07⸙

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Unos cuantos días después de aquella vez fue que Hoseok y yo volvimos a vernos. En un principio él estuvo un poco cohibido de hablar conmigo pero rápidamente se soltó cuando surgió la conversación entre nosotros.

De igual manera, esa misma noche en que lo dejé él me había llamado y se había dedicado a explicarme todo, hasta disculparse conmigo por no contarme lo que estaba haciendo. Y también agradeció mucho el que haya mentido a su madre de que estaba conmigo.

Yo por supuesto lo recibí con los brazos abiertos en mi casa, y me tomé el tiempo de mimarlo comprando cosas dulces para comer. Y sin embargo, no quedó descartada la represalia de mi parte, no estaba de acuerdo con sus acciones y tenía que hacérselo saber.

Allí fue donde quise profundizar con él sobre la situación en su hogar, aún no tenía idea de por qué mi chico había tomado la descabellada decisión de huir de casa. Y aunque intenté tocar el tema en todas direcciones, Hoseok estuvo reacio a hablar de ello. De una manera u otra él no dijo nada en adsoluto. Y sólo repitió que no volvería a hacerlo.

Aunque no se veía seguro de sus propias palabras, por lo que me rendí. Si no quería contarme no tenía razón para obligarlo a hacerlo, no existía ningún compromiso verdadero entre nosotros en cuanto a nuestra vida privada. Así que ese día le dejé en casa luego de un largo beso y palabras bonitas.

Luego de dos días, Hoseok ya estaba más que preparado para vestirme como se le antojara, así que me llamó miles de veces para asegurarse de que estaba en casa y que no tuviera ningún compromiso durante toda la tarde y noche. Por mi parte, ni siquiera recordaba que debía comprar un atuendo para él. Así que como vía más rápida, me fui a un sex shop esa mañana y suspiré al llegar a casa. Aliviado de haber solventado ese asunto.

Era sábado y por fortuna no había nada demasiado importante que hacer. La mañana la tomé para comprar el atuendo de mi bebé y también para ordenar un poco la oficina. Así como también limpiar un poco el polvo en la sala y comedor, que eran las zonas olvidadas en mi casa. Y como en la tarde solo me tocaba esperar su llegada, me quedé en mi habitación mirando cualquier programa ligeramente entretenido para pasar el tiempo.

Y alrededor de una hora y media después, la puerta principal estaba siendo golpeada. Me levanté, y coloqué mis pantuflas para ir a abrirle mientras revolvía un poco mi cabello.

Cuando lo vi, tenía una sonrisa gigantesca pintada en su rostro lleno de picardia, y en su mano había una bolsa grande en la cual la marca de alguna tienda resaltaba en color fucsia.

Hoseok se aventó a mi y comenzó a besarme ansioso. Por lo que tuve que moverme un poco para poder cerrar la puerta detrás de él.

— ¡Papi...! — Canturreó saltarín. — Tarde un poco porque no encontraba una pieza y también me comí unas galletas, pero aquí estoy. ¿Lo tuyo está listo?

Asentí, apretando su cintura y volviendo a chupar su labio inferior.

Sin embargo, Hoseok se separó un poco de mi antes de decir.— ¿Quién se arregla primero?

Inmediatamente le toque el pecho con una sonrisa, la cual el correspondió riendo. — Ok, vamos a tu habitación. — Y tras tomarme de la mano caminamos hasta mi cuarto, en donde me hizo buscar mi compra y dársela aún dentro de su empaque.

— Solo puedo verlo al ponérmelo. — Aclaró — Voy a entrar al baño, pero no vayas a revisar mi bolsa. Es una sorpresa. — Sonreí ante su demanda y lo dejé ir a encerrarse en el baño.

Una vez estuvo adentro, miré la bolsa con curiosidad de qué habría allí dentro, pero me detuve a mí mismo. Él podía enojarse y eso arruinaría la tensión sexual, además no es como que tuviera que esperar demasiado para saber de que se trataba.

Pretty Boy ﹫ 𝑽𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora