Un nuevo año escolar había llegado para la academia ninja de la aldea oculta entre las hojas, las vacaciones habían parecido una eternidad para algunos de los estudiantes, pero por suerte su sufrimiento por fin terminaba, claro, solo si este año no volvían a cometer los mismos errores que los llevaron a sus situaciones actuales. En apariencia no habían tenido muchos cambios, ya que, aquellos atributos que tuvieron que renovar durante este breve descanso fueron más internos, cosa que se podía notar si se los observaba con detenimiento y se les conocía lo suficiente.
Por un lado tenemos a un Kiba mucho más fornido de lo que era antes (nada muy exagerado para alguien de su edad), lo curioso era que no se le veía con su habitual mirada de arrogancia y superioridad, sino que este tenía una marcada mueca de enojo, si te acercabas lo suficiente podrías sentir la pesadez que era toda la furia que acumulo durante su "entrenamiento" con su tío Rigatai, ademas de que ahora ya no lo acompañaba su pequeño ninken Akamaru, cosa que causaba murmullos que solo servían para que su sangre hirviera aún más, enfocándolo en su única meta para este nuevo año, acabar de una vez por todas con ese maldito engendro de nombre Naruto Uzumaki.
Por otro lado, se podía ver a la heredera del clan Yamanaka en medio de su habitual sequito de lambiscones, lo raro era que no parecía jactarse y regodearse con sus halagos como lo hace comúnmente, de hecho, si apartabas a todos los chicos de su alrededor podrías notar que su mirada estaba fija en la nada, casi perdida, también estaba usando ropa más común en una niña de su edad (menos vistosa y "provocativa"), la cual cubría casi todo su cuerpo, como si escondiera algo. Lo único que pareció sacarla un momento de su trance, fue la mención de cierta pelirrosa por parte de uno de sus seguidores, jurando vengarla por lo sucedido en el examen.
Uno de los cambios más sorprendentes era ver al generalmente vago y flojo Shikamaru despierto y atento a todo, en vez de estar recostado sobre su banca y perdido en el reino de Morfeo, solo que, si lo veías detenidamente, más que estar atento, parecía exaltado, casi neurótico, prestando mucha atención a cada sonido y cada movimiento que pudiera captar de sus alrededores, tensándose ante la menor perturbación que se produjera.
Y por si eso no fuera lo bastante raro, el usualmente alegre y glotón Choji, ademas de cansado, se veía como una montaña de nervios, observando constantemente su anormalmente pequeña bolsa de almuerzo, acercando levemente su mano para inmediatamente después alejarla y morderse los nudillos.
Por su parte, la antigua heredera Hyuga y un extrañamente alegre (por su seriedad) Shino no dejaban de ver hacia la puerta de entrada, como esperando porque sucediera algo.
*Toc toc*
Todos en el aula salieron de su pequeño mundo pensando que ya había llegado su profesor, así que se sentaron y observaron la puerta, esperaron 5 min y nada pasaba, varios pensando que algún gracioso simplemente toco mientras pasaba para molestarlos, pero antes de que cualquiera pudiera volver a lo que hacía la puerta de abrió de golpe y por ella entraron 3 figuras bastante llamativas, por qué llamativas, pues 2 de ellas venían arrastrando a la 3ra, quien se aferraba con todas sus fuerzas al marco de la puerta.
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