Jenlisa al otro lado del mundo

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Lisa se preguntaba porque nunca la llamo pero amaba tanto a Jennie que no podía enojarse con ella.

- ¿Por que nunca me llamaste Jennie?

- Quería sorprenderte.

- ¿Sorprenderme?. Dijo Lisa como quien se hacía rogar.

- Si Lisa, estuve haciendo un poema para ti.


"Tu mirada me hipnotiza"


Tus ojos cafés,
tu perfecta sonrisa
solo hacía que me preguntara
si algún día te tendría,

En este mundo de mentiras
mi verdad eres tú,
solo quédate un poco más
pues quiero que tú seas mi luz,

Sin miedo expresare lo que sienta
hoy a través de este poema,
sé que tu también lo sientes,
sé que tú también me quieres.

No lo niegues más
y escapemos de esta realidad,
esta que tanto nos aterra
a donde no importe el que dirán.


(Autora real del poema: Andrea Saez)


Lisa estaba realmente sorprendida, Jennie cumplió lo que dijo, Lisa se sentía mal, le dolía todo el cuerpo debido al accidente pero el poema de Jennie le llegó al corazón.


- No tengo palabras, nunca nadie me había escrito un poema.

- Me alegra ser la primera persona que lo haga entonces. Dijo Jennie sonrojada.


Lisa se quedó en el hospital por unas semanas más, cada noche leía el poema que Jennie le escribió, las hojas del libro olían a su perfume Chanel y era imposible leerlo sin que le recordara a ella. Jennie era muy feliz mientras esperaba que Lisa saliera del hospital, sabía lo qué pasó ese día y que sería el inicio de algo que duraría para siempre, todo era alegría y felicidad hasta que recibió una llamada de su madre.


(Llamada entre Jennie y su madre)


- Kim Jennie, ¡Tienes que estar en Nueva Zelanda en un mes!.

- ¿Como? ¿Pero no iba a regresar para el invierno?.

- Lo lamento hija, tienes que irte antes.

- ¿Por que?, Acabo de conocer a alguien quien podría ser el amor de mi vida y ¿Tú me alejas de ella?.

- Jennie, esas cosas te llenan la mente de estupideces, el amor no existe, es solo una mentira para que te dañes más.

- Todo lo dices por lo qué pasó con papá y lo peor es que ni siquiera lo conozco.

- No metas a tu padre en esto, Jennie, es para que te des cuenta de que Tailandia no te hace bien, mira cómo estás ahora.

- No quiero hablar ahora, mamá.

- Cuídate, nos vemos en un mes.


(Fin de la llamada)


Jennie estaba tan furiosa no podía dejar de pensar en lo que su madre le acababa de decir pero por otra parte estaba triste por Lisa, su Lisa, como iba a dejarla si recién le daban de alta en una semana. Jennie no dijo nada y dejó que las cosas siguieran su camino.

La semana siguiente Lisa y Jennie fueron a cenar, ambas estaban muy nerviosas.


- Lisa, hay algo que te tengo que decir.

- Adelante, Jendeukie.

- Primero, quiero saber como caíste desde tan alto y por qué el incendio.

- Fue un día en el que deje de esperar tu llamada, Jennie, te escribí una carta y la quemé luego en el mirador, no me di cuenta que todo a mi alrededor estaba en llamas y uno de los tablones de madera en los que estaba parada se cayo y caí con él.

- Lisa... lo- lo siento mucho enserio yo no quería...

- No tienes que decir nada Jennie, lo bueno es que ahora estamos juntas y eso es lo importante. La interrumpió Lisa, quien la amaba tanto que no le importaba poder haber perdido la vida por ella.

- Lo otro que te quería decir es que me tengo que ir en 3 semanas a Nueva Zelanda.


Lisa escupió su bebida, en ese momento sentía impotencia pues no quería que Jennie se vaya tan pronto, sin embargo vio en los ojos de Jennie cuanto le dolía a esta decir esas palabras, solamente le respondió.


- Jen, sé cuanto te duele, no pasa nada, mientras estés aquí quiero disfrutar el tiempo que pueda al máximo, no te sientas mal por mi ¿Okey?, algún día nos volveremos a ver, te lo prometo.


Jennie se sorprendió ante tal comprensión, comenzó a llorar y Lisa fue de inmediato a consolarla.


- Mírame Jen, todo estará bien, yo nunca te dejaré de amar.

- Yo tampoco a ti Lisa.


Jennie beso a Lisa, ambas se sintieron tan bien con ese beso, para ambas era lo que querían desde el primer segundo en el que se vieron, Lisa por instinto le devolvió el beso y empezó a acercarla más a ella, las manos de Jennie rodeaban el cuello de Lisa, las de Lisa agarraban la cadera de Jennie, era una noche que ambas recordarían el resto de su vida, Lisa le quitó la chaqueta a Jennie, los besos de Lisa eran sutiles pero apasionados, a Jennie le gustaba como Lisa era tan atrevida e intento hacer lo mismo, Lisa no tenia intención de detenerse, pasaron 2 minutos para que ellas se miraran a los ojos, entonces surgió una gran idea por parte de Jennie.


- Lalisa Manoban, ven a Nueva Zelanda conmigo.

~Te amo para siempre~      |Chaesoo & Jenlisa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora