Capítulo 22

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La vida de Harry siempre había sido más que monótona, no había diversión, no había sorpresas o drama, solo era dolor, cansancio y soledad. No hacía más que existir caminando como una carcasa humana que llevaba un motor defectuoso en su pecho que lo mantenía con vida pero que lo hacía ver las cosas grises. 

El amor era una palabra que no estaba en su vocabulario y Harry jamás pensó conocerlo, pesaba que el amor no era para él, que jamás sentiría lo que era estar enamorado de alguien por quien podrías renunciar a tu felicidad solo por ver feliz a alguien más . Todo hasta que llegó él, con su sonrisa perfecta y esos ojos azules que lo hacían pensar que estaba frente a un ángel, uno sin alas, uno que no podía volar pero si tomaba su mano podía llevarlo consigo hasta el fin del mundo.

Entonces el mundo comenzó a tener color y todo porque se había enamorado. Se enamoró de ese ojiazul sin siquiera notarlo, el no lo sabía y tampoco lo veía pero todos a su alrededor podían notarlo. Cada mirada, cada toque y cada uno de los comportamientos que tenían el uno con el otro dejaban más que claro que un sentimiento más allá de la amistad se había formado al instante en que el azul y el verde se mezclaron por primera vez.

Ah menudo Harry recordaba como se sentía ese vacío dentro de él, como se sentía la presión en el pecho. Cómo incluso varios días podía estar feliz y sentir que podría darle una nueva oportunidad a la vida y de la nada todo parecía volver a caer. De nuevo el vacío se apoderaba de su ser, la presión en el pecho y los problemas a la hora de respirar lo agobiaban tanto, odiaba sentirse así de miserable que en esos días nada podía sacarlo de la cama. Solo quería hacerse ovillo y llorar.

Harry sabía bien lo que necesitaba, pero no sabía de quién debía venir y no lo supo hasta que la primera vez Louis pudo en volverlo bajos sus brazos, cuando sintió el cálido abrazo de Louis curar todas y cada una de las heridas internas que el llevaba. De la nada, Louis había llegado a su vida para cambiarlo, pero nunca creyó que con una pequeña sonrisa coqueta de aquel ojiazul todo el volviera hacerlo regresar aquella pequeña esperanza en su ser.

Y era cierto, sus problemas emocionales nunca iban a mejorar del todo, no siempre se sentía tan completo aunque Louis estuviera a su lado, aún lo estuviera abrazando incluso aún cuando podía dejarlo dormir sobre su pecho y escuchar los latidos de su frágil corazón, aún lo sentía tan lejos. Sentía que nada de eso era real, que ni el amor, ni la preocupación de Louis a el era verdad.

Entonces cedió a lo que tanto temía y ahora es mucho más difícil estar cercas de el sin querer lanzarse a el y besarlo, se sentía necesitado de estar siempre bajos su brazos. Sentir esa sensación de protección, la calidez de sus cuerpos y ese sentimiento que lo hace sentir tan cómodo, como si ese fuese su lugar. 

Era tan difícil explicar todo lo que un simple choque entre sus manos podía provocar en Harry, era un cosquilleo por todo sus estómago, una sonrisa boba y cientos de cosas que en ese momento podría decirle... Una sensación que solo ese joven castaño de unos ojos llenos del hermoso cielo en verano podía tener en el.

Habían pasado ya días desde aquella vez en que Louis había ido a cuidarlo, de la mente del ruloso no salía la escena en la que sus rostros pudieron estar tan cercas, no era la primera vez que tenían un encuentro como este pero jamás se había sentido como ese día. Tal vez por eso esperaba algo más cuando logro despertar, tal vez por eso quería que el siguiera a su lado.

Aún así Louis no dejo de comportarse con normalidad con el, seguía cuidando de el cosa que en definitiva era de sus cosas favoritas. Esos últimos días y después de que se recuperará de salud y pudiera garantizarle a su madre que estaría bien, estuvo acompañando a Louis y Niall cada que iban a ensayar la canción que su mejor amigo tocaría en el baile del sábado.

If I Could Fly | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora