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Era hora del almuerzo y todos estaban sentados en su mesa correspondiente y los Cullen estaban a una que estaba al lado de la puerta para salir.

Edward y Bella estaban platicando entre ellos en su mundo, Emmett y Rosalie estaban discutiendo por cualquier tontería qué hiciera él grandulón, Jasper y Amelia están hablando, están conociéndose más sobre ellos mismos hablando de su pasado.

Alice nuestra querida Alice la más pequeña de los Cullen, ella estaba sentada hasta el fondo apartada de sus hermanos quería ver, quería saber qué fue lo que le había molestado a la peli‐negra, quería estar con ella pero en ese momento no tenía como hablar, como Iniciar una conversacion, cada vez que estaba cerca de ella se pone nerviosa y ella sabía que si fuera humana estaría sonrojada totalmente de su rostro y su corazón latiendo mil por hora.

Un estruendo hizo que todos voltearon a la puerta de la cafetería y ahí la vieron caminando con su porte rígido, cabeza alta, su chaqueta de cuero, su pantalón de mezclilla, botas negras y su cabello negro.

La peli‐negra buscaba a la Cullen, hasta que la vio sentada en una mesa sola.

Sonrió en su interior mientras se encaminaba para con ella sin importar las miradas que le daban como en la mañana.

Se sentó quedando enfrente de ella dejando su almuerzo en la mesa.

Alice levantó la mirada y la vio, se empezó a sentir nerviosa de tenerla tan cerca. Ninguna de las dos decía nada y la pequeña Cullen estaba nerviosa ante la mirada de la peli‐negra, su mirada se sentía desde lejos y más si es de cerca.

La peli‐negra la veía fascinada como volteaba para cualquier lado con tal de no verla a los ojos y eso le causaba un poco de gracia, le gustaba ver su rostro y más si era de cerca.

– Pequeña– dijo en susurró captando la atención de la castaña.

– Hola – susurró muy bajo la castaña por el nerviosismo que tenía en ese momento

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– Hola – susurró muy bajo la castaña por el nerviosismo que tenía en ese momento.

–¿Por que tan nerviosa? – preguntó con una sonrisa.

–No lo estoy – dijo tratándola de mirar a los ojos, pero no pudo, tuvo que apartar la mirada.

La peli‐negra viendo que la castaña no la veía agarro su mentón haciendo que la viera directamente a los ojos y admirando los ojos de ella, dorados, de ahora en adelante ese era su color favorita de ojos.

–¿Por que no me volteas a ver? – preguntó inclinándose con ella.

Estando cerca de sus labios de nuevo la castaña no pudo mentir.

– Si... si lo haces, me pones muy nerviosa – dijo haciendo que la peli‐negra sonriera satisfecha.

Cuando iban a juntar sus labios la peli‐negra se hecho para atrás volviéndose a sentar y separándose de la castaña, haciendo que se quejara mentalmente.

Eclipse ‐ (Alice Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora