Corazón

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"¿Treinta?"

"Más"

"¿Cuarenta?"

"No"

"¿Menos?"

"Sí, menos"

"Treinta y nueve"

Kei asiente la cabeza. Tadashi consigue la victoria luego de dos respuestas erradas. No sabía que podía hacer con la información de que tenía treinta y nueve pecas en la mejilla derecha, pero le parecía un buen tema para romper el hielo con una persona.

"¿Le dirías a una chica linda que acabas de conocer que tienes treinta y nueve pecas en la mejilla derecha?", se bufa Kei, pero se retracta mentalmente pensando que no era una mala idea.

"Le diría que tú las contaste si es que duda", responde con una sonrisa sin mostrar los dientes.

Contar las pecas de Tadashi se había vuelto algo común entre ellos, simplemente se echaban en la cama y mientras Tadashi leía un manga, Kei mataba el tiempo contando sus pecas. A veces aparecían algunas nuevas, por lo que tenía que actualizar el repertorio que tenía en su cerebro sobre la cantidad de pecas en la cara Tadashi. Podría asegurar que sabía la posición exacta de cada una. Le gusta pensar que si le dan una hoja en blanco y un lápiz podría dibujar el patrón exacto de las pecas de Tadashi sin margen de error.

Ahora se encontraban echados boca arriba sobre la cama de Tadashi, el estómago de Kei bajo la espalda de Yamaguchi la cual de arqueaba cada que Kei necesitaba inhalar. Sentía sus omóplatos contra sus abdominales, eran puntiagudos pero no le incomodaba.

"Nunca respondiste mi pregunta", Tadashi rompe con el silencio que se había formado en la habitación, ahora también acompañado por los latidos del corazón de Kei. Su estómago se contrajo un poco, esperaba que Tadashi no lo hubiese notado.

"¿Le contaría alguna vez a Tadashi si él estaba enamorado? ¿Le diría que estaba enamorado de él?", ahora sentía sus latidos más fuertes contra sus tímpanos, estaba seguro que Tadashi lo sentiría. Afirmó su teoría cuando lo vio sonreír ligeramente mientras miraba el techo.

"No lo sé", miente.

Lo correcto a preguntar hubiese sido '¿Me dirías que estás enamorado de mí a pesar de que te cagas de miedo?', aunque admite que tampoco sabría que hacer si es que Tadashi se lo preguntara en alguna ocasión.
'Solo si tú también lo haces', se responde creando un falso escenario en su cabeza de cómo sería la situación. Se ve sacado de sus pensamientos cuando Tadashi vuelve a hablar.

"Entonces te has enamorado", confirma Tadashi. Kei siente que alguien obstruye su vena cava prohibiendo la entrada de sangre a su corazón y el resto de su cuerpo. Estaba apunto de hablar, cuando Tadashi continúa "Porque si nunca lo hubieras hecho, tu respuesta habría sido algo como, no, yo no me enamoro", trata de decir en el tono más 'Tsukki' que puede.

"¿Cómo que tipo de persona sin corazón me has visto toda tu vida?" piensa preocupado. Responde lo mismo.

Tadashi solo ríe y Kei siente sus vibración en sus abdominales. Procede a estirar su brazo izquierdo hasta alcanzar el rostro de Kei en su palma, girando también su cuerpo para poder ver mejor a su amigo. Ahora sus costillas son las que descansan en su estómago.

"Pensé que tu cara bonita reemplazaba el hecho de que no tenías corazón", dice confundido, como si su ley de vida hubiese sido demostrada como falsa. "Ahora resulta que tienes ambos", finaliza decepcionado irónicamente.

La cara de Kei ardía contra la palma ahora también caliente de Tadashi. Su amigo le había dicho en repetidas ocasiones los buenos rasgos que tenía, hasta el punto que lo molestaba por su 'cara bonita' con sus demás compañeros de equipo ¿Desde cuándo tener buenos rasgos se volvió un objeto de burla?, se pregunta. Aún así, en todas las ocasiones el tono rojizo en la cara de Kei no dejaba de aparecer.

"Yo nunca dudé de la existencia de ambos en ti", se arriesga a responder aún con la cara bañada de un tono carmesí. Levanta su brazo derecho y lo dirige hacia la cabeza de Tadashi dandole una palmada suave en la cabeza. Ahora se encontraba tendido en la cama mirando al cielo raso. "Aunque me parece muy desconsiderado de tu parte que negarás mi existencia de corazón", refunfuña.

Tadashi solo ríe, ahora su rostro también estaba teñido de un color carmesí. Baja su mano hasta el pecho de su amigo.

Se quedaron así, con Tadashi posando su mano sobre el pecho de Kei mientras su cuerpo descansaba de costado sobre su estómago, y con Kei descansando su palma en la cabeza de Tadashi mientras miraba al techo.

"¿Me dirías que estás enamorado de mí?", vuelve a pensar.

Las cosas que guardamos el uno del otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora