"Tres, dos, uno..."
Dijeron al unísono, mientras presionaban las teclas del teclado de Yamaguchi en el computador que había tenido desde que lo conocía.
El juego terminó. Era obvio, se dijo Kei.
A pesar de que habían contado en cuenta regresiva para ejecutar el último salto que haría que ganaran el último nivel del juego, Tadashi se retrasó un momento antes de presionar la tecla W que ejecutaba el salto. Kei lo notó desde que terminaron de contar pero evitó decir palabra alguna porque le divertía la manera en la que Tadashi se molestaba cuando perdía un juego."Mierda", maldice en voz baja.
Kei bota un suspiro en tono de risa que hace que Tadashi también se ría con él.
"Bueno, al menos pasamos los 44 primeros niveles," trata de reconfortar Kei "sorprendente para unos novatos como nosotros", agrega.
"No necesito tus condolencias pero, gracias", responde Tadashi en un tono burlón. Apoya su mentón en la palma de su mano izquierda mientras mira a Kei, el cual dibuja una sonrisa en su rostro.
Kei gira en torno a la derecha en la silla giratoria que le había ofrecido el anfitrión de la casa. Sabía que Tadashi la prefería porque le encantaba moverse mientras jugaba, y más si eran juegos que requerían estrategia y habilidad, aspecto que les faltaba a ambos de manera igual; sin embargo prefirió dársela a su amigo, quedándose él con una nada en especial.
Al ver por la ventana se dio cuenta que la oscuridad se había adueñado del cielo dándole paso a una noche fría. No sabe cuánto tiempo habían estado jugando ese tonto juego online, que al parecer les llevó una gran cantidad de horas, mas sí sabía que era tarde y tal vez debería regresar a casa antes de que su mamá empezara a preocuparse.
"Puedes quedarte a dormir si quieres", le dice
Tadashi, el cual seguro se había dado cuenta de la sorpresa de su amigo ver que el sol ya no estaba y solo se veía oscuridad a través de la ventana. Estaba seguro que se había dado cuenta, como se da cuenta de cualquier mínimo cambio de ánimo de Kei durante el día.Tadashi posee la capacidad de darse cuenta de aspectos que ni el propio Kei puede notar de sí mismo, a pesar de conocerse desde que nació y que Yamaguchi lo conoce solo desde la escuela primaria.
"Qué injusto", piensa.
"Le avisaré a mi mamá, entonces", dice despejando sus pensamientos. Recoge su celular, dándose la vuelta en la silla giratoria, de donde lo había dejado antes que empezaran a jugar. Finalmente se revela la hora "10:43", una duda menos. Envía el mensaje de texto a su madre y vuelve a dejar el celular en su posición anterior, boca abajo.
Se levanta de la extrañamente cómoda silla de Tadashi y opta por tumbarse boca abajo en la cama en una posición diagonal, de manera que su cabeza y sus pies quedan en las esquinas contrarias del colchón. Yamaguchi se derriba encima de él, haciendo que salga un gruñido de dolor de la boca de Kei; ignorándolo, deja que la gravedad tome su rumbo y descansa todo su peso contra el delgado cuerpo de su amigo.
"¿Crees que logremos pasar el último nivel de un juego algún día?", reflexiona Tadashi mirando el cielo raso de su habitación, "con nuestras tan escasas habilidades para ello" agrega como dato importante.
Kei reflexiona unos segundos antes de responder la pregunta, "Solo si aprendes a saltar a tiempo cuando hacemos la cuenta regresiva", hace otra pausa, "por otro lado, nuestras habilidades están siendo ocupadas en aspectos académicos, no podría decir lo mismo de los patéticos de Hinata y Kageyama".
Tadashi ríe y Kei siente las vibraciones en su espalda, sonríe.
"Entendido, la próxima vez tendré sumo cuidado con la cuenta regresiva, Tsukki" responde. Aunque Kei no le puede ver la cara, sabe que él aún mira el cielo raso de su habitación y que tiene una sonrisa en su rostro mientras lo hace, motivo suficiente para que en su propio rostro su sonrisa también se agrande.
Se quedan así unos minutos más, disfrutando el silencio cómodo que se ha creado en la habitación, siendo sus respiraciones sincronizadas el único sonido emergente de ella. Finalmente, optan por meterse dentro de la cama y tratar de dormir luego de su cansada y estresante tarde que había sido apoderada por un tonto juego online de 45 niveles de los cuales sólo habían sido capaces de pasar los 44 primeros.
Tadashi toma la parte de la cama pegada a la pared, dejando a Kei en la parte vacía sobrante. Él es el invitado ¿No se supone que él debería tomar el lado más seguro de cama en caso de que por un movimiento repentino en la noche se cayera y golpeara su cabeza contra el borde la mesita de noche que se encontraba junto a la cama de Tadashi, y cayera al suelo, ocasionándole un derrame cerebral?
Tadashi solo ríe ante los escenarios que Kei creaba en su cabeza solo por obligarlo a dormir en el lado 'peligroso' de la cama."Tranquilo, Tsukki, si es que eso llegará a ocurrir seguro mi instinto de protección protegería tu cabeza antes de que sea capaz de chocar contra la esquina del mueble", admite Yamaguchi con una sonrisa convincente.
Kei solo asiente, no tan convencido a pesar de la gran confianza que irradia Tadashi con sus palabras.
"Ya lo veremos esta noche", dice finalmente, poniendo a prueba las palabras de su amigo y acomodándose en la cama de manera que se sienta cómodo. Tadashi lo imita.
Tadashi fue el primero en dormirse, como siempre sucedía cuando hacían pijamadas. Le sorprendía la facilidad con la que podía hacer de cualquier espacio un cómodo sitio para dormir, la cancha de volleyball del gimnasio, la banca fuera del Shimada Mart, el tronco de un árbol grueso. Se pregunta si Tadashi encontraría sus brazos como un cómodo sitio para dormir. Se queda con la idea en la cabeza mientras mira como Tadashi duerme tan plácidamente en la parte segura de la cama, con un hombro doblado que pasa por debajo del lado de su cara cumpliendo la función de una almohada.
Al final de todo, piensa, los videojuegos online no son tan tontos, porque gracias a ellos se permitía estar en la misma cama que Tadashi y ver la comodidad en su cara mientras dormía.
Finalmente, él también se duerme.
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Las cosas que guardamos el uno del otro
FanfictionUna historia de Tsukishima Kei y Yamaguchi Tadashi, donde se ven envueltos en distintas emociones en su último año de preparatoria.