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Shikamaru's POV

Como autómatas, los alumnos caminan de un lado a otro. Hoy han empezado los exámenes. Muchos están nerviosos, otros lo dan todo por perdido. Pero si algo está claro, es que el alumnado ha acabado dividido.

Un mismo tema, una misma persona. Pestes o halagos. A estas alturas a nadie le es indiferente: o veneras al Uchiha, o lo desprecias.

En mi caso... no es que le tenga asco a él. Se lo tengo a las molestias que atrae. Cual avispas persiguiendo la carne, cual buitres intentando rascar atención y polémica.

Claramente ellos no se ven así. Se hacen llamar "La guardia"; cuando el resto nos referimos a esa marabunta como "El séquito". Aunque a veces sería más adecuado llamarlos secta. Pero sea como sea: Sasuke Uchiha es intocable. Y aquel que haya tenido la osadía de alcanzarlo, sufrirá las consecuencias.

- Hey Hoshigaki - digo-. Hey.

Cuando mi mano cae sobre su hombro la chica salta, como si acabase de volver a la Tierra.

- Hey, ¿qué tal? - Pregunta, reafirmando el agarre sobre las carpetas que carga.
- Mejor que tú seguro - afirmo, caminando junto a ella-. ¿Hace cuánto que no duermes?
- ¿En condiciones? Desde la metriz - bromea, pese a que su sonrisa termina en mueca.

Río levemente, aunque creo que lo hago más por compromiso que otra cosa. Sus ojos hinchados, rodeados de negro y resaltados por la palidez de su piel dejan claro que ella es la que peor lo está pasando con todo este asunto. Y una de las razones es ese odio que te penetra la nuca cuando caminas a su lado.

- ¿A dónde vas con tantas cosas?
- Asuma-sensei me ha pedido que lleve esto a la sala de profesores.
- Ah... qué molestia.
- Pero si no te lo ha pedido a ti - afirma divertida.
- Eso no quita que siga siendo una molestia.

_____ ríe levemente, lo que me permite relajarme al menos un poco. Entre las miradas de asco, la envidia y los susurros mal disimulados, resulta imposible caminar tranquilo. ¿Cómo carajo lo soporta?

- Pensé que te caía bien.
- Ch. Yo no he dicho lo contrario.
- ¿No crees que todo sería más sencillo si fueses más sincero?
- ¿No te parezco sincero? - Cuestiono, mirándola con la ceja levantada. Ella ni siquiera se gira.
- Me pareces un reprimido - contesta sin rodeos-. Es aquí, ¿vas a ir con los demás?
- No, te espero - digo, acercándome a la ventana.
- Ok, vuelvo enseguida - asegura, desapareciendo tras la puerta.

Con pesadez, me dejo caer contra la pared. ¿Reprimido? Menuda molestia. Simplemente evito problemas. ¿Por qué calentarme la cabeza con cosas que no puedo resolver? ¿Qué sentido tiene argumentar contra alguien que no va a entenderme diga lo que diga? La gran mayoría hasta que no se come el muro no mira a su alrededor. Y tampoco es como si guiar a la gente fuera mi trabajo. Mucho menos meterme en movidas ajenas. Así que... ¿por qué carajo estoy haciendo esto?

- Hoshigaki, ¿estás bien?

Mis pies se han movido solos, acercándome a la figura encogida de una amiga que se sujeta el hombro con gesto de dolor.

- Ay, lo siento - dice la culpable, con una sonrisa cínica coronándole el rostro-. La próxima vez mira por donde vas.

Sus acompañantes ríen por lo bajo y la felicitan mientras siguen su camino. Malditas perras del averno. ¿Todo el pasillo para cruzar y aún fingen que estamparla contra la pared ha sido un accidente?

- Oi - digo, dando un paso al frente.
- Estoy bien, Shikamaru - interviene ____. Su mano se aferra a mi muñeca. Ni siquiera alza la vista, está tan ocupada temblando que ni se le pasa por la cabeza mirarme a los ojos-. Está bien, ¿nos vamos? El descanso casi ha acabado.

Insiste, empezando a caminar en dirección contraria a la del grupo de chicas.

Decido seguirla tras unos segundos pensando. Ella tampoco quiere problemas. Es una chica lista, sabe mantener un perfil bajo pese a destacar allá a donde va. Quizá por eso me cae bien. Aunque bueno, no tengo ganas de dar toda esta vuelta hasta clase.

- ¿Llevas bien el examen de economía? - Pregunta, intentando cambiar el curso de mis pensamientos.
- Más me vale, lo tenemos ahora - aseguro. Su voz suena nerviosa y aún tiembla levemente. No sé si está asustada o a punto de llorar, pero está claro que trata de hacerme sentir mejor.
- Yo estoy algo preocupada - admite-. A veces me lío con los procedimientos.
- Si tú suspendes, el resto de la banda está perdida - aseguro. Sólo recibo una leve mueca en respuesta-. ¿Quieres que te explique algo? Aún tenemos unos minutos.

Por primera vez, sus ojos se fijan en los míos. La inseguridad en su mirada consigue que me hierva aún más la sangre, pero decido morderme la lengua antes de cagarla.

- Pues la verdad es que tengo problemas con...

Poco a poco la conversación fluye y dejamos de lado el altercado anterior. Me sorprende ver que tiene dudas sencillas que ella misma le ha resuelto con anterioridad a Naruto, pero decido no darle muchas vueltas y aclararlas. Simplemente está nerviosa. En estos momentos no necesita ningún sermón.

Caminamos despacio y, a medida que nos alejamos de los pasillos más transitados, la calma va volviendo a nosotros. Al final dar este rodeo ha tenido algo de sentido. O al menos lo tenía. Puesto que al girar la última esquina, justo tras el último peldaño de la escalera hacia nuestro piso, nos encontramos con una de las peores escenas posibles.

¿Desde cuándo el Uchiha y Naruto son tan amigos?

Reborn (Naruto, Sasuke y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora