Capítulo {Cinq}

325 4 7
                                    

-Mañana comenzaremos con las clases- sonrió extendiéndome una llave al llegar al salón.

- ¿y esto? - lo mire recibiendolas.

-Como quizás te necesite a cualquier hora del día tendrás una llave para entrar cuando te necesite.

Se dirigió a abrir la puerta principal.

Silenciosamente guarde las llaves en mi bolso y cuadernillo que aún tenia en mano.

-recuerda las reglas, muñeca - murmuró acercándose a mi oído, un escalofrío se apoderó de mi cuerpo - mi casa, mis reglas. Tienes que hacer lo que yo te ordene.

La rabia volvía a florecer en mi... Lo odio.

Me alejé de el y rápidamente salí por la puerta.

-ya lo sé ¡me obligó a escribirlo! - murmure frustrada - Además usted no es nada para tratarme así.

Una pícara sonrisa de forma en sus labios.

-soy tu maestro - dice con su voz sutilmente ronca y sensualidad en ella.  Se encontraba apoyado en el marco de la puerta observándome.

-Eso no le da derecho a...

-¿Quieres perder esta oportunidad? - me interrumpe - porque si sigues así puedo simplemente arrepentirme de darte clases - sonrió.

Suspiré... Tenía que calmarme, me cuesta aceptar que este es mi jodido maestro y en cierto punto es él el que tiene el poder.

-a que hora me quieres acá - deje los formalismos para otro momento, ya estoy bastante cabreada.

Elevó una ceja por mi respuesta.

-te llamaré - finaliza cerrando la puerta en mi cara.

Me di la vuelta  soltando humo por las narices.

¿donde me he metido?...

***

-¿Que tal tu clase? - escuché la voz de Edmond desde la cocina.

Hace aproximadamente cinco minutos había llegado al hotel y estaba exhausta.

Aún no asimiló todo lo ocurrido.

-Bien- resoplo.

-No suenas convencida - rió sentándose junto a mi en el sofá, extendiéndome una taza de café.

-No fue lo que esperaba - tomé un trago sintiendo el suave y cálido sabor.

-A que te refieres - su  voz sonaba mucho más seria e inmediatamente apago el televisor con el mando.

-¡Hey! La estaba viendo - hice puchero.

Al verlo me di cuenta que su humor había cambiado radicalmente.

-Vamos lis, puedes contarme - dice con su tono suave.

-Me refiero que... - solté una risita al recordar  todo - cuando llegué al encuentro, no estaba el maestro que esperaba encontrar, solo eso.

-Sigo sin entender léa, explicate más.
No le digas léa... Cierra la boca.

-No es un pintor ultra anciano como lo imaginaba - reí.

-¿Es joven? - podía sentir la curiosidad en cada palabra que pronunciaba.

Lo miré perpleja.

¿a que venían los celos?

-Es como de... - dudé,  si le digo lo joven que es obviamente se va a enfadar, y comenzar una discusión ahora con Ed será la gota que revalsa el basó,  literalmente ya que siento que voy a explotar - No lo sé.

Asintió silencioso.

-Pero más  de cuarenta no tiene- solté

-¿te gusto? - pregunta de golpe.

Por poco escupo el café de mi boca al escucharlo.

Llevamos dos años juntos,  me regala un anillo que simboliza "nuestro amor"  y... ¡¿me pregunta eso?!

-¿que acabas de decir? - exclamé  levantándome del sillón.

-Me escuchaste...

Algo en mi me provocaba.

Quería gritarle que sí para solo enfadarlo más  y ver su cara arder en llamas pero... Me contuve.  Solo iba a empeorar más las cosas.

-No me esperaba eso de ti - lo mire con asco - ¡Es mi maestro! ¿como puedes pensar eso de mi?

Se mantuvo en silencio mientras pasaba una mano por su rubio cabello.

Supongo que tengo razón...

Comencé  a caminar a mi habitación  pero de pronto siento su mano en mi brazo para detenerme.

Creo que hoy es el día de detener a léa de los brazos.
Primero Zayn  y ahora Edmond... Genial.

-lis ... Espera.

-¡Qué! - grité tratando de controlarme.

-lo siento - murmuró por lo bajo.

Bufé.

-te amo ¿si?, solo estoy un poco frustrado por lo del viaje y...

-Cálla- lo detuve  elevando mi mano - ya pasó,  no quiero seguir hablando de ello, solo quiero descansar...he tenido un día duro.

-Bien - susurra lo suficiente fuerte para escucharlo - descansa...

***

¿llegaron bien? - pregunta mi madre por décima vez a través del teléfono.

No pude evitar rodar los ojos nuevamente.

-Si mamá, todo perfecto.

-¿Que ocurre? ¿Discutiste con Ed?  ¿El esta bien? - Oh dios... - Léa,  Edmond es un buen chico. No lo espantes con tu terrible genio.

Me levante de la cama sosteniendo  el móvil.

Estoy completamente segura que ella preferiría ser mil veces la madre de mi novio que la mía.

Y eso me molestaba.

-Estoy cansada mamá - murmuré resfregando mis ojos.

Sin darme cuenta había dormido casi toda la tarde y por lo que veo ya es de noche - hablamos mañana.

-Léa,  no te atrevas a cort...

Sin escuchar una palabra más corte la llamada.

Me dirigí  al baño para darme una ducha y despejarme un  poco.

***

-¡lis! - escuche un grito desde la habitación - tu teléfono no deja de sonar.

Gruñi enjuagandome lo más rápido posible y me envolví en la toalla que había dejado a un costado de la ducha.

Volví  a la habitación y tomé el móvil.

¿Porque mamá es tan persistente y molesta?

Me tense al ver un  mensaje de un número desconocido.

Lo abrí.

¿¡Porqué mierda no contestas el puto móvil!?  Te necesito AHORA en mi casa... Ya tienes la llave muñeca,  solo entra y dirígete al estudio.
Zayn. Tu sexy maestro. X

Rodé los ojos al leer su mensaje.

Leí el mensaje una y otra vez haciéndome dos preguntas :

Uno.
¿como sabe mi número?

Dos.
¿que están importante para necesitarme a estas horas de la noche?.

Lune á l'aquarelle | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora