28. Despedidas

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CAPÍTULO 28

ATHENEA

Salimos de la librería para dirigimos al parque que no queda nada lejos de donde nos encontramos por lo que pronto llegamos y Eros mira alrededor en busca de su hermana.

‐ Está allí- señala un árbol  al lado de éste se encuentra una señora en un banquillo haciendo lo que creo que es un bordado, visualizo a la mini adulta recortada en el mismo árbol mientras juega con un perro pequeño.

‐ ¡Le gustan los perritos!, ya la amo – sonrió Gaby.

Nos acercamos a ellas y la mini adulta no tarda en vernos ya que el animal apareció olernos o escucharnos por que alzó la cabeza hacia nosotros cuando nos acercamos llamando la atención de la niña quien no tarda en levantarse y cortar hacia su hermano haciendo que la mujer que hacía su bordado tranquila también levantara la vista encontrándose con nosotros.

Eros recibe a su hermana con un abrazo mientras la niña ríe cuando él la alza y debido a su altura queda lejos del suelo.

‐ ¡Hola Ath! – me saluda cuando me ve y extiende un puño en mi dirección y no tardo en chocar mi puño con el suyo en señal de saludo.

‐ Hola Lía- saludé

‐ Mira Lili, ellas son mis otras amigas, Gaby y Missy – presenta Eros y Lía las mira con atención sacudiendo la mano como saludo – y ella es Hebe, la hermana de Ath.

‐ Hola, eres guapa, ¿segura de que eres hermana de Eros? – saluda mi hermana moviendo la mano y Lía sonríe.

‐ Shhh, es adoptado no lo hagas notar – se burló Lía y todas reímos mientras Eros volteaba los ojos.

Eso no podría ser verdad, ambos eran demasiado parecidos, en varios rasgos, como el cabello, la nariz, el mentón, incluso los ojos, y ambos tenían un hoyuelo, solo que Lía lo tiene en la derecha y Eros los tiene en ambos lados.

‐ Que graciosa – ironiza Eros.

Eros saluda a la mujer que ya ha guardado sus cosas y se despide de Lía y de nosotras antes de irse

‐ Es su niñera – explica Eros cuando vemos a la mujer alejarse.

‐ ¿El perrito es tuyo? – pregunta Gaby a Lía mirando al perrito que se encuentra mordiendo su soga de pasear bajo el árbol.

‐ Si, se llama Bellota – responde orgullosa.

‐ ¿puedo tocarlo? – pregunta Gaby, es una aficionada de los perros, se nota que se está aguantando para no saltar a acariciar al peludo animal.

‐ Claro, solo que no es muy amig..

Antes de que termine de hablar ya Gaby estaba acariciándole las orejas al caniche y apenas lo tocó el animal ya se echó al suelo a disfrutar de la caricia que recibía.

‐ Olviden lo que dije- suspiró Lía y nos fuimos donde Gaby se encontraba y nos sentamos también en el césped viendo al animal que ya parecía estar en un placido sueño – ¿cómo lo hiciste?, no se deja acariciar por muchas personas, tomó años que se acostumbrara a la presencia de Eros, incluso aún le come los zapatos.

‐ No fueron años, solo fueron dos semanas y cuando se dio cuenta de que yo era quien le daba la comida dejó de odiarme – aclaró Eros.

‐ Amor a primera vista- ironizó Hebe.

‐ Es tan tierno – chilló Gaby con voz aguda causando que abra los ojos de nuevo la perrita pero no tardó en volver a cerrarlos para seguir con su plácido sueño.

Código 87! ©️✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora