Capítulo 5

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Narra Harry

Luego que la señora Weasley nos pidiera que fuéramos al segundo piso, Fred y George se fueron a su habitación. Por lo que llegue a la conclusión de que siguen enojados por lo de hace unos días.

Desde que está en el ministerio, no hay un momento que no deje de hablar de Cornelius Fudge. – dijo mirándonos. – así que por el cariño que me tengan, no le pidan que les explique algo, jamás se callara. – rogó con sus manos juntas.

Ay Ron – hablo Hermione – esta así porque tiene un puesto importante. Deberías de estar feliz por él.

Decidí ignorar los comentarios de mis dos amigos, sabía cómo se iban a poner, así que mejor dejarlos a ellos solos.

¿Siempre son así? – escuche la voz de Dan y gire mi cabeza.

Si, siempre. – afirme y reímos.

Menos mal se me cumplió el sueño de conocerlos. – dijo – Ron habla de ustedes siempre y de otro chico más.

Ahh, hablas de Draco – afirmó con la cabeza.

Si creo que así se llamaba. – respondió – y estas emocionado?

¿Por qué? – hable nervioso.

No, solo decía. – La mire extrañado pero lo deje pasar. 

Ella solo atino a reír. Para recién verla, se me hace muy familiar, siento haberla visto en algún otro lado. Ya tendré tiempo de acordarme.

¡Dan! – gritaron los gemelos entrando al cuarto de Ron.

Sabes de que hablan abajo? – pregunto Fred. – haríamos un truco pero corremos el riesgo que mamá nos quite de nuevo todo.

¿Quitarles que? – preguntó ella.

El día que llegué acá – empecé a hablar. – le dieron una de sus creaciones a mi primo y su lengua se volvió larga. Hubieran visto la expresión de mi tía Petunia cuando vio a su querido Dudley así. – todos reímos.

Exacto – afirmó George – mamá también había encontrado una lista de nuestros pedidos y nos confiscó todo.

Quiere que saquemos mejores calificaciones. – hablo ahora Fred – está enojada porque a las justas aprobamos las TIMOS el año pasado. Se la paso dos semanas comparándonos con Percy. – bufo lo último enojado.

No entiende que no queremos ir al ministerio. – exclamó George – queremos abrir nuestra propia tienda de bromas "Sortilegios Weasley".

Saben que mamá jamás los dejará – intervino Ron.

Ahí me di cuenta de que dejo de pelear con Hermione y se sentó a un lado mío.

Nos para comparando con él hasta en lo más mínimo. – se quejó mi amigo. – la semana pasada le dijo a Ginny que debía ser como él.

Todo reímos incluso Herms que no sé en qué momento llegó.

Sólo cree que eso es lo mejor para ustedes – intervino. – si sacan buenas notas este año tal vez ya no los moleste.

Excelente idea, me agrada – exclamar los dos – punto para Granger.

Todos nos pusimos a reír, hasta que escuchamos el grito de Ginny.


Narra Dan

Cuando oímos a Ginny gritar todo nos paramos y fuimos a su habitación.

¿Qué pasó? – fui la primera en llegar. – Hey, mírame. – puse mis manos en su rostro e hice que me mirara. – que paso?

Alguien rompió la barrera. – Mire a los chicos que estaban detrás de Hermione.

¡CHICOS! – escuchamos ruido en las escaleras. – que ha ocurrido.

Alguien rompió la barrera. – repitió Ron a su padre. – ahí! – pudimos ver por la ventana un humo gris y unas siluetas acercarse.

Quédense acá – exclamó mi papa – cualquier cosa ya sabes que hacer – volteo a decirme antes de seguir al resto.

¿Qué está pasando? – pregunto Harry. - ¿De qué barrera hablan?

La casa no puede ser vista por nadie – respondió Fred. – solo los que vivimos acá, familia o amigos que saben la contraseña, "la madriguera".

El hechizo protege el perímetro. – respondí – sin la contraseña nadie entra. – saque mi varita de mi bolsillo. - A menos que la interfieran.

No podemos hacer magia fuera de la escuela. – me dijo Hermione.

Ella si puede. – hablo Ginny. – Tiene permiso, nuestro tío es el asesor del ministro de magia.

Pude notar la cara de sorpresa de los dos chicos que conocí hoy.

Lo Lamento, no sabía. – dijo Herms apenada.

No te preocupes. – hable. – no es algo de lo que uno siempre valla hablando. – todos reímos.


Narrador omnisciente

Una vez los adultos dejaron a los jóvenes arriba por precaución. Bajaron lo más rápido al primer piso y ver que había sucedido.

Arthur – susurro Molly a su esposo – Nunca nadie había roto la barrera.

Lose, tranquila. – le dedico una media sonrisa.

Vamos – exclamó Ralph.

Quédense las dos atrás – dijo Arthur. – A la cuenta de tres, abres la puerta. – le indico a Percy.

Uno... dos ... tres – contó Ralph.

La puerta fue abierta. Los cinco adultos mantenían sus varitas en dirección a los desconocidos. Aún se podía ver la nube gris rodearlos, pero poco a poco fue disminuyendo.

Para sorpresa de todos, las tres siluetas pertenecían a una familia en particular.... Los Malfoy.

Lucius. – dijo Arthur. 



Número de palabras: 874

La guardiana de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora