Capítulo 4: Risas y entrenamiento

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Narra Sarada

Shikadai se fue y me dijo que nos viéramos mañana en el campo de entrenamiento. Iré, necesito hablar con él sobre algo importante... así que mejor voy a entrenar un poco más.

Llegué al campo de entrenamiento, ahí estaban Boruto y Kawaki entrenando junto a Himawari.

-Hola chicos.- me acerqué a donde se encontraban.

-Hola Sarada-chan, ¿Quieres entrenar con nosotros?- la Uzumaki menor se acercó alegremente.

-Claro.- asentí.

-Bien, comencemos.- afirmó Boruto entusiasmado, Kawaki solo asintió.

Estuvimos un rato entrenando, fueron como unas 2 horas solamente. Pero las aprovechamos bien, hace bastante tiempo que no entrenábamos.

Después nos fuimos, ya que todos debían ir a casa. Me fui también y ni bien llegué, me dirigí a mi cuarto, estaba agotada. El entrenamiento no fue TAN duro, pero ya había estado haciendo cosas antes, así que, venía cansada de antemano.

[Al otro día]

Estaba durmiendo tranquilamente y el despertador sonó.

-Bien, debo prepararme para el entrenamiento.- me animé internamente, para comenzar con mi rutina diaria. Me vestí, bajé y agarré la cena que cocinó mamá ayer. Partí rumbo a los campos de entrenamiento.  

Narra Shikadai

Ni siquiera me voy a tomar la molestia de narrar mi rutina, me levanté, me vestí, desayuné brevemente y fui a los campos de entrenamiento.

Autora-chan: le quitas lo divertido a la vida. Ahora ve, amargado. *se va decepcionada*

En el camino a los campos de entrenamiento, pasé por la casa de Yodo para buscarla. Toqué el timbre y el tío Kankuro abrió la puerta.

-Shikadai, buenos días.- me saludó revolviendo mi cabello.

-Buenos días, Tío Kankuro.- le sonreí.

-¿Qué haces aquí a esta hora? ¿No deberías estar durmiendo o algo por el estilo?- preguntó chistoso el castaño.

-No soy tan vago, vengo por Yodo.- le dije, él me miró con picardía. –Le prometí que entrenaríamos con los demás, no pienses cosas que no son, tío.- me justifiqué avergonzado.

-Eres igual a él...- dijo Kankuro con una sonrisa nostálgica. –Ya la llamo, debe estar preparándose. ¿También traigo a Shinki y Araya?- preguntó. Asentí con la cabeza y se adentró a la casa. 

5 minutos después, ya estábamos Shinki, Yodo y yo en la puerta a punto de partir.

-Oigan ¿Dónde está Araya?- pregunté confuso.

-Ya vuelvo, voy a buscarlo.- dijo Yodo fríamente y con un aura oscura rodeándola.

-Bien...- me dio un poco de miedo la expresión de Yodo, pobre de Araya, merecía una vida más larga.

-Deberíamos conocernos mejor.- Shinki habló, es extraño que tome la iniciativa de una conversación. –es decir, somos primos, ¿no?-

-Claro...- silencio total en el ambiente. Me pareció un poco incómodo, normalmente, el silencio me gusta, pero este me ponía nervioso. Cuando estoy con Yodo y caminamos en silencio, es un lindo silencio, pero este es un poco extraño. Se supone que es mi primo, pero casi mata a varios de mis amigos en los exámenes chunin. 

-¡AHHH!- un grito se escuchó desde la habitación de Araya. Lo sabía, está al borde de la muerte.

-Vamos.- me apresuré a decir, entrando a la casa, seguido por Shinki.

Me robaste el corazón || ShikaYodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora