver el Palacio desde ahí, tentándolos con sus cálidas luces colándose entre los marcos de la piedra caliza.