⇶Taehyung tuvo la suerte de encontrarse al niño más bonito del mundo. Y no dudará en tomarlo como suyo.
◌ Tema ﹙𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 𝑲𝒊𝒏𝒌﹚
◌ Vhope
◌ Smut + Fluff
◌ Historia Corta
◌ No copias/ Adaptaciones
◌ Historia Completamente Mía
𝑩𝒍𝒖𝒏𝒅 ཻུ⸙͎
Esas eran tres palabras que podían describirlo a la perfección. Pero era «Precioso», la que se plasmó en mi mente cuando estuve mirando la foto de su perfil a través de aquella página de citas.
Todo fue tan simple al principio, solo un match con alguno que otro muchacho con los cuales no llegaba a nada, hasta que su linda sonrisa apareció en la pantalla de mi móvil. No tardé nada en entrar en su perfil y mirar más fotos, en las cuales en todas se veía tan radiante y angelical.
Era bastante obvio que su perfil era bastante nuevo en la plataforma, su información era escasa y sólo se había preocupado por subir varias selfies y fotos en paisajes.
Había pedido permiso para ver sus fotos privadas en su perfil, y ¡Vaya! Alrededor de veinte minutos después tenía permitido ver un maravillosa foto de él con un traje de marinero junto a un sofá negro, y un match que marcaría un valioso antes y después en mi vida.
Recuerdo que mi corazón salto al primer mensaje que me contestó. Estaba tan animado con conocer a ese muchacho tan bonito, hasta ilusionado, podría aceptar ahora mismo.
Los primeros días me empeñe en encantarlo con cosas materiales, necesitaba llamar su atención por encima de cualquier otro que pudiera haberle estado escribiendo. Le recargue su celular unas cuantas veces, también le di dinero para que comprara películas y pagará servicios de Netflix y más cosas.
Aunque todo había sido por mi insistencia, siempre había estado muy avergonzado de cualquier cosa que le diera. Después de charlar varias semanas cada que le daba algún regalo, me mandaba fotos lindas y muchos emojis.
Para mi, todo un deleite.
Durante ese tiempo, compartimos información, yo sobre mi trabajo y donde vivía, y él sobre sus estudios, siendo que estaba realizando algunos cursos antes de entrar a la universidad. Y allí el detalle que derritió mi corazón cuando lo descubrí.
Ese precioso chico, había recién cumplido sus Dieciocho cuando decidió querer mirar páginas de citas, en las cuales obviamente se debía de tener la mayoría de edad. Era un niño, y uno muy bonito el que me había cautivado.
Comencé a bromear con él, me sentía ligeramente viejo después de saber su edad, aunque siempre comentaba que no tenía que preocuparme, que era muy guapo. Se imaginarán como me ponía de coqueto y contento.
Éramos de la misma ciudad, sin embargo él vivía en una zona de urbanismos bastante lejos del centro, donde yo vivía. Pero aún así me hacía ilusión saber que no era tan difícil encontrarnos. Afortunadamente no era de otro país, o peor, otro continente.
Aquello ocasionó que me dispusiera a hacerle unos regalos. Pero no fue tan sencillo como yo lo habría querido. Él, al ser un muchacho joven y el cual recién me conocía, negó gentilmente darme su dirección.
Un detalle bastante inteligente a decir verdad. Tenía razón, él sólo era un niño y no podía darle su dirección a cualquier extraño que le pareciera atractivo. Sin embargo no descarté la idea de hacerle presentes. Por lo cual ambos llegamos a la conclusión de que le enviaría los regalos a una tienda de correos fuera de su urbanismo. Y él mismo se encargaría de buscarlo.
Al concretar la forma de envío me vi en la difícil tarea de averiguar cual era su bendita talla de zapatos, sin tener que preguntarlo de forma directa. Mi idea fue unos tenis y una camiseta, pero de solo mirar una foto suya era fácil saber la talla de la camisa. Al contrario de los zapatos, pues la mayoría eran fotos de su bonito rostro.
Y estuve a punto de darme por vencido, hasta que me mandó una foto imitada de Internet, donde parecía que estaba apunto de pisar el lente de la cámara.
Sonreí satisfecho al ver el número de el zapato marcado en la suela. Y luego me encargué de halagar sus lindas fotos.
Tiempo después de la nada recibí alrededor de quince fotografías por chat mientras estaba en el trabajo. En ese momento acababa de terminar una reunión, y cuando miré las fotos sonreí como tonto captando miradas de algunas de mis colegas.
Quince fotos preciosas de el sonriendo con ambas prendas frente al espejo, fotografías un poco más elaboradas y un corto vídeo de él abriendo el paquete mientras chillaba emocionado. Allí no podía evitar pensar que debía haberle mandado más cosas. Pero él parecía muy feliz solo con eso.
Después de eso aquella situación se repitió unas dos veces hasta que me decidí por preguntarle sobre uno de mis mayores deseos en ese momento.
Quiero que nos veamos, fue lo que le mande por audio. Simplemente él mandó muchos más riendo y sonando avergonzado por lo que le causaba mi voz, hasta que para el último respondió bastante suave y excitante: También quiero verte.
Ese niño lindo me tenía en la palma de su mano.
Jung Hoseok me tenía en la palma de su mano.
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Hola~
Vamos con siguiendo con la saga del SugarDaddy soñado 💗 espero les guste. Denme mucho amor.