Issha no Marco (Marco el fénix y tú) One Piece.

9: ¿Ésto es...?

— Entonces _______, termina tú desayuno e iremos por ropa nueva-yoi.

— ¿Qué quiere decir con eso Marco-sensei? —Por suerte no estaba tomando el jugo, o lo habría escupído — Por cierto ¿Dónde está mi ropa? Usted me... cambió ¿Cierto? Espero que no haya echo nada más—

Me puse tan roja y tan nerviosa de solo hacerme la idea... Marco soltó una sonora carcajada.

— Soy médico y jamás me aprovecharía del estado de ebriedad de alguien, ______ y... — Decía él mientras lavaba los trastes que usamos al desayuno —...Por más que nos gustemos, prefiero hacerlo cuando puedas recordarlo. —

Y menos mal estaba de espaldas y no me podía ver. Mi cara ahora era una bombilla con luz propia color rojo.

Antes de salir, Marco me regaló un cepillo de dientes que estaba nuevo, la salud bucal antes de todo.

Ya en su auto me sentí incómoda, la intimidad que da un lugar tan pequeño era algo que en esos momentos no quería. Abroché el cinturón y cerré los ojos, con suerte me iba a quedar dormida y no tendría que hablar con Marco.

Y efectivamente caí en los brazos de Morfeo, después de todo aún tenía bastante sueño por culpa de la resaca.

Tiempo después sentí como alguien movía sutilmente mi brazo,  abrí mis ojos y ví como Marco me miraba desde el asiento del conductor. Vi como sus mejillas se tiñeron suavemente de rosa y se apresuró a salir del carro para abrirme la puerta.

— Ya llegamos-yoi. Ven.

Él estiro su mano, por un momento dudé en si debería tomarla o no. Decidí aceptarla, a la larga Marco sólo estaba teniendo un detalle para ayudarme a bajar del vehículo.

 O eso pensé en un principio, porque Marco cerró la puerta del vehículo, activó la alarma y no soltó mi mano en todo el trayecto a un centro comercial. 

Mientras yo mentalmente me preguntaba ¿Qué estaba haciendo?

— Creo que esta marca es más del tipo de ropa que te gusta y que usas, ¿no? —Estábamos en frente de mi tienda favorita, totalmente mi estilo— La gente te está mirando algo raro, perdón por no tener ropa adecuada para ti-yoi. — 

Estaba sorprendida, Marco estaba siendo bastante caballeroso y observador.

— No se preocupe por eso Marco-sensei... Si quiere vaya a mirar otras cosas por allí, o allá...Mientras yo elijo algo sencillo para regresar a casa y evitar miradas...  Miradas, si — La verdad, quería alejar un poco a Marco, necesitaba tiempo para entender del todo la situación. Cosa que por suerte el pareció comprender, me dijo que estaría en la tienda de al lado comprando algo que necesitaba mientras yo compraba la ropa.

 Desde hace meses mi relación con Marco, aunque me gustaba, era intrínsecamente laboral. Hace dos meses él se empezó a distanciar de mí, y hace dos días habíamos tenido una discusión en dónde terminamos con que él se me confesó y yo huí. Ayer me emborraché y por despecho, lo llamé. Hoy amanecí en su casa y sin un recuerdo claro de que había pasado... Aunque Marco me aclaró todo y lo agradecía.

   — Señorita, desea probarse algo más? —La cajera miraba la blusa básica negra y jean azul que había elegido. Negué con la cabeza y cuando iba a pagar, una tarjeta de crédito dorada se me adelantó.

 —Yo te dije que compráramos ropa. Yo la pagaré. — Marco había salido de no sé donde para pagar. La cajera lo miraba fascinada, y es que Marco era un grato espectáculo para la vista.

La camiseta azul que tenía puesta hoy dejaba ver una parte de ese tan bien formado torso que tenía, y aquel tatuaje que le hacía lucir más genial y masculino de lo que ya era.