Capítulo 13

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-Uli, ¿qué le echaste anoche a Paco?

-Joder, ¡que no le eché nada! A ver si te enteras, guapa. Soy irresistible.

-JÁ.

Iris y Ulises llevan discutiendo desde que salimos de la casa sobre qué estratagemas había utilizado Uli para acabar con Paco en la cama. Aún recuerdo la escena: los dos de pie en la habitación, desnudos. Ulises tapando la boca de Paco. Ojalá pudiera eliminar esa imagen de mi mente.

-La verdad que a Paco se le veía muy...-no sabía cómo expresarlo-bien.

-Dilo claro, ¡estaba cachondo a más no poder!-Uli casi tira su termo de café entre tanta exaltación.

Pongo los ojos en blanco. Tengo una resaca horrible. Las imágenes de lo sucedido la noche anterior no dejan de asaltarme la cabeza: Paco y Uli, Iris y la chica pelirroja en los baños del pub. Carlo y yo bailando. Carlo y yo bebiendo. Carlo y yo besándonos. Metiéndonos mano contra la pared del salón.

Ay señor.

Pero eso no es todo. Para colmo, he vuelto a tener una pesadilla. De hecho, es la misma que tengo desde hace unos meses. Aún estaba con Álvaro cuando tuve ese sueño por primera vez. No sé qué puede significar.

-Pero, ¿quién se lanzó a quién?-pregunta Jimena. La única que no tenía resaca.

-Pues quién va a ser...-contesta Iris, convencida de que había sido nuestro amigo.

-Cómo te equivocas, reina... fue Paco-le da un sorbo a su café, haciéndose el interesante mientras las tres nos quedamos paradas. Estamos paseando por la orilla del mar, descalzos-¿os acordáis que anoche dijo que se sentía mal y por eso nos volvimos del pub? Pues era mentira. Bueno, mentira no. Se encontraba mal del calentón que tenía encima.

Iris, Jimena y yo nos mirábamos, en una mezcla de asombro y risa.

-No me lo creo-le digo, aguantando la risa.

-Pues créetelo. Me pidió que durmiese con él. Antes de poder cerrar la puerta ya me había cogido de la muñeca y se me había lanzado a la boca.

-¡Mira tú el pijo! Y parecía tonto...-Iris está alucinando. Como Jimena y yo.

-¿Y qué tal?-le pregunté. Tengo demasiada curiosidad.

-Pues no me gustó mucho, la verdad-responde sincero-no me gusta cómo besa. Pero bueno chica, no todas las experiencias van a ser perfectas.

-Osea, que vas a pasar de él-Jimena le pasa el brazo por los hombros.

-Básicamente. Si.

-Pobre Paco... ahora que por fin había aceptado que le gustas... vas y lo dejas. No tienes vergüenza.

-Mira, precisamente TÚ-me señala con un dedo acusador-no me vas a venir con discursos morales. ¿Qué hacías con Carlo en plena madrugada, a oscuras?

Iris y Jimena flipan en colores. Obviamente, no les había dicho nada.

-¿Yo?-me señalo a mí misma con el dedo, con cara de inocente-nada. No podía dormir y fui a por agua. Y él también. Y escuchamos ruidos siniestros que resultaron ser mi amigo penetrando a un pijo rancio.

-Ah no, no, no, no, señorita-Uli se coloca delante de mí, impidiéndome el paso- ¿me has visto cara de tonto?

Pongo los ojos en blanco. Sé que no tengo escapatoria.

-Vale. Nos liamos. Un poco.

-¿Cuánto es un poco?-pregunta Iris, que se coloca a mi derecha, sujetándome el hombro.

Tras la barra de JuliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora