XVI. Letters /Cartas.

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(Narra Hipo)

Llevo tanto tiempo aquí que ya no recuerdo que día es,  todo pasan sin importarme demasiado.
Los días me tienen sin cuidado, lo que no soporto son las noches, las eternas noches donde lucho contra mi propia mente que se rehúsa a dejarme dormir a menos que repita esa maldita escena en mi cabeza.

 Todas las noches son iguales, nunca recuerdo el momento en que todo acaba y logro quedarme dormido, la oscuridad es todo lo que me acompaña en mi intento por descansar, pero esta se acaba pronto ya que la luz de un nuevo día se empieza a colar por mi ventana, no quiero despertar, no quiero estar de pie ante este maldito día nuevo, una cosa más me está obligando a despertar «Chimuelo» el dragón no se a separado de mi a pesar de que le rogué que se fuera, incluso le puse su cola para que pudiera volar bien de regreso a Berk, pero se niega a cada orden que le doy.

Su nariz empieza a tocar mi cara y su respiración mueve mis cabellos, lo apartó con mi mano y me giro tratando de dormir un poco más, pero sus rugidos son cada vez más fuertes y es casi imposible tener algo de silencio en el lugar, abro de golpe mis ojos donde sólo me encuentro con la madera de la pared de mi habitación y me niego a girarme hacia el, se lo que quiere y no estoy listo aún para eso.

Sus patas empiezan a golpear mi cuerpo, parece que noto que ya estoy despierto, --Basta-- alcanzó a decir mientras decido por fin girarme hacia el, sus vidriosos ojos me esperan y a en su boca trae la montura que hace tiempo se la quite. --Hoy no amigo-- le quitó la montura de la boca y la dejó de lado no sin antes ganarme una queja de su parte --ven aquí amigo-- frotó su cabeza con mis manos y de una de ellas caen las vendas que antes cubría mi herida.

Una enorme cicatriz cubre toda mi mano derecha y aprieto mis ojos para evitar recordar el porqué de esta, me pongo de pie dispuesto a salir de la habitación y evitar pensar en casa, chimuelo no se aparta de mi en ningún momento, al estar fuera contempló el lugar, estaba solo junto a chimuelo en la orilla del dragón, miro hacia ambos lados donde las cabañas de el resto de jinetes están vacías junto con el resto de el lugar, la naturaleza había cobrado su lugar de vuelta, ya que, el césped y los árboles habían crecido de nuevo en los lugares que antes usábamos, camino hacia el lugar donde cada mañana los terribles terrores dejan sus cartas, la primera que tomó es la de Heather, seguida por Mala, ambas parecen escribir lo mismo pero me niego a leerlas, una carta de Patapez se asoma entre ellas seguida de la de Bocón, me sorprende la siguiente carta ya que creo que la letra de Patán es la que estoy leyendo.

 
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" Hola Hipo, espero que esta carta si la leas. Todos en Berk queremos saber    de ti, se que no soy  la persona que quieres ver o a la que esperabas que te. escriba, pero después de todo ya pasaron  3 meses y los jinetes nesecitamos a nuestro líder al igual que tu padre necesita a su hijo.                
Si no vienes al menos danos una señal de que podemos irte a visitar a la orilla.

 Atte. Patán.

 Y si Patapez, Brutacio, Brutilda, y Heather dicen que te extrañan."

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Me tomo unos segundos en lo que meditó lo que acabo de leer ¿Por qué Patán Mocoso me escribiría una carta? Es decir, talvez Heather lo obligó o talvez fue Bocón. Revisó una vez más mi correspondencia y noto que ya no tengo más cartas  ¿Dónde esta la carta de mi padre? El me escribe todos los días sin falta, a pesar de que no le responda jamás.

El pasado no debe ser olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora