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Ambos se miraron a los ojos, pues un pequeño silencio se estableció entre aquellos dos desconocidos. Donde Viktor seguía sorprendido y se dedicaba a analizar disimuladamente a aquel chico, mientras este solo le sonreía y movía sus dedos, una clara muestra de inquietud. 
Sin más, repuso su postura y empezó a hablar.

-Ah, hola buenas noches, mira mi nombre es Viktor Volkov y... mmm vengo de los Santos, he estado viajando por un largo rato y me preguntaba si no era molestia el que estacionara mi auto bajo aquel árbol para pasar la noche, solo será hoy...- explicó de manera rápida y sin líos.

El solo lo escucho y observó con aquellos grandes y llamativos ojos. Y, al decir sobre pasar la noche en su auto cambio su expresión a uno de confusión.
Ante aquella expresión, el ex-comisario pensó que no le agradaba la idea; después de todo, ¿A quién le agradaría la idea de que un desconocido durmiera en su propiedad?
Pero para su sorpresa fue todo lo contrario.

-En tu auto? Pero... ¿Sabes lo frías que pueden ser las noches aquí? puede que sea verano pero el clima es muy loco en ocasiones- le dijo algo preocupado.

-Ya... pero de verdad, solo será esta noche, y por el frío no se preocuope, tengo algunas mantas conmigo-

No muy convencido con aquello, el chico volvió a callar para pensar en si lo que estaba a punto de hacer estaba bien, después de todo uno no sabe con que tipo de gente se puede topar, menos aún a mitad del campo.
Pero al menos aquel hombre alto, de facciones finas pero firmes y; cosa que noto desde que abrió la puerta, guapo no parecía ser mala persona o alguien con intenciones de hacer daño. Así que al final decidió que su idea no sería tan mala.

-No puedo dejar que pases la noche afuera, mmm...-

-No te preocupes, realmente entiendo el que no te sientas cómodo ante aquello, avanzaré un poco más y tal vez llegue a una gasolinera o algo... linda noc-  pero antes de terminar de hablar, fue interrumpido por el chico.

-No no no, lo que realmente quiero decir es que no es buena idea pasar la noche fuera... no.. ¿No prefieres dormir aquí? Tengo una habitación de invitados, podrías usarla, claro si te gusta la idea-.

Era una buena propuesta para que mentir. Era mucho mejor que dormir mal en su auto... pero no quería abusar de la amabilidad del chico.

-Pero... no, gracias. Es decir, me encantaría pero no quiero abusar de tu amabilidad...-

Divertido ante la expresión y el pequeño rubor de vergüenza del tipo alto, sonrió y dejo escapar una pequeña risa, algo que le hizo sentir una extraña sensación en el estomago al contrario.
Así que sin más, se movió un poco, indicándole que podía pasar a su pequeño y calido hogar.

-No es nada de verdad, anda... entra. Que la noche cae cada vez más-

Y así, aún con vergüenza, acepto la invitación con un pequeño "Gracias y perdón por las molestias".
Al escuchar el cerrar de la puerta por instinto volteo a ver al chico, el cual al ser observado solo le dedico una calida sonrisa, indicándole que todo estaba bien.

-Ponte cómodo Volkov, llegas justo a la hora de la cena-

--Realmente lo siento por la sorpresiva intromisión, creo que tu familia se llevara una sorpresa al verme-

-Ah... por eso no te preocupes, vivo solo. Así que estate tranquilo y~ ven a sentarte a la mesa, que te serviré un plato-

Sin decir más y sorprendido al saber que vivía solo, obedeció al chico. Cosa que le hizo recordar que no había preguntado por su nombre.

-Una cosa, ¿Cuál es tu nombre?-

-Ah! Ea verdad jajaja lo siento, soy Horacio, Horacio Pérez, un gusto-

-Igualmente Horacio- 

A los segundos Horacio dejo un plato con un trozo de lasagna frente a el, se miraba realmente delicioso. Junto un vaso con lo que parecía ser jugo de arándanos.

-Wow, esto luce realmente bien Horacio-

-Jajaja Muchas gracias, me gusta cocinar y me alegra que alguien mas pruebe mi comida, ha pasado un rato desde la ultima vez que alguien me acompaña a cenar- terminando de decir aquello, el chico de cresta terminó de servirce su ración  y vaso de jugo para sentarse también.

Ambos empezaron a comer, y Viktor no mentía al decir que la comida estaba deliciosa, Horacio realmente cocinaba muy bien.
Y así continuo la cena, con ambos chicos riendo y comentando cosas sin sentido para hacer la cena más divertida.
Era increíble lo cómodo que se encontraba Volkov en aquel lugar, no se sentía incomodo ni mucho menos.

--Realmemte estuvo deliciosa la cena, no dejare de decirtelo- dijo mientras (a petición de el) lavaba los pocos trastes que se habían ensuciando para la cena.

-Me hace muy feliz escuchar eso, usualmente suele sobrar parte de la cena y  es mi desayuno para el día después, me alegra saber que no comeré lo mismo en la mañana-

-Jajaja, si.. mira, he terminado de limpiar-  le comento a la vez que tomaba una pequeña toalla que se encontraba colgada en unos de los gabinetes para secar sus manos.

-De verdad gracias, no era necesario-

-Es lo mínimo que puedo hacer después de conpartirme de tu cena y dejarme dormir aquí hoy-

-Joder! Es cierto, que ya son las 11, debes estar exhausto, ven te mostraré donde podrás dormir-
Sin más le acompaño al pequeño pasillo de aquella casa, donde habían tres habitaciones.

-Puedes dormir aquí, tienes un baño y una lampara... por si gustas de hacer algo antes de dormir-  cuando se adentró a esta noto lo pequeña y justa que era para ser una habitación de invitados, era acogedor para esa noche.

-Muchisímas gracias-

-Si necesitas algo... mi habitación esta junto al fremte, solo toca la puerta-

-Entiendo, gracias. Buenas noches-

Y antes de salir e irse a su habitación, le dedico una de aquellas llamativas sonrisas. 

-Igualmente...- y se fue.

Sin más, se sentó en la cómoda cama para empezar a despojarse de sus zapatos y chaqueta.
Una vez más cómodo, dejo su celular en el mueble junto a la lampara  y se acomodo en la cama, cubriendose  con las cálidas mantas y dejándose llevar por el morfeo del cansancio.

•My Beautiful Treasure• [AU Volkacio] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora