XII. Three/ Tres

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(Narrador omnisciente)

Tres días, solo tres días faltaban para que se celebré la unión entre Oliversen Hofferson y Hanna Risberg, dos Vikingos que se conocieron años atrás y que por la reacción de una niña ante su relación no pudieron unir sus vidas antes.
Siguiendo la historia de los Hofferson , se dice que estos son guerreros de gran fuerza, una familia de gran número y por sus grandes logros, han logrado dar lugar a uniones con otras tribus dando alianzas y muchos aliados a Berk, Oliversen o Oliver, como el prefiere que le llamen, tras enviudar dejo su fase de Guerrero y dedicó su vida a cuidar y apoyar a su única hija en todo, pero su corazón pronto se llenaría de amor al conocer a la joven vikinga Hanna.

La primera vez que la vió, fue una mañana que salía a su trabajo de pesca y al llegar al puerto no encontró su barco por ningún lado, se desesperó tanto que en vez de pedir ayuda, fue en busca de su barco el sólo y fue entonces que encontró a quién se convertiría en su gran amor, la vió encallar en unas rocas no muy lejos de Berk, está se encontraba llorando al no saber dirigir el barco y el que se encontraba en un bote pequeño, al verla no pudo enojarse con ella y decidió no solo ayudarla, si no también, perdonarla, desde entonces su amistad se transformó en amor.

Pero al contárselo a la pequeña Astrid, que no podía aceptar el hecho de que su padre quisiera volverse a enamorar de alguien diferente a su madre.
Ella afirma no recordar mucho a su madre; no recuerda su voz ni lo que hacía, solo recuerda su rostro y su nombre, después de todo, su madre murió cuando era muy niña y su memoria se rehusaba a recordar más allá de su niñez.

Esa era la historia que conocía Astrid, esa era su vida antes de los dragones, de Hipo y los jinetes, ese era su mundo, aquel al cual no le gustaba recordar o regresar, ella estaba segura de que esa era su vida, pero algunos no pensaban de esa forma, ya que su vacío pasado dejaba varias cosas sin responder, su memoria era débil, pero la memoria de Berk es grande y jamás olvida.


Berk, ocultaba secretos que se habían perdido, ya que los que los sabían, simplemente habían dejado la isla, otros habían perdido la vida en batallas y unos pocos tomaron la decisión de jamás contar la historia.

Estoico el Vasto, líder de Berk por varios años, conocía su isla y su historia, había visto tanto dolor, sufrimiento, guerras y no solo eso pues también pudo ver en su gente amor, aceptación, paz y por ende, estás cosas le obligaron a guardar grandes secretos. Este era uno de esos días en los que el gran jefe de Berk, se encontraba luchando con lo que se había convertido en su secreto más grande.
Esa tarde en la cueva con Bocón e Hipo, algo no lo dejaba concentrarse por completo, aquella botella que encontró en el camino, aquel símbolo que tenía grabado era tan antiguo.

Estoico se encontraba en la sala de reuniones, pero estaba solo y dando vueltas al rededor de la mesa, pues no sabía si debía abrir la botella y sacar el pergamino que tenía en su interior, con todas sus dudas se acerca y toma la botella en sus manos y ve de frente el grabado del fondo, resaltaba un dragón atravesado por una lanza, los detalles de este, eran antiguos, ya que, se notaba que estaban gastados y raspados, era como si alguien lo hubiera guardado por años, solo para este momento, toma aire muy profundo y decide sacar el pergamino que traía en su interior,

Lo abre pero antes cierra los ojos levemente y al abrirlos para mirar, se queda algo perdido, pues era una hoja casi vacía y solo en el centro de esta tenía algo escrito y al concentrarse y leerlo, se queda sin palabras, no se podía mantener en pie y cae sobre la silla que estaba más cerca, se quita es casco, lo pone en su pecho apretando  sus ojos.

-No puede ser, no puede ser cierto... ¿Por qué ahora?-
es lo único que alcanza a decir, sus manos empiezan a sudar y no logra pensar con claridad. --¿Que voy a hacer?

El pasado no debe ser olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora