Capítulo 1: JADE.

5.4K 550 352
                                    



En multimedia: Bad Liar-Selena Gómez




Seis meses después...

Entrar a la universidad, por alguna extraña razón, siempre representa un cambio enorme en los seres humanos, incluso es más traumático que una vez que la terminas y entonces enfrentas la vida real. No sé si la culpa es de los padres, que todo lo exageran, o de los libros que todo lo romantizan, o de las películas, que todo lo aumentan con tecnología, o quizás la culpa es de uno mismo por generarse tantas expectativas.

La primera es, creer que ir a la universidad te volverá un adulto decente y al fin te librarás de tus padres, la segunda que, las residencias estudiantiles son toda una pasada, como te lo pintan los cuentos para adolescentes hormonales que creen que el primer día, el chico malo, guapo y motero llegará a tu cuarto por equivocación y eso nos lleva a la tercera gran mentira de los campus universitario. El amor.

Todos te cuentan cómo conocieron a sus esposos y esposas en la clase de geometría avanzada, lo cual no me sorprende, pues, cualquier cosa debe ser más interesante que geometría avanzada. Pero vamos, toda esa historia de que es ahí y solo ahí donde conocerás el verdadero amor; un amor maduro, verdadero, con planes a futuro, con casa, hijos y toda esa trola me causa un gran conflicto.

Joder, solo tenemos dieciocho, seguimos siendo estúpidos y sensibles, e impulsivos, ¿por qué carajos la gente cree que esta es la etapa de madurez? La verdad y siendo muy honesta, es que soy de los que piensa que nunca somos lo suficientemente maduros para enfrentar la vida. Los problemas nunca se terminan, las malas decisiones siempre están presentes, los retos, las pruebas. No hay largas etapas de paz, ¿me entienden?

A veces creo que el tipo de allá arriba se divierte mirando cómo nosotros mismos nos jodemos todo el tiempo. La cuestión es que, mamá espera que yo sea una de esas jovencitas conociéndome a mí misma en un cuarto de residencia con una compañera de dormitorio que a lo mejor y me odia, y, para variar, es mixta.

No me malentiendan, no soy "la chica complicada" o la única y diferente que no le importa nada. Me importan mis estudios, mucho, quiero ser alguien en la vida, digo, ya somos alguien, pero quiero convertirme en alguien más estudiado, preparado, por decirlo de alguna manera. No es que no me interese el romance y tener una historia casi poética por contar cuando tenga cuarenta.

Es solo que, creo que tengo un problema, al principio pensé que se trataba de los chicos; inexpertos, niños, estúpidos, hasta que entendí que no era el caso, el problema soy yo. Pero no estoy lista para hablar de ello, ni siquiera para buscar ayuda. Eso, y que no creo que esta edad sea la correcta para entregar lo mejor de ti a alguien que seguramente piensa más con la cabeza de abajo que con la de arriba y te destroce el corazón.

Mis pensamientos reflexivos son interrumpidos por mi madre, se la ha pasado las últimas cuarenta y ocho horas hablando sobre su vida de universitaria con tía Clarisa, según ella, se metieron en grandes problemas y tuvieron que luchar por sus vidas no sé cuántas veces. Cuando le he preguntado a qué se refiere, ha decidido callar. Como siempre.

Supongo que solo eran dos chicas enamoradizas y que lo más peligroso que hicieron fue acercarse al tío Zed. Digo, es muy agradable, de hecho el adulto más abierto y confiable que hay en mi familia, creo que confío más en él que en mis padres, sin embargo, tiene tantos tatuajes y una apariencia temible. Así que entiendo que de joven haya tenido la pinta de peligroso.

Además, cuida a tía Clarisa como si se fuese a quebrar solo porque le aprietes mucho la mano. No lo digo como algo malo, más bien, es muy tierno que la cuide tanto, pero asusta de igual forma tanta sobreprotección. ¿Será posible que alguna vez llegue a amar a alguien como mis tíos se aman? No es que mis padres no lo hagan, de hecho son un matrimonio muy estable pero no desprenden ese fuego que los Allen demuestran y cuando digo "Los Allen" me refiero a los cuatro integrantes.

Retando al corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora