•My Beautiful Treasure• [AU Volkacio]

.8.

"Estoy emocionado de poder verte otra vez, te espero dentro de unas horas"

Fue el mensaje que recibió en aquella mañana el ruso.
Habían pasado un par de semanas desde aquella noche que le envió un mensaje a Horacio y ahora se encontraba en esa situación.
Algo emocionado por volver a verle.

Después de estar totalmente situado en su departamento, quedaron en pasar un fin de semana en la pequeña casa en el campo del de cresta. 
Pasar el rato como aquella vez que de conocieron.
Y;aunque lo negara, realmente estaba emocionado por pasar aquellos días junto a Horacio.
Aquella persona que sin saber como se había convertido en su amigo. Así, Volkov se encontraba en su baño tomando una ducha, con aquel sentimiento de felicidad y nerviosismo.

No dejaba de pensar en que harían mientras dejaba que el agua de la regadera pasara por todo su cuerpo.
"Qué debería preparar para la cena?" o "Debería llevarle algún postre?" esas  y cuentas de preguntas pasaban por su mente, hasta que decidió darles fin al igual que cerraba el grifo. 

Salio de la regadera y se paseo desnudo por aquel baño en busca de una toalla, fue ahí cuando recordó aquella vez que Horacio le vio en el baño.
Y con una sonrisa, agradeció haberse colocado la toalla en su cintura aquella  vez, si no estaba seguro que lo habría visto desnudo. 

Con una pequeña sonrisa en su rostro, tomo su celular, notando así como Horacio le había enviado otro mensaje.

"He preparado otro pay para ti, esta vez es de queso con trozos de durazno  y fresa encima"

Aquel mensaje con la foto adjuntada le hicieron sonreir un poco mas. Inclinandose en el lavamanos y tomando el dispositivo con ambas manos, miraba embobado la hermosa sonrisa de Horacio en aquella foto.

Al percatarse de como su corazón empezaba a latir,  volvió a ponerse serio y apago su celular para de una vez salir a su recámara y buscar la ropa con la que vestiria para ir a verle. 

Cosa que sin notar, Volkov tardaba más de lo que normalmente tardaba en escoger algún conjunto, también se miraba más al espejo al momento de posar con alguna prenda sobre el.

-Qué me pasa... coño- dijo en un pequeño susurro mientras terminaba de arreglarse. Cosa que una vez termino de hacer, tomo una mochila y guardo lo que seria su pijama para esa noche y otro cambio de ropa, al igual que otras cosas.

Tomo las llaves de su departamento y auto y salio.
Al ya estar en su auto, tomo camino a un mercado, donde pasaría a comprar algunas cosas para la cena y de paso unos chocolates o algún regalo o postre para Horacio.

Así que ahi estaba, indeciso con una caja de chocolates en forma de corazón y en la otra una caja cuadrada sin más.
Sin pensarlo y avergonzado al igual que tomo la caja de en forma de corazón, volvió a dejarla en su lugar. 

-Qué mierda? Por que coño una caja de corazón... v...vaya mierda mas ridícula.- y sin mas tomo la otra y camino a otro pasillo.

Ya bastante tenia con su corazón jodiendo cada que pensaba en aquel que consideraba su amigo. 

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Con Horacio las cosas no eran tan distintas.
Al recibir el visto de aquel mensaje con la foto, se puso nervioso. Como siempre solía al pasarle, pues, empezó a notar como siempre que le enviaba alguna foto, este nunca le respondía o evitaba el hecho de contestar ante aquellos mensajes.

Horacio apago su celular y miro una vez mas aquel pie casero de queso con frutos.
Se miraba apetecible, así que, sin soportarlo mas le robo una pequeña rebanada a aquel postre.

En la semana, Horacio había adelantado todo el trabajo que se suponía debía hacer ese fin de semana.
No quería distracciones, realmente quería pasar unos días de paz y risas con aquel hombre, con su amigo.

Estando en sus pensamientos a mitad de la sala, volvió a repasar mentalmente todo aquello que hizo en la semana, tratando de recordar de que nada le haya faltado. Y ya una vez mas tranquilo, no hizo mas que prender el televisor y sentarse en unos de los sillones en espera de su visita.
Era temprano, demasiado temprano, pues apenas iban a ser las 9am; es por ello que evito desayunar aún. Pues la idea de desayunar en compañía de aquel ruso era apetecible.
Así que sin mas espero con total paciencia, después de todo, tendrían todo ese fin de semana para platicar y pasar el rato.