Reborn (Naruto, Sasuke y tú)

16

Kisame's POV

- Pain es un aburrido.

- ¿En serio querías que viniera?

- ¿Por qué no? Es nuestro jefe.

- Exacto: ES nuestro jefe. ¿Qué más razones necesitas?

Deidara y Tobi discuten en voz alta, encabezando la procesión de hombres trajeados que paseamos por una calle abarrotada del distrito comercial. Ha sido una cena de empresa de lo más común. No había mucha gente desconocida, pese a ser un acontecimiento organizado expresamente para presentarnos ante los recién llegados. Quizá hay alguna recepcionista o manager nuevos, pero poco más.

- Kisame, ¿te pasa algo? - Me pregunta uno de mis compañeros-. No haces más que mirar el reloj.

- Oh no es nada - contesto, colocándome la manga de la chaqueta-. ¿Habéis decidido ya el bar al que vamos a ir?

- ¡SÍ! - Exclama Tobi, que se une a la conversación de la nada.

- ¡No vamos a ir a ese cuchitril! - Reclama el rubio.

- Eeeh ¿por qué?

- Porque es un habitáculo sucio y ruidoso lleno de malandros.

- Pero el grupo tiene buena pinta...

- Me da igual, no pienso poner un pie ahí dentro.

- ¿Desde cuándo eres tan quisquilloso y bien hablado, Deidara? - Interviene Sasori.

- Tú cállate, que al final duermes en el sofá - contesta el mestizo con cara de pocos amigos-. Además, fuiste tú el que dijo que ahora tenía que cuidar las formas.

- Pero no convertirte en un esnob sin remedio - sentencia el mayor-. Además, ¿te recuerdo cómo empezamos nosotros?

- No, no hace falta - murmura por lo bajo.

- ¿Entonces podemos ir?

- Yo no tengo problema - contesto.

- Yeyyyy.

Y de esta forma, sin más pormenores ni réplicas, la manada vira hacia la izquierda, alejándonos cada vez más del centro. Unos minutos después, nos encontramos en una calle estrecha y de higiene reprochable.

- Pues... sí que es un cuchitril - admite el pelirrojo.

- ¡Os lo dije! - Exclama el menor del grupo-. ¿Podemos irnos ya?

- ¡¿Eeeeh?! ¡¿Después de haber caminado hasta aquí?!

Las quejas forman un barullo que, claramente, disgusta a los clientes del local. Resulta obvio que decir estas cosas delante del negocio no es plato de buen gusto. Por no hablar del hecho de que, ya de por sí, nuestros atuendos llaman bastante la atención.

- Chicos, tranquilizaos - intervengo-. Hemos venido hasta aquí ¿no? Además, lo importante son los chupitos.

- ¡¿Estás bromeando?!

- Eres un auténtico borracho - bromea el jefe del departamento de diseño, siguiendo mis pasos hacia el interior.

- ¡Vamos Deidara-senpai! ¡Será divertido! - Tobi arrastra al chico, adelantándonos una velocidad envidiable.

- ¡Algún día te reventará el hígado, pescado con gigantismo!

Las maldiciones del rubio se ven opacadas por los jolgorios del local. La gente ríe y bebe en un ambiente cargado de feromonas y alcohol. Los bajos del subwoofer retumban en las paredes y el rasgueo de las guitarras vibra en mis oídos. Ah... qué recuerdos.