Aveces nuestros demonios son los que nos hacen ver en realidad como son las personas a nuestro alrededor
¡Jennifer!
Esa voz, esa voz yo la conozco, pero no puede ser si ella...
¡Sácame de aquí! ¡Me están lastimando! ¡Te quiere a ti! ¡Ahhhh
-¡Ahhhhhhhhh!-.
La pelinegra se despertó sobresaltada, tenia mucho tiempo sin tener esta pesadilla, como odiaba cuando eso le pasaba. Lo que significaba que se estaba volviendo débil nuevamente y eso no iba a permitirlo.
Se levanto de su cama directamente hacia si closet comenzando a sacar toda la ropa, zapatos desordenando todo tratando de buscar su propósito, pero no encontraba nada.
Una castaña estaba afuera de la casa de esta tratando de buscar la habitación de la pelinegra pero no hallaba nada, cuando estaba por rendirse escucho un grito y hay vio el cuarto de la pelinegra tapado por ramas alrededor, se acerco a ver hacia la ventana y lo que vio que lo que la hizo entrar sin permiso de alguien.
Se fue acercando poco a poco lo que hizo que frunciera el seño al verla así, estaba sudada, con ojeras, sus nudillos lastimados y su respiración agitada tratando de localizar algo que no encontraba.
-Jennifer- dijo en voz baja mientras daba pequeños pasos hacia ella, un movimiento brusco de la peli-negra la hizo sobresaltar.
Comenzó a preocuparse y a comenzar a llamarla pero no servía de nada, había visto esa situación antes pero no creería que fuera ella capaz de algo así o tal ves si. Lo hizo sin pensarlo, la abrazo y comenzó a susurrarle para tratar de calmarla.
La peli-negra sintió unos delgados brazos rodearla por la cintura susurrándole cosas que no entendía por lo aturdida que estaba por la situación, quería calmarse pero no podía, querías no mas bien necesitaba la droga, sentirla en su sistema.
Empezó a guiarse por la voz que le hablaba, era una voz dulce, tranquila y que transmitía paz para ella al escucharla, en el momento en el que la voz se cayo su cuerpo volvió a tensarse haciéndose sentir extraña.
-No por favor, sigue hablando es lo único que te pido- suplico por primera vez después de mucho.
Al escucharla la Cullen se prometió cuidarla y apoyarla en todos sus problemas, estando con ella.
-Que te hicieron- se pregunto a ella misma mientras la veía volver a quedarse dormida nuevamente, pero esta vez acurrucada con la Cullen y sin pensarlo ella también cayo dormida.
A la mañana siguiente la Cullen se despertó desorientada, no entendía que era lo que había pasado exactamente, solo que había venido a casa de Jennifer a verla y que la encontró así.
-Jennifer- susurro ella, hasta que capto-¡Jennifer!..
Se levanto apresurada de donde estaba y se pudo a inspeccionar y se dio cuenta que estaba en el cuarto de la pelinegra. Todo estaba de color negro una que otra de color azul cielo, así que pudo identificar que esos eran sus colores favoritos. Era una cama matrimonial que estaba puesta en medio de la habitación, su closet que por el momento estaba hecho un desastre, estaba un espejo grande colocado al lado de la cama, una televisor, un estante de libros(demasiados libros), a parecer también amaba leer y un gran balcón que se podría apreciar la vista de Forks, así que entendió porque ella decidió comprar esa casa.
Al salir a asomarse al gran balcón la vio, estaba dándole la espalda al parecer traía un vaso de vino en la mano, vestía con un pans gris y una playera de manga larga y toda su pelo despeinado.
-Sera mejor que te vayas- la voz ronca de la pelinegra la asusto un poco por el repentino hablado de ella, pero sin voltear todavía para con ella.
-¿Que?...no, no me iré Jennifer hasta que me digas que pasa. ¿Lo harás?- pregunto dado pasos cortos hacia ella, pero antes de llegar la pelinegra se dio vuelta y la vio.
Tenia demasiadas ojeras, una sonrisa un tanto cínica que la caracterizaba, sus nudillos seguían lastimados y con sangre seca que rápidamente se tapo la nariz tratando de que el olor no llegara a ella y no atacarla, no se lo perdonaría.
-No, no lo hare Alice y dime, ¿quieres saber porque?- dijo hasta quedar frente a ella y agachar su cabeza hasta la altura de la de la Cullen y poder verla mejor. Ella solo asintió- lo que paso ayer no debiste de haberlo visto ni mucho menos haberte quedado, debiste de haberte ido y haberte alejado de mi..
-No Jennifer, ocupabas de mi ayuda, ocu....
-¡Los monstruos no la ocupan!- grito tomando de sorpresa a la Cullen por lo que había dicho- personas como yo no ocupan ayuda Alice, lo único que ocasionamos es que las personas de su alrededor se vayan o mueran y no quiero eso para ti..
-¡Dime entonces... ¿Por qué me invitaste a salir?!- grito la Cullen ya harta de la situación.
-¿Por que?..por..por..que. Yo no lo se, bien- dijo aceptando que le había ganado, pero es que ni elle sabia el porque- solo quiero que te vayas de mi casa en este momento y que olvides lo que paso ayer.... ¿te quedo claro o lo quieres por escrito Cullen?
-Quiero que lo digas, veme a los ojos y dime que no quieres que este cerca de ti, respetare tu decisión y me alejare de ti. Solo dímelo Black -dijo encarándola fríamente viéndola fijamente y la pelinegra lo único que hacia era evitar su mirada.
Porque sabia que si la veía a los ojos no podría separarse de ella y eso era lo que ella no quería. Pero no quería que ella viera como es ella en realidad y se alejara por su cuenta y la destrozada fuera ella. Y sin más remedio lo hizo, la vio a los ojos, son tan lindos que se quedaría viéndolos todo el tiempo, sus ojos son las constelaciones mas hermosa que hubiera querido ver y que lo estaba haciendo.
Y no pudo, no pudo decirle que se alejara de ella, no quería aceptarlo pero la quería con ella y así que lo único que hizo fue besarla. La castaña al principio fue sorpresa pero despues se dio cuenta, la pelinegra la estaba besando, ¡la estaba besandoo!.... Sus labios se movían con desesperación sincronizandose perfectamente entre las dos, sus labios encajaban perfectamente con los de ella como si fueran hechos el uno para el otro.
La Cullen se dejo llevar y continuo beso, queriendo que nunca acabará.
Y la pelinegra sabia que después de esto no había marcha atrás, al probar los labios de la Cullen sobre los suyos fue lo más placentero que ha tenido en su puta vida y no quería que se acabará, que solo fueran ellas dos contra el mundo y contra sus demonios.
Y sin darse cuenta la Cullen se había vuelto su droga, no ocupaba de ninguna otra, con que ella estuviera, era la maldita cosa más perfecta de su existencia. Besar sus labios eran como tocar el paraíso sin estar en el y sin saber la castaña poco a poco se adentraria en su vida y en el fondo de su ser por más egoísta que sonará la quería solo para ella.
La Black había encontrado su ancla sin darse cuenta en que momento y la Cullen no tenía pensado en ningún momento dejarla.
Pero nunca digan nunca....
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Eclipse ‐ (Alice Cullen)
RandomElla prometio no dejarla a pesar de todo, pero no debio prometer algo que no iba cumplir. Destruyendo mas el corazon de la peli-negra con tan solo unas palabras. Ella no debio irse, porque cuando volviera no seria lo mismo que antes. Su peor error f...