capítulo seis

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capítulo seis: tocar

capítulo seis: tocar

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johnny

la suave melodia del metalofono escapaba desde mis audífonos, vaciandose dentro de mi cabeza.

había sido muy difícil encontrar algún audio de un metalofono, principalmente porque la mayoría estaban acompañados de otros instrumentos, o a mitad de estos alguien hablaba. cómo si todo estuviera en mi contra para poder imaginar que florencia estaba a mi lado.

aunque, con algo de ayuda de mi padre, había conseguido encontrar uno solo, era perfecto. no había ningún otro sonido de fondo, más que el único metalofono, una y otra vez.

por supuesto que a papá le parecía raro, pero había prometido ayudarme con florencia sin hacer preguntas, no hasta que yo estuviera listo para hablar sobre ella.

observé el colorido metalofono celeste a mi costado, lo moví un poco más hacia afuera, para que pareciera que alguien lo había dejado ahí.

tome mi guitarra entre mis manos, dejando que la punta de mis dedos rozaran con las cuerdas produciendo los ya reconocidos suaves cosquilleos que provocaban en mi.

y me deje llevar, con la melodía de un metalofono de fondo, soñando que era ella quién provocaba aquel sonido. imaginando que su calidez estaba conmigo, como se encontraba dentro de mi sueños.



































































—¿por qué no puedes ser real? —pregunté, levantó su mirada oscura de la libreta que tenía en manos. parecía confundida por mi pregunta.

—¿qué te hace creer que no lo soy? —pregunto expectante, me recompuse en mi lugar y desvíe la mirada, evitando quizá así su pregunta.

sabía que ella no lo entendía, después de todo era obvio que ella creería que era real, todo lo que ella conocía era porque yo también lo hacía.

—el otro día, en el centro comercial, puedo jurar que te vi. —reí aún incrédulo de mi mismo, ella soltó una pequeña carcajada, cubrió su boca sin poder evitarlo.

—ya, tal vez necesitas dormir un poco más, últimamente casi no pasas tiempo en este lugar. —con 'lugar' sabía que se refería a nuestras horas juntos.

sonreí con mis labios cerrados, seguí haciendo garabatos en la libreta que yo también tenía, era un intento de alguna flor, creo que eran margaritas, o algún extraño mutante de ellas.

florencia tenía razón, pero yo tenía una excusa. el metalofono.

después de todo, no se había equivocado y lo que necesitaba era algo de compañía. aunque no planeaba admitirlo pues con eso tendría que admitir también que la compañía que requería, era la suya.

—la realidad es subjetiva. —solto al aire, descolocadonme con aquello, ahora era yo quien estaba confundido.

—¿qué? —fue lo único que alcance a pronunciar.

cerró la libreta, poniéndola a un lado de ella, se recompuso en su lugar mirándome fijamente.

—piensalo un poco, es como esas teorías conspirativas que todos creen que son locas.

—la mayoría lo son. —ella enarco una de sus cejas, mirándome incrédula. —bueno, te escucho —deje mi libreta a un lado tambien. —¿por qué es subjetiva?

—tu ves la realidad a tu manera, johnny. —trate de que no notará lo mucho que me había afectado que pronunciara mi nombre, seguí teniendo el mismo efecto que la primera vez que la había escuchado. —tu forma de ver las cosas es solo una de las millones que existen, se que las hay, debes creerme que las hay.

—¿cómo estás tan segura de eso?

mi pregunta la dejo pensando un momento, dudando de lo que fuera que su mente maquinaba. cuando creí que no respondería, que me dejaría con la intriga de alguna respuesta, sus ojos volvieron a los míos.

—porque quizá así es en tu realidad, johnny. —pronuncio. —pero no en la mía.



































































lo que yo vivía, lo que yo veía y todo aquello que yo sentía. no era lo mismo para los demás, y en eso florencia tenía razón.

pero deseaba tanto que ella pudiera ver todo como yo lo hacía, desde mi punto de vista, comprender cada aspecto como yo lo hacía.

aunque claro, su manera de ver al mundo era especial, la mayoría del tiempo ella podía encontrar sentido a las cosas que yo no podía.

por eso es que disfrutaba estar tanto con ella, e inconscientemente era también una de las razones por las que ahora me encontraba terriblemente enamorado de ella.

recuerdo que, cuando era apenas un niño, creía ridículo que alguien pudiera volver tu mundo de cabeza. que alguien tuviera el poder de hacerte ver las cosas de otra manera, me retraía a la idea de que las cosas tenían un solo sentido.

quizá florencia es mi karma por haber pensado de esa manera, pero era un karma bueno, o al menos, uno que no me hacía daño.

había llegado a revolucionar mis ideas, volviendo toda mi ideología en algo más interesante, haciéndome pensar más en todo lo que me rodeaba, todo con lo que tenía contacto desde el primer día de mi vida.

la única tortura. el único defecto que tenía florencia era vivir solo en mi mente, si no podía sacarla de ahí, ¿eso en qué me convertía?

era eso, tal vez era eso.

florencia, necesitaba de florencia.

de su profunda mirada, de su fuerte voz, de su tacto... necesitaba su tacto. necesitaba sentir completamente que ella estaba a mi lado. y lo necesitaba ahora.

—johnny, cielo, ¿esta todo bien? —pregunto mi madre observandome, se veía confundida.

me levanté del sofá, tome la guitarra que reposaba a mi lado y la colgué de mi hombro.

—ire a dormir un poco, mamá, estoy algo cansado. —sonrei cortamente y espere a que asintiera, antes de correr a mi habitación.

esperaba que florencia lo entendiera.

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌 ━━━ johnny orlando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora