🌟 Primera vez 🌠

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P. Joe Sexy Perry
Advertencia: Smut

    - ¿En serio? - pregunté frunciendo el ceño - ¿No te dolió?
     - Por supuesto, pero la presión de las miradas sobre ti te quitan el dolor en ese momento.
     - Sí, ya lo creo - reí.
     Joe se acercó a mí y besó mis labios lentamente, tomando de mi mejilla para no alejarme.
     - No creo que… - murmuré en sus labios. Me dio tres besos de "piquito" y pasó directo a mi cuello, llenándome de besos húmedos - Joe - advertí, pero no me hizo caso. Con su mano en mi cintura me acercó más a su cuerpo, poniendo las mías sobre sus pectorales fuertes. En serio Joe estaba muy musculoso y no pude contener la tentación de acariciar su torso.
     Me acostó en el sillón y se colocó sobre mí, poniendo mis piernas alrededor de sus caderas, permitiendo que así su masculinidad erecta tuviera rozaduras contra mi intimidad.
     - Ah - mis manos fueron a su cabello, pasando mis dedos entre este, jalando un poco. Sus manos se adentraron bajo mi falda y fueron directo a mis glúteos, alzando estos para poder tener mayor fricción contra su erección.
     Sus labios subieron a mi boca y la devoró, alejando con su mano el cabello que estaba sobre mi frente. Se alejó un poco y se quitó su chaqueta de cuero, dejando al desnudo su torso. Acaricié su abdomen marcado, maravillándome con su físico. La ropa fue sobrando en ambos hasta estar en ropa interior, donde nuestros cuerpos podían estar en mayor contacto, sobre todo nuestros sexos rozándose el uno con el otro. 
     - Ah, ¡Joe!
     - Me gusta escucharte gemir mi nombre, es la primera vez que me excita de verdad - tomé su masculinidad por accidente, pero no quité la mano, sino que me quedé congelada al tener su pene en mi mano derecha. Joe gimió roncamente, hechando la cabeza hacia atrás - mueve la mano nena, por favor.
     Se sentó en el sillón y yo me senté a su lado, pensando en lo que tenía que hacer. Saqué su sexo de su boxer y me sorprendió al ver semejante pedazo de carne, era la primera vez que veía un... sexo masculino en físico. Mis amigas me contaban sobre cómo se masturbaban los hombres y nunca les había prestado atención porque no creí que llegaría a estar en una situación similar a esta. Me asustaba y avergonzaba al mismo tiempo. Hize lo que decía una de ella, lamiendo mi mano con timidez y tomé de nuevo su miembro, comencé a bajar y me asusté al ver que la piel que lo cubría bajaba o se despegaba, fue algo muy extraño que lo solté.
     - Tranquila, es normal - tomó mi mano y la colocó de nuevo en su miembro - así nos masturbamos, de arriba hacia abajo múltiples veces - me enseñó cómo, guiando mi mano. Luego soltó mi mano y dejó caer la cabeza en el respaldo del sillón, cerrando los ojos, disfrutando - Sí, así nena, así.
     Cada vez apresuraba un poco el ritmo, pero cuando veía que se agitaba o apretaba con sus manos la funda del sillón bajaba mucho el ritmo, siendo muy lento. No quería que eyaculara, aún no.
     - Me estás llevando al borde de la locura, déjame correrme - no respondí. Respiré hondo, mentalizándome para lo que tenía planeado hacer, aunque aún no estaba completamente segura de esto - ¿Cariño?, ¿qué suce…?, ¡Oh Dios! - se agarró fuertemente al sillón. Seguí lamiendo la punta como si fuera de esas paletas tutsi pop. El sabor era un tanto amargo, pero no era tan horrible como para dejar de hacer mi idea. Lamía el glande lentamente, como si estuviera disfrutando de un caramelo que no quería que se acabara - ¡Chúpalo!, ¡Mete todo a tu boca!, ¡Ah! - pasé mi lengua por el resto del pene, haciendo que Joe se sacudiera en respuesta.
     Yo no tenía idea de cómo hacer sexo oral, era la primera vez que lo intentaba hacer y esperaba que lo estaba haciendo bien. Así nos quedamos un rato más, en donde yo lamía y me metía a la boca ese gran mástil de carne y Joe disfrutaba por completo. Estuvo a punto de correrse tres veces y en esas tres veces lo detuve, alejándome y evitando que él mismo se masturbarse para poder acabar.
     - Ya no aguanto más - me cargó entre sus brazos, llevándome a su habitación y me dejó caer sobre la cama, provocando que el brasier se bajara y mis senos salieran de su escondite. No tuve la oportunidad de si quiera sentarme cuando ya estaba sobre mi cuerpo y atacaba mis pezones con su boca y mano.
     - ¡Ah! - se sentía bien, era la primera vez que sentía placer en los senos, nunca había podido disfrutar de esto porque me daba vergüenza tocarme completamente a la hora de masturbarme.
     Joe me quitó mi última prenda que estaba empapada por completo, siendo esta arrojada por algún lado de la habitación. Acarició mis labios mayores, ganando de mi parte un sonoro gemido al sentir sus movimientos en mi vagina. Posicionó su pene en mi entrada - esto dolerá al principio, en detendré si tú lo dices, ¿está bien? - asentí. Tenía miedo.
     Sentí cómo su miembro se adentraba centímetro a centímetro dentro de mí. El dolor no era horrible, de hecho, no estaba siendo doloroso como me habían dicho, solo esperaba que al romper el himen no fuera el peor dolor de toda mi vida. Joe se detuvo en un punto, ya había llegado a mi pared virginal, me miró a los ojos y sosteniendo miradas me penetró de una vez. Lancé la cabeza hacia atrás, había sido como un pellizco en mi parte baja, un pellizco que dejó un agudo dolor, pero no duró tanto, lo cual me alegró al saber que mi primera vez no sería en ningún sentido desastrosa.
     Joe comenzó a moverse, penetrándome suavemente con estocadas pequeñas, siendo cuidadoso. Se dejó caer sobre mí y lo abrazé, en esa posición podía sentirlo más adentro de mí y me estaba llevando al cielo. Teníamos relaciones de forma apasionada, no era salvaje, no era brusco y para ser mi primera vez agradecía eso. 
     - ¡Ah, Joe! - besaba mi cuello y mi boca alternadamente. Yo acariciaba sus anchos hombros y su espalda, esperaba no haber dejada marcas de uñas en esta.
     - Eres mía amor, lo serás siempre - susurró en mi oído, mordiendo con brevedad el lóbulo de mi oreja.
     El ritmo lento se volvía cada vez más rápido, hasta que se escuchara el choque húmedo de nuestros cuerpos. Sacó su pene y me dio la vuelta, jaló de mis caderas hacia él, poniéndome en una posición de cuatro y volvió a atacar. Sentí que iba más profundo, me estaba llevando a la locura, al goce, a la agonía de placer. Cuando estuve a punto de correrme se detuvo como yo había hecho en al sala, que maldito.
     Al recuperar el aliento volvió a atacar, mucho más fuerte y rápido - ¡Ah, sí! - hizo una coleta improvisada en mi cabello con su mano derecha y jaló de esta suavemente, haciendo que me enderezara y mi espalda quedará pegada a su fuerte pecho. Estampó sus labios con los míos, nos besábamos con total lujuria.
     No aguantamos mucho más y ambos terminamos en esa posición Sentí cómo me llenaba con su semen y fue demasiado placentero fue gloria. Terminamos agotados. Muy exhaustos. Nos acostamos en la cama y nos cubrimos con las sábanas hasta los hombros.
     - Te amo ___ - sentí mis mejillas calentarse, a pesar de haberlo hecho, aún podía sonrojarme con facilidad con él.
     - Yo también te amo Joe.

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     Nadie me preguntó mi opinión, pero tengo que confesar que tardo mucho en escribir este tipo de contenido porque a veces me da un poco de penita y lo escribo por ratitos, es muy raro escribir esto...
     Bueno, espero que se encuentren súper bien, cuídense, los quiero y «a rockear siempre» como dice el Jordi Wild  💜

ONE SHOTS R∅CKER∅S Y MET∆LER∅SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora