La edad solo es un número. Sin embargo no puede ignorar a sus instintos, el peso de la presión que poco a poco lo sofoca.
Un par de ideas que considero buenas, una necesidad en su alma de la que no quiso escapar.
Su corazón roto, la soledad, el egoí...
Kouki estaba realmente deprimido. Había pedido una licencia de una semana y gustosos en la empresa se la dieron.
—Sabes, creo que estas así porque sientes la pérdida de tu alfa después de conocerlo—
Tetsuya había vuelto a su hogar unos días más tarde, en cuanto le informaron que no iría más a la empresa y le había encontrado llorando desconsolado mientras comía helado de fresa y galletas. Por supuesto que Kouki entendía el proceso alfa y omega, pero era algo que no quería aceptar. No podía, se había dicho a si mismo que jamás sufriría del corazón por amor.
Si iba a ser asi seria por sus hijos y ellos; porque ahora sabía que eran dos, seria a los únicos que amaría con fervor.
—Me dio su número— escucho Kouki —Me dijo que sea lo que fuera que pasara, lo mantuviera informado y... me entrego unos papeles para dártelos—
—¡¿Cuándo fue que lo viste?!— pregunto Kouki mientras se levantaba con dificultad del sillón
—Hace unos días, no había querido decírtelo porque aun te veías agitado, tampoco le dije que tuviste un pre-celo—
Kouki no había podido sacarse de sus recuerdos ese perfume, esos ojos tristes, quizá era la definición de la insensatez, pero Kouki se seguía repitiendo que no permitiría que le rompieran el corazón dos veces, aunque ciertamente sentía que ya lo habían hecho.
Tetsuya había visto de primera mano cómo su mejor amigo ya no podía dormir bien, porque o dormía demasiado o simplemente no podía dormir. Pasaba las horas sentado en una misma posición y solo se levantaba de la cama o el sillón si tenía que comer. No sonreía de la misma manera cuando veía la ropa de sus pequeños, cuando tenía entre sus manos los ultrasonidos.
Parecía entumecido con todo lo que sucedía a su alrededor. Tenía problemas para concentrarse, recordar cosas y tomar decisiones, incluso la simple acción de decidir que ponerse después del baño se le tornaba difícil y ya estaba seriamente preocupado.
En su trabajo le tenían mucha paciencia por su embarazo, además de que también se preocupaban, pero sabía que en algún momento lo enviarían a descansar y era lo que más temía. La soledad de su departamento.
—No me has dicho de que tratan esos papeles—
Era cierto, los documentos. Tetsuya los había traído cargando ya por dos semanas y no podía seguir alargando el tiempo. En ese momento se arrepentía de no ser profesor de prescolar y ser un abogado.
—Es un contrato en el que el demandante; es decir, Akashi Seijuuro, solicita darle el total de los derechos de paternidad sobre los cachorros— Kouki sintió que su corazón latía con fuerza mientras escuchaba el contenido de todo el contrato —Solicita que el o los cachorros usen su apellido. También los reconocerá como herederos de todo lo que tiene por si le pasara algo. También hay una solicitud de derechos de visita sobre cuántas veces a la semana debe verlos y quiere... —
Kouki ya estaba dando vueltas por todo el departamento con una mano en su boca mordiendo sus uñas y la otra en su pronunciado vientre. Sus lágrimas recorrían sus regordetas mejillas por el embarazo. Tenía miedo, mucho miedo.
—O dios Tetsuya ¿Qué hecho? Cuando mis padres se enteren de esto... espera ¿Hay algo más?—
—Quiere una evaluación psiquiátrica de tu estado mental—
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