El cadáver del novio

Final

Draco miró a Harry y sonrió. Harry había vuelto, por él.

— El es Harry...

Harry hizo una reverencia.

— Harry Potter, mi reina.

— ¿Estás...? — La frase de Narcissa quedó en el aire.

— Estoy vivo — Respondió Harry.

~ • ~

Luego de una tarde junto a Narcissa y Lucius, quienes se encontraban demasiados felices por poder ver a su hijo luego de 3 años sin saber nada.

— Creo que es hora de que me vuelva — Dijo Draco y se levantó de la mesa.

— Antes de que te vayas — Dijo Harry —, tengo algo que preguntar. — Miró a los Malfoy. — ¿Me darían el honor de tomar la mano de su hijo? — Draco quedó boquiabierto.

— Tu no... — Draco fue interrumpido porque Lucius se levantó de su silla y Harry hizo lo mismo.

— Luego de pasar una tarde aquí con usted — Dijo Lucius mirando a Harry — Puedo notar que tiene un interés amoroso por mi hijo. Y no quiero equivocarme, yo le concedo su mano.

Draco sonrió.

Harry agarró la mano de Draco la besó y luego se arrodilló frente a él.

— ¿Me harías el honor de ser mi esposo? ¿Y tener una fiesta real, como te mereces?

Draco dejó de sonreír.

— No podemos, estás vivo y yo...

— Entonces moriré por ti.

— Yo no te estoy pidiendo que mueras, Harry, incluso quiero lo contrario, quiero que vivas tu vida y puedas tener hijos y una bella esposa.

— Pero no quiero vivir una vida sin ti, y no me estas pidiendo ni obligando a morir, quiero morir por ti, pero no me pidas vivir sin ti. — Harry le miró seriamente. Y a Draco le comenzaron a llenar los ojos de lágrimas. Lo cual sorprendió a todos.

— Entonces... Si quiero — Sonrió Draco con lágrimas en los ojos.

Harry levantó a Draco y le dió un beso en los cálidos labios del rubio.

— Entonces hay una boda y una fiesta que planear. — Dijo Narcissa contenta.

~ • ~

En la noche de la proposición intentaron volver al mundo de los muertos utilizando la palabra "infernáculo". Pero nada pasó y no pudieron volver.

Se quedaron durante 3 días en el castillo. Harry comenzó a notar cambios en Draco, pero no quiso decir nada.

Una noche, cuando Harry besó el cuello de Draco, sintió algo de golpe.

— Draco... — Lo miró con los ojos bien abiertos.

— ¿Sí? — Dijo besando el cuello del azabache.

— Quieto. —  Draco lo miró extrañado. Harry se agachó un poco y acercó su oído al pecho del rubio, y pudo oír como su corazón daba pequeños latidos. El azabache estaba sorprendido. — Draco, estás... — Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

— ¿Qué? — Se asustó Draco. Harry lo besó.

— Tu corazón late. — Lo agarró de la mano al rubio y lo jaló hasta el salón del té donde estaba Narcissa.

— ¿Qué es esa forma de correr por los pasillos? — Dijo Lucius frunciendo el ceño.

— ¡Lo siento, pero...! — Respiró profundamente para tranquilizarse. — Su corazón late — Dijo suavemente.