Finalmente destinado al olvido.

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Desde el imperio afónico de tus deseos mi cuerpo pierde el equilibrio, sosteniendo bajo las grietas de este cádaver la soledad que suele sollozar en el mar de mis dedos.

Cariño, he abandonado los mantos fonéticos que tus labios han pintado sobre mí, he huido del cristal que yace roto en tu pecho, cortando aquellos extractos de mi piel que has infectado. 

Te he dejado donde la vida suplica desterrar el destino que has trazado en las curvas abstractas de mi alma, porque, he perdido; finalmente te he perdido.

El susurro subyacente de su corazón inerte se aferra a aquella luz que aún guía nuestro último baile, atando al danzar de tus pies erráticos, la sombra de mis besos.

Aún sigues bailando, aún cuando el silencio es lo único que provoca espasmos entre tu alma y la mía. 

Sigues donde nuestro final colisiona, donde mi voz une la aritmética de tu anatomía con las constelaciones que no poseen nombre, donde el naufrago de nuestra muerte se ahoga en barcos sin destino. Porque, tú, cariño olvidado y frío, sigue los rastros que la luna ha salpicado en el eclipse de mi mirada, atormentando en sublime olvido el latido de un corazón que muere cada vez un poco más. 

Muere en soledad, orgulloso y desgastado; demasiado tuyo, demasiado moribundo. 


© R.J ELLEN. 

desde febrero en mi piel . poemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora