Universos paralelos

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La prueba por la que se habían desvelado estudiando la noche anterior había sido sorprendente fácil, o así era según la perspectiva de ambos, que sí habían estudiado.

La campana de fin de clases suena y los chirridos de sillas moviéndose ambientan el salón. Los estudiantes van saliendo de poco a poco, hasta que solo quedan Kei y Yamaguchi. Se apresuran por alistar sus cosas e ir inmediatamente a la práctica de volleyball.

"¿Cuál crees que sería una buena excusa si nos ausentamos?", pregunta Kei mientras recorren el pasillo vacío de la estructura, con sus manos en los bolsillos de los uniformes. Kei mira al cielo raso mientras Yamaguchi piensa su respuesta.

"Decidiste dejar el volleyball, porque según tú no era lo tuyo, y abrirás tu tienda de música", responde finalmente, orgulloso de su respuesta.

Al escucharla no lo considera como tan mala idea, Kei disfrutaba la música y ganar dinero de ello suscitaba una vida perfecta para él. Yamaguchi había predicho el futuro de, seguramente, un Kei de un universo paralelo, si es que existían tales cosas. Un universo paralelo donde seguro ambos eran pareja, porque Kei estaba seguro que sin importar el universo en el que se encontrase, Yamaguchi estaría junto a él de una forma u otra.

"¿Y tú?", pregunta Kei curioso, bajando su vista para ahora mirarlo. Está a contraluz y su silueta se encuentra oscurecida por la vibrante luz que emana el gran ventanal del pasillo, apenas pudiendo diferenciar sus expresiones faciales.

"Te seguí, obvio", responde también mirándolo. Pudo diferenciar fácilmente su sonrisa entre la opacidad que el sol generaba en su figura. También sonrió, acertando en su teoría de que el universo los mantendría unidos sin importar qué. Siguieron caminando por el pasillo en silencio verbal, porque en su mente Kei se preguntaba si es que en este universo él y Yamaguchi seguirían la regla.

La práctica se prolongó más de lo esperado y es que un partido importante se acercaba a finales de mes, por lo que todos del equipo tenían que poner un doscientos por ciento de su esfuerzo.

Los de primero y segundo son los primeros en retirarse, los de terceros limpian el gimnasio el día de hoy. Kei no logra identificar el tipo de silencio que se ha generado en el gimnasio luego de que los demás se marcharon, tal vez era uno incómodo.

"Si Yachi no se hubiese retirado temprano seguro el ambiente hubiese sido diferente en este momento", piensa.

Sin previo aviso, Hinata es el primero en salir del gimnasio sin decir palabra alguna, para dirigirse a los lockers y escapar del confuso ambiente en el que se encontraba. Kageyama se queda parado mirando el borde de la puerta por donde había salido Hinata, pero no mueve ni un músculo. Yamaguchi y Kei se miran e inmediatamente bajan su mirada a las maderas pulidas del gimnasio, mientras le pasan por segunda vez una barrida.

Terminan de limpiar el gimnasio y los tres se disponen a subir a los lockers. Yamaguchi es retenido por el entrenador, y como de costumbre le hace una señal a Kei. Él comprende lo que le dice y avanza en camino a cambiarse sus ropas sudorosas, dejando al capitán del equipo, el cual volvería a unírsele en no mucho. Kageyama lo sigue en silencio.

Al llegar, ninguno de los dos saca nuevas ropas para ponerse, ni siquiera se quitan las chaquetas sudadas. Están sentado en bancas contrarias, el uno frente al otro, con las cabezas gachas y las uñas quitando las cutículas de su pulgar, eso solo en Kei, porque Kageyama tenía especial cuidado con sus manos.

Ninguno se dispone a romper el silencio, Kei desearía que Yamaguchi estuviese ahí en lugar de él, seguro que él sí sabría qué decir.

"Si siguen así su remate especial no estará coordinado para el partido a finales de-", es callado por la intervención de Kageyama, que al fin se dispone a hablar.

"¿Es ahora que te importa más ganar los partidos?", pregunta, aunque más que a pregunta suena como regaño. Levanta la cabeza para hacer contacto visual con Kei, pero su mirada está perdida en un punto del suelo.

"Lo siento", responde aún con la cabeza gacha, empieza a tronarse los dedos. "¿Qué planeas hacer entonces?", decide reformular su pregunta. Finalmente aparta su mirada del suelo y lo mira.

"No lo sé", ahora él rompe el contacto visual, mirando por encima del hombre de Kei. Tiene los dedos entrecruzados sobre su regazo, se acomoda en el asiento y apoya su espalda contra los casilleros. Posa su mirada en un punto sobre el infinito, "¿Qué hay sobre ti?", lo mira por el rabillo del ojo sin girar su cabeza.

Kei deja de mirar a Kageyama y ahora enfoca la vista a sus manos. Él y yo vivimos en el mismo universo, uno de los muchos existentes quizás, y estamos existiendo juntos, no de la manera que yo quisiera, pero eso no importa, piensa.

De pronto siente celos de que Kageyama y Hinata vivan en el mismo universo y que estén juntos de la forma en que le gustaría estar con Yamaguchi. Tal vez sí importaba mucho.

"¿Qué te retiene a decirle cómo te sientes en este universo en el que están existiendo juntos?", siente que la pregunta suena rara al salir de su boca pero no hay vuelta atrás. No se tomaría el tiempo de explicarle sobre los universos paralelos y cómo siente que él y Yamaguchi estarían juntos en todos y cada uno de ellos.

"El rechazo", admite sin cuestionar sobre lo del universo, como si lo hubiese entendido. "Sabes, él tampoco me lo ha dicho", su tono suena como a reclamo.

Kei ahora se encuentra más confundido de lo que hubiese podido estar Kageyama si le contaba sobre los universos paralelos. ¿Existía el rechazo de un te amo aun ya estando en la relación? Ahora le da curiosidad de cómo es que se le confesó, pero no se lo preguntará.

"Seguro quiere escucharlo de ti primero", recuerda lo que Yamaguchi le había dicho y espera que su frase robada sirva de algo. Ve a Kageyama moverse otra vez en su asiento y gira su cabeza para ahora ver a Kei con la boca medio abierta. Parece que funcionó.

No sabe el efecto que ocasionó las palabras robadas de Yamaguchi en él, pero rápidamente Kageyama se quita las prendas sudadas y se viste con una muda nueva de ropa que olía detergente limpio. Agarra su bolso y cuando se dispone a salir, se detiene y gira en torno a sí mismo.

"Gracias", dice y rápidamente su figura se desvanece detrás del marco de la puerta. Deja la puerta abierta.

Yamaguchi entra, pareciendo entender lo sucedido y le regala una sonrisa a Kei. Este le devuelve la sonrisa.

"¿Crees en los universos paralelos?", pregunta.

"Claro"

Las cosas que guardamos el uno del otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora