desde febrero en mi piel . poemario

Susúrrame al alma jamás haberme amado.

Hay un susurro vasto que acoge el silencio de su alma,
una tenue luz desecha en tacto,
dispuesta en alegoría a contemplarla,
es de aquellos susurros impregnados en solitario augurio;
de aquellos que mueren en la tenuidad de su vida.

Y yo,
yo soy aquel que desgasta la vida admirándola,
musitando en la lejanía
no poder olvidarla,
no poder soltarla,
no poder incluso al fuego de las cenizas, amarla.

Soy el refrán favorito de sus labios amargos,
dulce mentira y suave cantor incoloro,
oh, soy solo el suspiro de su tenuidad gastada,
farsante enamorado,
verdadero obsesionado.

Soy quien le ha escrito en el alma la muerte de sus besos,
quien, en vida declaro ser el deshielo de sus fantasías
y como consecuente, el dueño de los bordes
desvanecidos de su corazón.
Seremos y será, porque desde
la decadencia de su roce, la vida le
otorgo la dicha de amarme,
le acaricio las cicatrices durante el anochecer,
deseando impregnarme en lo escurridizo de su piel.

Pero la penumbra, tan solo
marco en los bordes de su ser no conocerme,
marco aquel tacto dilucidado
y en el susurro de un canto abandonado,
reclamo los lugares incautos de su alma;
desdichando el destierro de mis poemas
ha ser reescritos en la soledad de una
desconocida anatomía.

Me otorgo la dulce libertad
en espera de que este moribundo corazón
le olvidara. Pero aun con la brisa del albedrio acariciando
la dulzura de mi casta lejanía,
murmure no poder dejarla ir,
grite haber sido el sacio de sus secretos,
susurre pertenecerle en
soledad y deseo. Y le bese,
rociándole sobre la existencia
el ultimo susurrar del cielo: "lamento ser tú".

© R.J ELLEN.