*Me sonrojo futuramente*
Snow apretó su agarre cuando la bestia bajo ella se revolvía con todo su poderío, mirando hacia atrás a su hermosa acompañante.
— ¡Victoria! —ella gritó, jadeando exhausta.
—Ese fue un paseo encantador —Clara ronroneó, aventando su cabellera pelinegra sobre un hombro. Ella desmontó su caballo, Snow la observó, con habilidad sorprendente para una mujer de su status—. Había escuchado las historias de tu habilidad como jinete. Tal vez el sugerir una carrera no fue mi mejor idea —ella dirigió una sonrisa sensual en la dirección de Snow y ella rio.
— ¡Fue una idea grandiosa! —Snow saltó de su caballo, aterrizando con un ligero rebote—. Nadie tiene tiempo nunca para hacer carreras conmigo. Todos los guardias siempre están demasiado ocupados, y los sirvientes siempre tienen alguna clase de trabajo que hacer —su corazón golpeaba con la emoción, la adrenalina todavía corriendo por sus venas por la emoción de la carrera—. Estoy muy feliz de pasar tiempo con alguien que no es un caballo o un personaje de un libro.
Clara rio, con un agudo tintineo que a Snow le recordó el sonido de una copa al quebrarse. —Me da gusto que tengas unas normas tan elevadas para tus acompañantes —ella alzó una pálida mano hasta su pecho, y Snow batalló para redirigir su mirada. Sus globos palpitantes se veían como si fueran a desbordarse de su vestido en cualquier momento—. ¿Debo sentirme insultada?
— ¡Oh no! —Snow se enredó con las riendas de su caballo, casi atando juntas sus manos—. ¡No era eso lo que quise decir!
Disfruto pasar tiempo con usted, Consejera Clara. Usted ha estado trabajando con mi padrastro por años, y siempre tuve la esperanza de poder conocerla mejor.
—Ciertamente que muy pronto me conocerás mejor —Clara jugueteó con un amuleto en su cuello, y luego sacó una canasta de sus alforjas. Ella retiró una manta blanca, extendiéndola en el suave césped. Su carrera los había llevado a las afueras del bosque, lo suficientemente lejos del castillo para sentirse apropiadamente solos, pero Clara dijo que, lo suficientemente cerca para no necesitar preocuparse por las misteriosas criaturas que se rumoreaba vivían en el oscuro bosque.
— ¿Un día de campo? ¡Qué idea gloriosa! —el estómago de Snow gruñía, y se regocijó con la vista del pan y queso que Clara acomodó cuidadosamente sobre la manta.
Clara sonrió, sus labios curveados como los de un gato, y sacó dos copas. —Siéntate conmigo y tomaremos un poco de vino — ella jugueteó con su collar mientras vaciaba el vino y apuntó lejos, pasando una línea de árboles—. ¡Mira! ¡Un venado!
— ¿Dónde? —Snow forzó su vista mirando a la línea de árboles, pero solo vio unos pocos pájaros.
—Ya no lo alcanzaste a ver. Era uno pequeño, y bonito también. Todo lleno de manchas y con grandes ojos —Clara le ofreció una de las copas de vino a Snow.
Una delgada capa de polvo blanco cubría el amplio pecho de Clara. —Consejera Clara —Snow dijo—. Creo que su collar está roto. Está fugando alguna clase de…
—Azúcar —rápidamente, Clara cerró su mano alrededor del amuleto y lo cerró con un clic. Ella se sacudió el polvo del pecho limpiando sus manos en la manta, y presionó la copa en la mano de Snow—. El vino puede ser muy amargo. Siempre llevo conmigo un poco de algo dulce para arreglar el sabor.
—Eso es muy ingenioso —Snow sonrió y levantó su copa—.
¡Por una nueva amistad!
—Por una nueva amistad —Clara hizo eco, sonriendo, pero no levantó su copa.
— ¡No! —se oyó un grito desesperado.
Una figura corrió hacia ellos desde el rabillo del ojo de Snow y lo tumbó sobre su espalda. La copa de Snow voló de su mano, salpicando una mancha rojo brillante sobre la manta.
— ¡Camila! —Snow gritó, sorprendida y súper feliz de verla. Camila solo había vivido un año con ellos, pero ella siempre era tan amable. Definitivamente ella era una de sus diez personas favoritas de todos los tiempos, y ocho de esas diez personas eran ficticias. Ella la miró por un largo momento, con su mano sujetando tan fuerte la copa que sus nudillos se pusieron blancos.
—Consejera Clara, ¿puedo hablar un momento con usted? — Camila dijo entre dientes.
El rostro de Clara estaba rojo, una sola vena palpitante en su frente. — ¡Camila! Has arruinado por completo mi… —dijo mirando furiosa a Camila—… día de campo.
