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Los suspiros agitados de mi bebé llenaban la habitación desde hace varios minutos. Antes de comenzar con la maravillosa jornada de sexo, recordé que tenía un juguete en el baño especialmente para este momento. Por lo que detuve a Hoseok antes de que tocara mi bulto con la lengua y le ordené que buscará la dichosa cajita.

Al principio se molestó por haber cortado un poco su momento, pero aún así busco la caja y me la entrego curioso por saber de qué se trataba.

Una vez la abrí y la sostuve sobre mis dedos, Hoseok contuvo un poco la respiración, era un objeto pequeño con una forma peculiar pero adaptada a su función. Yo sonreí y le pasé el vibrador para luego tomar el control y hacerlo funcionar.

Mi niño se sacudió sorprendido cuando el aparato en su mano comenzó a vibrar desesperadamente, y él no pudo contener la sonrisa tanto nerviosa como excitada que le causó aquel objeto.

- Hay cinco velocidades, y esa es solo la segunda. - Tras decir aquello Hoseok jadeó mordiendo su labio inferior y se acercó a mí pasa robarme un casto beso. - Súbete a la cama.

Él dio un brinco y me miró nervioso. - ¿Lo vas a poner ahora?...

Y asentí a su pregunta con una sonrisa algo maléfica. - ¿No quieres? Es pequeño, no creo que tengas problemas con eso. ¿O necesitas que te dilate un poco?

Algo avergonzado comenzó a negar con rapidez y sin decir nada se subió sobre la cama mostrándome su lindo trasero. Yo por mi parte reí un poco antes de acercarme a bajar los shorts que traía puestos hasta sus muslos, y luego tomé un poco de lubricante para esparcirlo por el juguete y su entrada.

Un rato después mi pequeño estaba retorciéndose mientras intentaba respirar un poco. Al principio le había colocado la primera velocidad para ver su reacción, pero al ver que se acostumbró rápido solo jadeando, me tomé el atrevimiento de saltar de uno a cuatro. Pero pareció demasiado.

Tuve que dejar el pequeño control a un lado luego de dejarlo en nivel dos, y luego me acerqué a él para besar sus labios ya rojos de tanto morderlos. - Listo. - Anuncié para sentarme a su lado de piernas abiertas. - Ven aquí.

Un poco tembloroso, Hoseok se levantó de la cama con dificultad y se arrodilló frente a mí con una sonrisa, allí no tardó y llevar su boca a mi entrepierna y comenzar a lamer y dejar besos jugosos sobre la fina tela de encaje que cubría mi miembro.

De manera excepcional pasó de besitos castos a succionar mi pene con ansías, despues de solo bajar un poco la tela dejando mi miembro y testiculos fuera de esta. Llegó un punto en el que tuve que apoyarme sobre mis brazos para no caer hacia atrás, estaba muy caliente y erecto, y Hoseok no dejaba de chupar y lamer la punta mientras me masturbaba.

Él succionaba tan gustoso y de vez en cuando meneaba un poco su trasero haciendo soniditos maravillosos. Aunque intentaba tener toda mi atención en su boca y sus movimientos no podía simplemente quedarme quieto, estaba de más decir que estaba duro, tanto que despues de duras succiones y el aumento de la velocidad en su mano comencé a sentir como estaba acercandome a mi liberación. Y aunque quisiera disfrutar del orgarmo, no iba a parar justo ahora, ni mucho menos a dejarme correr con solo unos minutos de sus manos y boca.

Suspiré profundamente y me recompuse un poco para llevar mi derecha a su cabellera, lo acaricié cual perrito y ni aún con eso su atención se perdió de su tarea. Estaba tan concentrado en sus acciones, tan complacido de tenerme en su boca, lamiendo y chupando de forma tan morbosa mis genitales, y yo simplemente estaba cautivado por su belleza, su sensualidad, era inexplicable ver como aún haciendome una felación podía verse tan inocente, tan tierno y precioso.

Fue luego de que me removí un poco que él levanto su mirada hasta conectar con mis ojos. Y apenas lo hizo sonreí encantado mientras que de la misma manera correspondía mi sonrisa mostrandome su preciosos hoyuelos con la suya. Me moví lo suficiente para tomar su rostro con ambas manos y tomar su boca, y lo besé por un largo momento, hasta lograr que se sentara sobre mis piernas.

Pretty Boy ﹫ 𝑽𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora