Pequeños rayos de luz se colaban por la pequeña ventana de aquella habitación.
Dando a entender que el sol había salido para anunciar un nuevo día, aquellos rayos no lograron despertar al ruso, pues de alguna forma u otra le proporcionaban mas calidez a su siesta.
Pero sus ojos se abrieron perezosamente cuando la alarma de su celular empezó a sonar a todo volumen. Estiró su brazo hasta alcanzar su celular ubicado en la pequeña cómoda al lado de la cama; cuando logro apagarlo, volvió a dejarlo de donde lo tomo y estiró su cuerpo, bostezando de paso para de esta manera despavilarse por completo.Se levanto y camino al pequeño baño de la habitación, lavo su rostro y cuando estaba por lavar sus dientes... paro en seco.
Pues olvido traer su pequeña mochila donde guardaba pequeñas cosas como lo era su cepillo de dientes y pasta dental.Miro un poco por la ventana para comprobar si necesitaba ponerse su chaqueta, pero la mañana parecía ser bastante calurosa, por lo que la dejo en la cama; una vez se coloco sus zapatos salio de la habitación y salio de aquella casa para ir hacía su auto y y tomar su mochila.
Noto que no había nadie en la casa, o eso creía el. Pues en lo que fue y regreso no vio a aquel chico en ningún momento.
Una vez termino de lavarse sus dientes, volvió a salir para buscar a Horacio, pero el agudo sonido de la cafetera en la cocina le distrajo.
Fue a esta a apagarlo y pudo ver como había varios ingredientes fuera del refrigerador, al parecer todo estaba listo para empezar a hacer el desayuno.
Huevos, harina para hotcakes, leche, mantequilla y deliciosa miel era lo que estaba fuera. Hacer hotcakes era fácil, por lo que le sorprendería con el desayuno, también era parte de su agradecimiento por dejarle pasar la noche.Dejando sus pensamientos de lado, empezó a preparar el desayuno.
Abriendo algunos cajones logro encontrar una batidora y un bol de cristal en donde preparar la mezcla.
Logro divisar una pequeña radio en un rincón de la cocina, pero lo dejo pasar.Antes de empezar a batir con su mano la mezcla, prendió la estufa y busco una sartén, dejo salir una pequeña risa al ver una pequeña sartén en forma de corazón.
Le dio ternura al descubrir que incluso para pequeñeces el chico era dulce, pues tenía varios moldes para pasteles o cupcakes con figuras lindas.
Una vez caliente, empezó a hacer el primer hotcake.
Con su dedo probó la mezcla, confirmando que estaba deliciosa; realmente esperaba escuchar el veredicto final de Horacio..
-Uff... bien-
Horacio acababa de terminar de recolectar manzanas y fresas de su pequeño cultivo en su patio trasero.
Se quito sus guantes y limpio el sudor de su frente, realmente era una mañana calurosa. Tomo las canastas y las coloco en una mesa de madera.
Miro la hora en su pequeño reloj de mano y se dio cuenta que ya faltaba poco para las 9:00am.-Seguramente este por despertar, prepararé el desayuno-
Estaba emocionado, realmente emocionado.
Había pasado un gran tiempo en donde desayunaba con alguien, en compañía.
Y aquel hombre realmente le caía bien, parecía muy buena persona.
Por lo que realmente no le molestaba su presencia ni le hacía sentir incomodo.A estar a nada de dar un paso dentro de su casa, un delicioso olor le invadió, y este provenía de la cocina.
Hipnotizado por el olor, camino hasta la cocina, donde al instante vio al enorme tipo en su cocina y un plato con muchos hotcakes en forma de corazón sobre la mesa.Al ver aquella escena, de alguna u otra forma sintió su corazón latir, era realmente dulce verle cocinar aquellos panqueques en forma de corazón de manera tan sería.
Parecía realmente estar esforzándose en preparar el desayuno.Le vio estirar su cuerpo, y no pudo evitar ponerse nervioso al ver su espalda marcada plasmada sobre la delgada tela de su playera.
Desvío su mirada y carraspeo su garganta, de esta manera logrando captar la atención del contrario. .-Ah! Horacio, buenos días- le dijo, dedicándole de paso una hermosa pero pequeña sonrisa -Espero que no te moleste el que haya tomado tu cocina, pero quería agradecerte tu amabilidad preparando el desayuno-
-Buenos días, N-No! Claro que no, pero... no era necesario, de verdad.-
Termino de adentrarse en la cocina, dirigiéndose al refrigerador.-Leche, jugo de naranja o café?- dijo mirándole, esperando su respuesta.
-Mmm... café estaría bien, gracias-
Horacio empezó a preparar el liquido mientras se servia el jugo en un vaso.
Le miraba de reojo, apreciando lo realmente hermoso que era.
No podía evitar pensar aquello, cuando era una realidad.-Disculpa... mmm la pequeña radio de allá-
-Si?-
-Funciona? Puedo poner las noticias?-
Horacio por supuesto que le dejo, pero en lugar de dejarle poner las noticias, cambio la estación a su favorita de música del momento.
Dejo que su cuerpo se dejara llevar por el ritmo de la música, meneaba su cadera y brazos, dejándose llevar completamente.
Aquello cautivo de cierta forma al ruso, ese chico era realmente... único.
Llamaba la atención, por lo que le causaba gracia el pensar que un chico como el viviera en el campo.-Bien, ¿Desayunamos?- pregunto Volkov dejando los platos sobre la mesa.
-Claaaro-
El desayuno estaba delicioso a palabras de Horacio, no dejaba de decirselo a Volkov, y aquello provocaba pequeñas sonrisas en el.
Ambos placticaron alegremente de diversos temas, realmente se divertían con la compañía del otro, y les agradaba escuchar el decir del contrario.Sin duda, ambos esperaban que aquel desayuno se alargara para evitar la despedida.
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•My Beautiful Treasure• [AU Volkacio]
Fiksi PenggemarHabía renunciado. Dejo todo lo relacionado con el CNP e iniciaría una nueva vida; tomo sus cosas más preciadas y salio de aquella ciudad. En el camino, en un hermoso y gigantesco campo... había una pequeña casa. Quien diría que en aquella casa en...