Camila miró hacia abajo, a la manta manchada-con-vino y luego de regreso a Clara. —Lo lamento tanto —Camila dijo, sin sentirse
arrepentida en lo absoluto—. Estoy segura de que su día de campo habría sido grandioso, una maravillosa oportunidad para comenzar a construir una buena relación con Snow —Camila se desenredó de la manta del día de campo y Snow le ayudó a ponerse de pie.
—Eso era lo que estábamos haciendo, Camila. ¡Nos estamos haciendo amigos! —Snow dijo.
—Eso es maravilloso, Snow. Me da mucho gusto que la Consejera Clara no está perdiendo la perspectiva —Camila miró agudamente a Clara—. Estoy segura de que ella se da cuenta de que muy pronto habrá un nuevo rey. Uno más joven, con un poco más de longevidad.
Clara abrió su boca para responder, luego la cerró bruscamente. Lentamente una sonrisa creció a lo ancho de su rostro.
—Así que lo que dices es que —Clara dijo—, si yo aconsejo a esta futura reina en vez de a nuestro… Rey Regente mayor, tendré más seguridad en mi puesto. Como una consejera.
— ¡Exactamente! —Camila caminó hasta un lado de Snow—. Aquí, la Príncesa Snow definitivamente necesitará a alguien que la aconseje por un muy largo tiempo. Estoy segura de que ella será bastante buena al ser… aconsejada.
Snow no podía entender por qué las mujeres decían “ aconsejar” con tal entusiasmo. Mientras que todo mundo se lleve bien, ella pensó.
—Dime Camila, ¿cómo puedo confiar en que esta muchacha satisfará mis necesidades… como empleada? —Clara preguntó.
—Solo observa —Camila le guiñó un ojo a Clara y puso sus
manos sobre el pecho de Snow, recargándose en ella mientras llevaba sus labios a los de ella para un beso apasionado. La mente de Snow divagó. Ella se apoyó en el beso por un momento antes de forzarse a retirarse, tratando de recuperar su aliento. Santa mierda, ¿sucedió eso realmente?
— ¿Está esto bien? —Camila susurró.
Ella corrió sus dedos a través del cabello rubio de Camila, mirando en sus hermosos ojos color verde. La sensación de sus labios contra los de ella era una fantasía hecha realidad.
— ¡Completamente! —Sus manos se envolvieron en el cuerpo de Camila alrededor de su espalda cuando ella la acercó hacia sí. Le encantó la sensación de su calidez pegada a ella.
Camila se separó de ella dando un paso hacia atrás, extendiendo su mano a Clara. — ¿Te unes con nosotros?
¿Qué? El cerebro de Snow trastabilló hasta detenerse, antes de reiniciarse. Ella había leído unos pocos libros donde la gente hacía el amor en tríos, pero nunca, en sus más salvajes fantasías, ella se hubiera imaginado que le podía suceder. Camila era la mujer de sus sueños, y Clara era… bueno, Clara también estaba súper ardiente.
La mano de Clara sujetó la de Camila y las mujeres se le vinieron encima en un choque de bocas y lenguas tan apasionadas que hicieron que el pulso de Snow se acelerara. Rápidamente, Camila desabotonó el vestido de Clara, exponiendo las pálidas tetas de la mujer.
Snow ayudó a Camila a bajar el vestido de Clara, sus manos
deslizándose suavemente sobre su suave piel. Él besó a Clara,
invadiendo su boca con su lengua. Guau, esto realmente está sucediendo. No lo eches a perder.
Camila se arrodilló ante ambas, ahora desvestida. Snow tenía que recordarse a sí misma seguir respirando. Ella se acostó sobre ella suave césped totalmente desnuda y su cuerpo era aún más asombroso de lo que ella alguna vez había imaginado. Como los mapas que ella estudiaba por las noches, las pecas esparcidas cruzando sus tetas le suplicaban explorar sus caminos moteados. Ella abrió su boca para decirle que ella no tenía que hacer esto, que ella no la merecía, pero su voz se ausentó por completo. Y ella no quería que ella se detuviera.
Camila sonrió para ella cuando lentamente le abrió sus pantalones, liberando su polla dura, y barriendo ligeramente por sus muslos con sus uñas. Su abultada erección se miraba aún más grande junto a la delicada mano de Camila. Ella lamió avariciosamente el fluido seminal de su punta, succionando sus labios en regocijo. Snow no pudo detener el gemido que crecía en su pecho. Lentamente, Camila comenzó a lamer arriba y abajo de su polla endurecida. Ella era la cosa más sexy que alguna vez él hubiera visto.
Clara se arrodilló junto a Camila y se puso a trabajar besando y lamiendo los testículos de Snow. Snow se sobresaltó un poco; casi se había olvidado de que ella estaba ahí. Ella rodó suavemente una de sus bolas en su mano mientras su boca prodigaba a la otra con sus atenciones. Snow gimió y su cabeza cayó hacia atrás, concentrándose en evitar venirse demasiado pronto. La vista de dos mujeres prodigándole atenciones a su hinchada longitud era casi demasiado para soportarlo.
Una sedosidad tibia y apretada alrededor de su polla hizo que Snow mirara hacia abajo en éxtasis y placer. Camila tenía la verga de Snow profundamente dentro de su boca, ahuecando sus mejillas cuando se la chupaba, frotando el resto de su dureza con sus manos.
La sensación era increíble. La vista de Camila chupándolo puso en trance a Snow. Ella lo jalaba más y más profundamente, meneando sus caderas para coordinar el ritmo de su boca y sus manos. Snow dejó escapar un quedo gruñido.
Clara liberó de su boca el testículo de Snow con un sonido de succión y deslizó hacia arriba de su cuerpo sus manos, vagando sobre sus muslos, su abdomen, sus brazos, mientras ella se ponía de pie.
Clara mordisqueó el lóbulo de la oreja de Snow y susurró, lo suficientemente fuerte para que Camila oyera: —Quiero observarte cogiéndola.
—Sí, por favor —las palabras escaparon de la boca de Snow antes poder retractarse, y miró a Camila esperanzado.
Camila liberó a Snow de su boca y rio. Su risa sonaba como campanas, pero más dulce, con una cadencia juguetona, tan diferente de la raspante risa de Clara.
—Ya que me lo pides tan amablemente —Camila dijo, jugueteando en la punta de su polla con su lengua mientras se acomodaba sobre manos y rodillas, presionando las palmas de sus manos en la hierba suave.
Clara gimió, lamiendo sus labios mientras se paraba entre Camila y Snow.
— ¡Sí! —Clara gritó—. Cógela, necesito que la cojas. Tíratela
bien duro, bebé —ella sujetó los hombros de Snow, empujándolo hacia abajo para que se arrodillara detrás de Camila. Ella frotó su mástil duro, murmurando—. Sí, esto se verá muy bien en su coño —Snow no se resistió cuando Clara empujó sus caderas hacia delante hasta que su polla tentó la esencia empapada de Camila.
Le tomó toda su fuerza de voluntad para no hundirse dentro de Camila, ella estaba tan tibia y suave bajo ella. Trató de estabilizar su respiración y esperó a que Clara la moviera hacia donde desesperadamente, necesitaba estar.
—Eso es, mi reina —Clara dijo, frotando duramente su clítoris dando un paso atrás para poder tener una mejor vista de ambas. — Dame un espectáculo.
Finalmente, Snow empujó dentro de la abertura de Camila y lentamente comenzó a moverse dentro de ella. Ella empujó profundamente deteniéndose por un momento, para permitirle a Camila ajustarse a su tamaño.
—Estoy bien —la voz de Camila era queda y jadeante, suplicante—. Por dios, no te detengas.
Camila estaba tan mojada y apretada alrededor de su polla, que casi pierde el control. Colocó sus manos en las caderas de Camila y la jaló hacia ella mientras empujaba duramente desde atrás.
—Clara, ven aquí —Camila jadeó entre empujones. Ella estiró a Clara para que cayera de espaldas frente a su rostro—. Voy a saborearte mientras la observas cogiéndome.
—Oooh, sí —Clara dijo en un suave murmullo, extendiendo sus piernas a lo ancho y jalando el rostro de Camila hasta su vagina.
El pulso de Snow se aceleró, mientras miraba a Camila explorar el coño de Clara con su boca, chupando sus pliegues, lamiendo su clítoris, y cogiendo a Clara con su lengua. La habilidad y técnica de Camila eran perfectas. Snow no se había dado cuenta de que había muchas maneras en que esta mujer podía impresionarla. Snow pudo darse cuenta de que Clara ya estaba cerca del borde de su orgasmo, su boca abierta, respiración entrecortada, gritos staccato de placer.
Snow empujó más y más rápido, sintiendo a Camila temblar y contraerse alrededor de su verga cuando ella se vino. Ella la siguió sobre el borde de su clímax, con una corriente de leche caliente mientras un rugiente orgasmo rompía a través de su cuerpo de una forma que ella nunca antes había sentido. Ella pudo oír gritar a Clara, estremeciéndose cuando su propia liberación la invadió.
Ellas colapsaron en un cúmulo sudoroso de extremidades sobre la hierba. Snow miró a Camila, pero ella estaba viendo a Clara, con una mirada interrogante en su rostro.
—Ésta reina lo hará bastante bien —Clara le dijo a Camila, desenredándose de ellos y levantando su vestido—. Recoge este desorden y nos veremos en el castillo. Tenemos mucho que hacer.
—Por supuesto, Consejera —Camila dijo. Tan pronto como el caballo de Clara quedó fuera de vista, Camila sujetó la mano de Snow
—. Vístete. Necesitamos irnos a la mierda de aquí.
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La Princesa Snow (Adaptación Camren G!p)
Fiksi IlmiahEl Rey Regente había sido nombrado para ocupar el trono hasta que su hijastra, la Príncesa Snow, cumpliera los veinticinco años y fuera elegible para tomar el trono. Pero Snow ya se acercaba a los veintiséis, y el Rey Regente no mostraba ninguna int...