¡Sonríe! Tal vez te olvide...

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Hay plumas de acero en los huecos de un corazón olvidado, otorgando bailes de edén en lo efímero de la vida, soltando las manos de aquel cántico que arrastró su cuerpo a los confines del mar.

Hay alguien al final de mis sueños lúcidos que cala el frío invierno de mis huesos.
Un dulce susurro que arrulla los parámetros de un despojo desvivido.

Él,
tan sólo,
existe en mi memoria,
vagando en las noches de poesía entre estas vértebras rotas y moribundas.

Él, es ínfima existencia, un duelo dulce al borde de mi tormento; él es aquel que aún duerme eterno en este tórax nostálgico.

Porque es él mi eterno amante, eclipse despojado de las llanuras de mi piel, como desierto inundado en plegarias anímicas.
Él,
versos vespertinos aliados a las estrofas acústicas de mi voz, atrapando en estas olas frágiles, deseando con ambrosia prestigiosa, volver a mi.

Acuarelas he de llamar al color que sus ojos han desbordado desde lo furtivo de su cuerpo. Danzar envuelto en frascos de naufragios, rotos y perfectos, destinados a mi.

Él, baila en la agonía de esta alma fragmentada, calmando las aguas embravecidas de un alma afónica al diluvio de mis costillas.

Él me ama, como la luna a profesado no ser estrellas, como el sol cubierto de desiertos oceánicos; como el último ápice que el cielo me ha regalado.

Él ama este cuerpo moribundo, aquel que, sus ojos han olvidado, y mi corazón a congelado a través del tiempo.
Porque él será la existencia de este final interminable, mi único amor.


© R.J ELLEN. 

desde febrero en mi piel . poemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora