capítulo cuatro

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capítulo cuatro: conciencia

capítulo cuatro: conciencia

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omnisciente

ninguno hablaba, sus miradas se encontraban perdidas en lo alto del cielo. las estrellas se encontraban sobre ellos, como si de una fuerte salpicada de pintura se tratara.

ambos estaban tumbados en una manta, a un costado del otro. la tranquilidad que transmitía florencia no se parecía en nada a la preocupación creciente en johnny.

por el la cabeza del castaño no paraba de divagar una duda, y estaba casi seguro de que la morena podría contestarsela, o al menos se había convencido a si mismo de que así lo haría.

—si eres mi conciencia... —comenzó de manera inquieta, logrando que la morena lo mirara confundida pues había hablado tan repentinamente que ella solo habia atinado a sorprenderse un poco, pero no tanto como para que él lo notará —¿por qué no solamente me dices que es lo que deseo?

y con aquella pregunta ella solo pudo verle divertida.

—yo no soy tu conciencia. —hablo ella extrañada de que la viera como ello, johnny soltó una ligera risa al escucharla.

—no, por supuesto que no. —menciono con diversión, la morena rodó los ojos al oir su tono burlón, acto que no paso desapercibido por él. —¿qué sucede? —cuestiono segundos después, florencia aparto su mirada de el.

se quedó un par de segundos en silencio, entrecerrando ligeramente los ojos cuando un rayo de luz había chocado contra ellos, aunque más pareciera que una brillante estrella fugaz había pasado. después de todo, seguían estando dentro de sus sueños.

—¿qué te hace creer que soy tu conciencia? —pregunto de vuelta, johnny se encogió de hombros aún con la vista sobre ella. coloco sus brazos debajo de su cabeza, apoyándose en ellos para mirar de nuevo al paisaje que tenía frente a sus ojos.

esta vez el castaño no contesto, pues suponía que era bastante obvia su respuesta. su cabeza la había creado, había creado a florencia para de alguna forma poder concentrarse, pero, ¿en qué?

—me gusta estar contigo —menciono después de lo que parecieron ser minutos en silencio, consiguiendo nuevamente que los ojos de florencia se alejaran del cielo para verlo. frunció el ceño al escucharlo, johnny sonrió al notar aquel pequeño gesto —¿qué?

la diversión era notoria en su voz

—nada. —respondio ella, desvío su mirada nuevamente para evitar que el notará su sonrojo. —es solo que no creí que disfrutarás de mi compañía. —ahora era el quien se veía confundido, se apoyo sobre sus codos levantando su tronco para mirarla.

—¿cómo podría ser eso posible? —su confusión era aún más notoria al hablar, florencia se encogió de hombros antes de imitar su acción.

—¿nunca has pensado... —dejo las palabras en el aire, recomponiendose en su lugar para sentarse completamente, observando mejor al castaño que era iluminado por la luz de las estrellas —... cómo sería vernos fuera de aquí?

johnny río.

—eso es imposible. —carcajeo un poco más.

—¿por qué?

—porque te creo mi cabeza y... por mucho que lo deseará, no puedo verte en otro lugar que no sean mis sueños.












































al menos dos semanas después de aquel sueño con florencia, johnny había estado pensando todo el tiempo en aquella idea planteada por la morena.

pero sería ridículo, ¿no?

por mucho que lo quisiera, florencia no era más que un producto de su conciencia, ella no existía. eso se repetía todo el día por la mente del castaño, en su desesperada búsqueda de convencerse a sí mismo de eso.

ella no existía, florencia no existía en la vida real.

pasaba los dedos por las cuerdas de la guitarra, sin tratar en realidad de crear ninguna melodía. estaba concentrado en convencerse a sí mismo que florencia no era más que un producto de sus pensamientos.

dos golpes en su puerta seguidos de la voz de dale, su padre, entreabriendo la puerta lo hizo salir de su trance.

—johnny, ¿no sabes dónde deje el-

sin embargo se interrumpio a si mismo mirando a su hijo con el ceño fruncido .

—¿te encuentras bien? —entro por completo a la habitación cerrando la puerta detrás de él, se acercó sentándose en el borde de la cama para observar mejor a su hijo.

—Si, si, ¿donde dejaste el qué? —se recompuso en su lugar mirando mejor a su padre.

sin embargo, dale no parecía convencido con ello. entrecerró sus ojos mirando al castaño, logrando que este suspirara desviando la mirada.

—¿estás conforme? —solto de repente, el mayor lo observo confundido. —ya sabes, ¿estás conforme con tu vida?

—dudo mucho que esto tenga que ver con estar conforme. —no respondió a su pregunto, provocando que johnny lo mirara confundido. —¿es sobre lo que hablaste con tu madre el otro día?

—¿te lo contó?

—no te molestes con ella, estaba preocupada. —se apresuro a mencionar. —has estado diferente desde hace un tiempo, eres nuestro hijo y queremos ayudarte enserio. además sabes como es mer, cree que me escucharás —bromeó un poco, johnny sonrió divertido de escucharlo. —¿sabes que puedes decirme cualquier cosa y no se la diré a tu madre?

johnny dejo su guitarra a un lado, sentándose mejor en la esquina de su cama.

—creo que no se que es lo que quiero. —comenzó, dale no hizo gesto alguno, a la espera de que el continuará.

johnny dudo si sería necesario mencionar. a florencia, no quería que su padre creyera que estaba loco al sentirse tan atraído hacia alguien que si mente había creado. abrió la boca con ello en mente.

¿cómo reaccionaria su padre al saber que se veía tan confuso a causa de alguien a quien jamás podría ver fuera de sus sueños?

o hablar con ella... tocarla.

—¿acaso hay alguien que te ha hecho dudar sobre lo que quieres? ¿o sobre lo que tienes? —a la mente del castaño vino un nombre, quizá tan rápido que no había tenido tiempo de procesarlo ni el mismo.

florencia. —menciono, y la curiosidad en dale creció. —su nombre... ella es florencia.

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌 ━━━ johnny orlando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora