VII

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Al principio, Taehyung no sabía cómo sentirse. La mañana siguiente después de la llegada de Jungkook, Lisa, Yoongi y el castaño se sentaron a desayunar frente a una ventana que daba hacia la parte trasera de la casa, donde veían al muchacho moverse con agilidad alrededor de su fogata. 

—¿Qué creen que esté comiendo? —La voz de Lisa sacó a Taehyung de su tocino y huevos. 

—Posiblemente las raciones del Palacio, la verdad lo compadezco. ¿Tú qué dices, V?

—¿Creen que deberíamos decirle que venga?

—Depende, —intervino Yoongi—. ¿eso implicaría tener que soportar que nos quiera llevar arrastrados a Seúl?

—No nos va a arrastras hasta Seúl. Sabemos cómo es Jungkook, pero no es cruel. 

—No lo sé, Lis. No lo invitaría, si quiere comida puede comer lo que trajo, o salir de caza. Si Tae no lo quiere aquí, yo estoy completamente de acuerdo. 

Lisa se quedó mirando a Taehyung un momento, luego miró de soslayo a Yoongi. Entendía el enojo de Yoongi, pues a pesar de no saber con exactitud lo que había pasado entre Taehyung y Jungkook, no podía ponerse detrás del muchacho, pues prestaba atención a la mirada de Taehyung y sabía que algo no estaba bien. 

La chica se sirvió un poco de jugo de naranja y se sentó junto a su amigo castaño. La chica se concentró en la Vibra de Taehyung, y a pesar de no ser tan buena Vibrando a la gente como otros miembros del Palacio (o el mismo Taehyung), podía percibir cierta incertidumbre e incomodidad con las palabras de Yoongi.  

—V, ¿qué quieres tú? ¿Cómo estás cómodo?

Taehyung lo consideró un instante sin estar muy seguro de cómo responderle a Lisa. Pensó en el pelinegro, en su actitud la noche anterior, en su actitud la noche en la que Taehyung abandonó Corea. ¿Cuánto del Jungkook que miraba los atardeceres con él quedaba dentro del nuevo Jungkook?

Otro pensamiento cruzó la mente de Taehyung, en realidad no importaba. No importaba, la cosa es que alguien a quien había querido, alguien que había sido tan importante para él, estaba afuera en el frío, comiendo raciones horrendas. 

—Bueno...al final, en el Palacio nos enseñaron que no dejamos atrás a los nuestros. Hace mucho tiempo formé parte del Palacio, y creo que esas ideas deberían permanecer. Pero, ayer lo invité a dormir en la casa y no quiso. No sé si me haga caso. 

—Yo me encargo de ello. —Yoongi salió de la casa por la puerta de la cocina, la cual daba hacia el campamento de Jungkook. 

Lisa y Taehyung lo vieron desde la ventana mientras continuaban su desayuno, ambos con cierta curiosidad de ver la reacción de Jungkook. Pero lisa tenía un ojo al gato y otro al garabato, pues más que nada le importaba el ademán que Taehyung tenía al ver a Jungkook. 

Podía sentir su Aura intensificarse en la incertidumbre, pero al mismo tiempo, había algo más. Lisa no sabía exactamente cómo describirlo, pero sabía que bajo la superficie y la calmada cara que su amigo le regalaba al mundo, había algo más profundo, antiguo y doloroso. 

—Tae, ¿cómo te sientes con todo esto?

Las palabras de Lisa lo sacaron del trance en el que se encontraba. —Bien...bueno, por lo menos mejor de lo que pensé que estaría. 

—La verdad no pensé que te vieras tan tranquilo. ¿Aún... —La voz de Lisa se perdió en el aire. No estaba muy segura inquirir tanto. 

Sin embargo, olvidó que se trataba de Taehyung. El muchacho sonrió al entender lo que la chica le quería preguntar. 

Tae Extraño (Taekook )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora