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Era verdad...

La ciudad más próxima según palabras de Horacio quedaba a 2 horas desde la casa de este ultimo mencionado.
Por ello, cuando los ojos de Volkov se enfocaron en el poste orillado en la carretera de donde se podía leer perfectamente una direccional que decía "Gasolinera 1kilometro" sonrió un poco.

-Al final era verdad que la ciudad estaba cerca...-

Y si, llego a llenar el tanque de gasolina de su auto y ya lograba divisar la ciudad, pues probablemente esta ya se encontraba en menos de 20 kilómetros.
Sin dudarlo más, tomo rumbo hacia la ciudad.

El camino hace ya una hora dejo de ser campo, dándole a entender que se alejaba de todo aquel campo hermoso... del hogar de aquel chico de cresta.

Al pensar en Horacio, sacudió un poco su cabeza; sin despegar la vista de la carretera, tratando de olvidar aquello.
"-Qué mierda?-" pensó.
"-Por qué tengo que pensar en el?, si tan solo hace unas horas lo vi-" seguía pensando.

-Tengo su número, le llamaré después, no es tan importante... no... lo es.-
Freno en un semáforo que le indicaba que debía hacerlo debido a la luz roja que este transmitía.
"Justo 2 horas" y ahí estaba otra vez, pensando en ese chico.
Volkov estaba confundido, pues no era normal que le extrañara o algo así.
Ni siquiera eran amigos, eran dos desconocidos que por cosas del destino tuvieron que convivir unos días.
O eso pensaba el.

Para Volkov no era necesario o de los más normal hacer amigos, el siempre estaba solo, y la única persona que le consideró su amigo estaba bajo tierra.
Por ello, Horacio no era un amigo ni mucho menos. Solo un chico amable que le otorgo ayuda... uno que le escucho y le hizo reír en su poca estadía en su pequeño hogar.

-Pero que mierda?- Volkov estaba confundido. "Es acaso que una amidtad se crea así de simple? Es realmente así de sencillo...?"
Salio de aquellos pensamientos y dio un pequeño brinco al escuchar el claxon de otro auto detrás suyo, pues no se había dado cuenta que el semáforo ya estaba en verde y el ni siquiera lo noto.

-Joder, en que mierda pienso-







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2 meses.
Habían pasado dos meses desde que aquel ruso se fue de su casa, y nunca recibió una llamada de su parte, o un mensaje de texto tan siquiera.
Por ello... "Si el no me marco, porque mierda lo haré yo?" Pensaba desde hace ya unas semanas.

Horacio fue algunas veces a la ciudad a llevar el montón de manzanas y fresas para distribuirlas en los pequeños mercados donde las comercializaba, y en esas idas esperaba con un poco de ilusión encontrarse con el ruso en algún lugar... pero nunca paso.
Justo ahora, el regresaba a su hogar después de largo y cansado día de trabajo. Y fue lo mismo, con menos ilusión con antes espero verle en algún mercado, pero regreso con su ilusión hasta el suelo.

Ingreso a su hogar, se bebió un gran vaso de agua helada y camino directamente a su baño a darse una ducha antes de dormir.
En cuanto abrió la puerta del baño, el recuerdo de aquella vez en donde Volkov acababa de ducharse... llego a su mente, poniensol9 un poco bervioso, al pinto de tomar con fuerza la perilla de la puerta.

No era normal, no era normal que se ponga nervioso por el recuerdo del ruso semidesnudo... o de su rostro, o de su mirada o voz..
Resignado y apenado por tal actitud hormonal como si de un adolescente se tratase, se despojó de su ropa, dejando al desnudo su cuerpo un poco más bronceada, después de todo era un verano realmente caluroso y el sol deslumbraba y quemaba más de lo normal.

-Si que pasar tanto tiempo solo afecta-

Una vez con su comoda pijama y de haberse comido un platón cereal y su zumo de naranja, vio un rato la televisión, aburriendose al instante.
Todo era tan rutinario, extrañaba platicar con alguien, pasar la noche en risas, llena de anécdotas y chistes malos.
Comiendo golosinas y demás... extrañaba alguien con quien hablar.

Sin más, y un poco más deprimido que días anteriores, apago la televisión y camino agotado a su recámara.
Estando ya entre las comodas sabanas, tomo su celular y vio su último contacto anotado.

"Volkov"

Tampoco tenia una amplia lista de contactos, solo eran número de los mercados donde distribuía su mercancía.
Al menos se entretenía en sus redes, siguiendo a desconocidos y viendo como ellos si tenían una vida divertida, com amigos... o con parejas.

Regreso a sus contacto, e indeciso selecciono el contacto de aquel ruso.
Estaba listo, le mandaría un mensaje... Pero que?

Un... "Hola! Soy Horacio!"... recordará mi nombre? Pensó.

Que tal un "Quería desearte buenas noches... me recuerdas?" Negó con su cabeza, "demasiado estúpido..."

Nervioso y aun pensando en que decir, se recostó de lado, cubriendose hasta sus oídos con la sabana.
Pero entre más pensaba que podía decir, mas pasaban los minutos, y con ello pasaron a ser horas, siendo ya de madrugada.

Y sin darse cuenta, se quedo dormido.

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Con pesar, abrió de poco a poco sus ojos, pues era de día, y por ende el despertaba a primeras horas de la mañana. Era ya algo natural y rutinario en su día a día.

Vio que su celular estaba un poco alejado de donde el recordaba tenerlo, pero agradeció que no callo al suelo durante la noche.
Al tomarlo y prenderlo para ver la hora, una notificación le hizo despertar por completo, sentándose al instante por la sorpresa.
Sin esperar un minuto más lo desbloqueo y miro su buzón de mensajes encontrándose con ese mensaje tan esperado.

[ ] Volkov

Hola, Horacio.
Soy Volkov, me recuerdas? Espero que si.

Lamento no haberme comunicado durante este tiempo, pero el buscar un departamento se me complicó mas de lo que esperaba y el amueblar este también.

Lo siento, es demasiado tarde, pero quería comunicarme contigo lo mas antes posible, pero creo que enviar un mensaje a las 5am no es de lo mas correcto ni educado, lamento las molestias.
Espero me respondas.

Buenas noches.

Horacio termino de leer aquellos mensajes... y no sabia porque su corazón latía con fuerza.










•My Beautiful Treasure• [AU Volkacio] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora