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Mateo.
📍la boca.

–¿que tanto pensas?–Camilo se sienta a mí lado.

–en lo rápido que crecieron mis hijos–sonrío mirándolos.

–¿mal no?, pareciera ayer que habían aparecido con Renata y Miri–sonríe.

–es verdad–me río.–Renata está a un paso de los 22, Miranda de los 19, Aymi de los 9 y Liam de los 11.

–voy a llorar–Camilo se ríe leve.

–te juro–también me río.–Aymi siempre me dijo que en sus quince quería entrar con sus abuelos.

–turro...

–y no va a poder entrar con ninguno, eso me mata todos los días. Verla llorando mirando la foto de sus abuelos y repitiendo "yo quería entrar con ustedes", yo me muero cada vez que la escucho.

–obvio que sí hermano–Camilo me mira–, a todos nos mata, todos sabemos que era el sueño de Aymi. Pero estás vos, sos su papá, y si vos no le das fuerzas nadie más se las va a dar.

tragué en grueso.

–estoy yo, pero ella quería a sus abuelos...

–sos la calco de Pedro hermano–sonríe–, sos sumamente igual a tu viejo, tenerte a vos es como tener a tu viejo en vida. No te bajonees por estás cosas, Aymi todavía es chica y capaz no entiende mucho ahora, pero lo va a hacer dentro de poco, no te preocupes.

asentí y decidí cambiar el tema.

–¿vos qué onda?–lo miro.

–sobreviviendo–responde con un suspiro.

–¿que hiciste ahora?–pregunto.

–me encamé con otra amigo–murmura.

abrí los ojos sorprendidos.

–pero si venías re bien con la Zoe amigo–hago una mueca.

–pero la minita que conocí me re puede, no sabés lo hermosa que es–sonríe como pelotudo.–, te juro que la mina es hermosa, tanto que me re confundí. Vos sabés que la amo a la Zoe, pero no sé.

–¿y Luna?–pregunto–, turro, tenés que pensar en tu hija también.

–dejá Mateo, si la basura esta no piensa ni en la nena ni en mí–la voz de Zoe nos interrumpe.

–Zoe...–Camilo le habla pero Zoe sale corriendo, Camilo me mira sorprendido.

–andá a buscarla y charlalo con ella amigo, suerte–hago una mueca, el saludo y sale de la casa.

–¡papá papá papá!–Liam baja corriendo las escaleras.

suspiré.

–ya hablamos de las escaleras, Liam, no me hagas enojar–lo miro serio.

–perdón–hace un mini puchero–, necesito ayuda.

–¿en qué?

–voy a salir con unos amigos a la plazita de enfrente, pero vá la nena que me gusta–hace una mueca–, me da vergüenza y no quiero ir ahora.

–¿y Luna?–pregunto sorprendido.

–mi tío Cami, me va a colgar si se entera–dice nervioso–, ¿no pensas que se va a enojar?, se supone que somos primos.

–no hay sangre compatible de por medio–sonrío pícaro haciéndolo reír.

...

mí celular sonó, viendo el nombre de Renata en la pantalla atendí.

𝙠𝙖𝙧𝙢𝙖 ; 𝙩𝙧𝙪𝙚𝙣𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora